¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

martes, 31 de enero de 2017

Gracias a mis padres:




Lo sé, lo sé, últimamente este blog rebosa de un extraño sentimiento de amor familiar, amor propio, amor por la vida... bueno, en general ¡de amor del bueno! pero... ¿qué queréis? ¡¡Que siga la fiesta y no pare!!.

Hoy, a estas horas intempestivas, os traigo un texto dedicado a mis dos padres, he escrito sobre ellos por separado pero hoy lo hago en conjunto, al unísono. Soy consciente de que no es algo muy habitual, para mí que los separo en el arte como lo están ellos en la vida pero a fin de cuentas tuvieron que estar juntos (y muy cerca) para que yo apareciese aquí: en este planeta, en esta galaxia, en este universo.

En primer lugar tengo que decir que quiero muchísimo a mis padres, mucho, aunque también reconozco que no daría la vida por ellos pero no por nada si no porque me parecería injusto... ellos han vivido más que yo y bueno, lo siento, me gustaría al menos llegar a su edad ¿pero sabéis lo mejor de todo? que sé que cuando lo lean ninguno se enfadará por esa decisión y los dos me dirán lo mismo: es que es lo que debes hacer. ¡He aquí el mayor tesoro que ambos padres me han entregado!: el de valorar mi vida.

Mis padres se enamoraron rápido y se casaron jóvenes, enloquecieron el uno por el otro y con el paso de las situaciones, de las dificultades o la frialdad de la realidad, terminaron por separarse aunque tranquilos no ha supuesto un gran trauma para mí... al menos no ahora. En esa unión, que aunque no ha sido para siempre podemos al menos confirmar que ha sido real, nació mi hermano en primer lugar y años más tarde yo. Como veis somos una familia pequeña, con nuestras rarezas, pero somos muy cuquis.

Mi hermano es una persona recta, sencilla, con los pies en la tierra, bueno... los pies, las manos, la cabeza, medio cuerpo o cuerpo entero... resiste golpes, cumple ideales, alcanza metas, sabe manejarse en este sistema, desenvuelto en lo profesional, introvertido en lo personal.

Seis años más tarde nací yo, con la cabeza en las nubes, el corazón con vida propia, pasional, impulsiva, impaciente, inquieta, soñadora... ¡ay! MUY SOÑADORA. Cumplo cosas aunque no sé definirlas, alcanzo conocimientos de mi misma, me sé manejar con cierta gracia en la vida, desenvuelta socialmente y extrovertida en... ¡en todo! para qué nos vamos a engañar.

Mis padres me han dado un hermano, una filosofía de la vida un poco extraña pero que he alcanzado tanto con sus errores como con sus aciertos, me han dado vida (algo que hasta ahora no he sabido valorar con tanto entusiasmo), me han dado apoyo a su manera, también momentos de ausencia donde he tenido que reconocerme yo a mi misma y eso sin duda ha sido una gran recuperación de fortaleza... pero ante todo mis padres me han dado lo mejor que han sabido, lo que tenían a su alcance y estoy completamente segura de que todo ha sido con la mejor de sus intenciones y pensando en un mayor bien para mi... por eso, en su conjunto, yo les doy las gracias porque han sido y serán siempre mis dos pilares principales.

De mi madre ya sabéis mucho, pero de mi padre no tanto. Digamos que son antagonistas en una misma ecuación, todo lo que no tiene mi madre lo tiene mi padre o todo lo que tiene mi padre mi madre tiene la versión contraria... eso lo hace mucho más divertido porque exploras diferentes realidades conforme vas creciendo y siendo consciente de la verdad. Eso sí, en lo que ambos coinciden es que son buenas personas y que a fin de cuentas cuando se comprometieron con sus hijos lo hicieron con todas las consecuencias; incluso a día de hoy siguen apoyando, aconsejando, ayudando... en lo que a su alcance está y eso les honra porque estoy segura que es algo que no todos los padres están dispuestos a hacer.

Mi padre, cuando yo era pequeña, ocupó el lugar de mi mejor amigo; salíamos al campo, recogíamos setas, veíamos nidos, íbamos al río, hablábamos de animales, dormíamos la siesta juntos y madrugábamos cuando aún el sol no había salido para terminar remojada hasta las cejas en el Alberche. Me escuchaba, aunque también me regañaba, me abrazaba, me cuidaba y me protegía. Me siento orgullosa de la relación que hemos tenido, con nuestros más y nuestros menos, pero puedo gritar a los cuatro vientos que yo sí tengo una buena relación con mi figura paterna, otra de esas cosas que tampoco son tan "habituales".

Mi madre era para mí la parte que más me hacia explorar mi lado artístico, me compraba libros, pinceles, cuentos, peluches... pintábamos, me vestía con disfraces, me aplaudía en mis espectáculos en privado que tenía en el rellano de mi portal, me ha escuchado, me ha acunado y me ha cuidado incluso aunque yo no siempre he sido capaz de verlo. Me enseñó a ser valiente, me permitió vestir solo con pantalón y alejarme de las faldas siendo bien pequeña y lo que eso suponía para un colegio con uniforme, con 14 años respetó mi decisión de ser vegetariana... así que sí, ella ha sido la parte más hippie de mi vida, mientras mi padre ha sido un poco mas "normal".

