¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

viernes, 30 de mayo de 2014

Mal acostumbrada a lo malo.

Me has acostumbrado a los límites... a los límites en el amar.
Me has acostumbrado a las pequeñas dosis, a darlas y a recibirlas.
Me has acostumbrado a la ausencia, a la falta, a la resignación como sonido habitual.

Me has enseñado que la mente me engaña, las expectativas posibles me pegan una paliza cada vez que no se cumplen... me he quemado las manos y sigo agarrada a un palo ardiendo. Me has acostumbrado a me justifique con la esperanza y a que maquille la realidad. Me he acostumbrado a encogerme de hombros, a los puntos suspensivos y a las palabras no dichas, a la rutina vacía de vernos sin hablarnos, rozarnos, sentirnos y más tarde, callarnos.

Y entre tantas brechas se ha generado un monstruo, contra el cual me vi "batalleando" y al final, lo miro a los ojitos y lo acaricio, no es tan malo ¿lo sabías? Debe ser mi vena vegetariana que me ha hecho hasta cogerle cariño y agradecerle, me ha enseñado a ponerme en mi sitio y hemos jugado a un rato a la pelota, tiene pelos, es a veces muy rígido y te puedo asegurar que le sobra mucho orgullo ¡pero me ha enseñado a ser mejor guerrera! al ponerme en mi lugar me ha enseñado mi magia y me ha mostrado de donde ha nacido él, lo mismo en este periodo de tiempo, lo que dure, lo adoptaré como otro más en mi familia animal... ya veremos.

Lo que quería decir, es que, me has mal-acostumbrado a lo malo, tanto, que para mi ya es como un proceso que se repite cada poco tiempo y que gira desde el mismo patrón... la que ha cambiado, en cómo actuar cada vez que renace ésta situación, he sido yo.

Te espero, viviendo.

jueves, 29 de mayo de 2014

Obligaciones, deudas, pequeños detalles.


Debería ser obligatorio, como mínimo, recordar cada lunar... la constelación personal e irrepetible de cada amante, porque forma parte de lo sutil, lo indiscutible, lo inamovible, lo estático en el cuerpo... lo imborrable. Así como el aroma en las sábanas, los detalles y el color de la mirada.

Hemos perdido la razón, el hilo y la magia... no se trata solo de hacer el amor, también se trata de crearlo ¡aunque solo sea en un instante fugaz!, no se trata de amarrarlo, se trata de disfrutarlo, no se trata de ocultarlo ¡se trata de la mayor transparencia!...

Se trata de besar sin tocar, se trata de anhelar, de respirar en el cuello con la ropa puesta, se trata del magnetismo cumpliendo lo que está no establecido... de convertir un instante en un "para siempre", de una simbiosis mística, de un singular canto en silencio. Deberia ser obligatorio también, recordar el sonido de los corazones para despertarnos de una vez y ver que estamos rodeados de personas bellas que dejan huella en nuestro camino, algunas huellas más profundas que otras ¡pero todas forman parte de quienes somos!, quizás así aceptar que por mucho que queramos huir formaremos parte del destino de alguien y repercutiremos, también, en el karma de otras personas y en el nuestro el primero. Es esa cadena que nos enlaza con dulzura... por eso, pienso que es tan importante recordar esas pequeñas piezas, eso que en realidad lo es todo.

martes, 27 de mayo de 2014

En ná es todo.



Me joden las cosas que son todas iguales...
El mismo patrón de conducta: llamar a la mierda ideales.

Buscar una etiqueta mientras todos chillan: quiero ser libre.
Contradecir lo que decías y mucho más... lo que pensabas.

Romper un corazón con la excusa de una mala memoria, de un "eh, yo es que soy así" y seguir como si nada.

Las personas normales que he conocido han sido las más excepcionales... es eso para mi lo admirable, levantarse cada día, sonreir y seguir adelante, despertarse dentro del centro del bullicio que está vacío y tener fuerza, como un fénix renacido.

Conservar la alegría, saber cuidar a quienes te quieren, saber amar a quien te ama... saber acariciar a quien te acaricia, hacer el amor a cada uno de tus días y esconder la vergüenza cuando te toque acostarte con tus propios límites para conquistarlos y una vez sean tuyos, dejarán de llamarse límites...