Y lo mejor de todo es que nunca me ha faltado amor de ellos, me lo han dado en la medida que han sabido hacerlo, me han permitido discutir verdades, hablar sin morderme la lengua y expandir mi carácter, firme y fuerte, decidido... y ante todo, nunca me han impuesto nada de tal manera que no lo hallan retirado después de mi camino, en ese sentido, con nuestras diferencias (siempre presentes, reales y sanas, normales en la vida) me he sentido con bastante libertad a la hora de vivir, definirme, vestir, mostrarme e ir haciéndome a mi imagen y semejanza.

Gracias por haberlo dado todo por mí, por admirar mi parte humana y ante todo porque sé que a pesar de no ser una "hija corriente" sentís un gran orgullo porque lo que sí soy es una buena persona.

 Gracias por los valores humanos, la cortesía, por aprender a ser buen anfitrión con vuestro ejemplo, gracias por haberme enseñado vuestros miedos cuando me decíais "no" porque al verlos he aprendido a no tenerlos yo, gracias por haber decidido en vuestra vida y porque yo he sido una de esas elecciones que tomásteis y ante todo ¡gracias por la vida! porque a saber que me depararía si yo no estuviese viva...

lunes, 30 de enero de 2017

Déjame que te cuente sobre el amor propio...


Antes que nada, déjame que te cuente sobre MI amor propio, el mío que tengo por y para mí. Antes de que tengas la más mínima idea de imaginar conociéndome, de imaginar besándome, de imaginar tocándome, abrazándome... déjame que te cuente mi perspectiva de auto-encuentro.

Yo cada día tengo las cosas más claras, el carácter más sincero y las palabras no titubean al vuelo. Si una intención, una insinuación o una emoción que percibo no me gusta, poco me cuesta alejarme y dejar de perder mi tiempo, porque una cosa que estoy aprendiendo es que mi tiempo aquí es escueto, corto y ello lo hace valioso, muy valioso.

Déjame que te diga, no me creo más importante que nadie, ni más importante que tú ni más importante que otros, lo que me siento es amada por mi misma y valorada de manera que ya no permito tonterías, ni hay hueco para las palabras mal dichas, las interpretaciones para generar polémica, las bromas que esconden un bufón detrás ni la falta de verdadero amor en cada gesto, palabra y sonrisa.

Te cuento sobre este amor propio, tan mío, para que no te resulte una sorpresa si alzo el vuelo y no pierdo más mi esencia entre los recovecos de un camino donde no me siento ni admirada, ni dichosa, ni querida... Ya no me demoro en personas que solo ven lo de fuera, ni en juegos inútiles a través de las palabras usando como principal canal aplicaciones digitales, prefiero tirarme toda una tarde indagando en mi persona a través de cada herramienta que voy descubriendo sola.

He descubierto más sabores en el té bebiéndolo mientras leo un buen libro acompañada por el pausado ritmo de mi respiración, he encontrado ilusión en planes donde solo yo podía encontrar belleza, he dado muchas oportunidades en el pasado de las que no me arrepiento y también de las que he aprendido a no volverlo a hacer. Por supuesto, soy una persona muy firme lo cual puede llevar a equivocaciones, me tomo la vida con la seriedad y el respeto que merece como la experiencia mistica-terrenal y sagrada que es, me tomo la muerte como otra fase que pertenece a la misma vida, me tomo el amor sin tener una pizca de miedo y el miedo me lo tomo como un aprendizaje verdadero de la esencia menos iluminada de mi persona... y es por esto que quiero que escuches con atención lo que significa para mí esta recuperación sincera hacia mi interior, mi personalidad, mi intelecto, mis capacidades, mi hermosura, mi belleza, mi cuerpo, mi espíritu y mi mundo interno.

Muchos se jactan de su amor propio presumiendo, yo no me jacto, te lo explico para que entiendas que ya no soy una persona tan rota como antaño, que ya no busco que nadie ocupe los huecos que yo misma debo remendar con mis aprendizajes y mis cambios personales.

Antes depositaba demasiada atención, tiempo, energía y amor en personas, situaciones, experiencias... que no lo merecían, me demoraba en estados del pasado que perturbaban mi presente, que echaban raíces y acrecentaban mi baja autoestima, pero eso ha cambiado porque decidí darle un vuelco a mi vida, entiendo que hay muchas cosas que yo no puedo controlar pero también que las que sí puedo controlar lo haré con la suficiente responsabilidad sobre mi misma y sin renunciar a una pizca de amor propio. Me disculparé cuando sea mi culpa pero no me haré cargo de lo que no me corresponda, mi mochila ya no está para esas cosas.

Sigo siendo fiel a lo que creo y ahora, entre otras cosas, lo que más creo y a quien más creo es en mi misma y en mis capacidades como ser humano. Estoy convirtiendo mi vida en algo significativo, intensa y real, porque cuando muera lo que quiero sentir es que hice todo desde mi mejor voluntad, que no permití que otros me hiriesen por no poner límites a personas que no supieron verme con los ojos abiertos.

Por eso, si esto no te gusta, es mejor que te quedes ahí y no te acerques a mí y si lo haces, recuerda que debes hacerte responsable de ti mismo y que cada suceso conlleva una reacción, que construyes con tus palabras, tus actos, tus miradas y tus gestos... y yo ya no estoy para seguir esas banales modas pasajeras excusadas en la juventud para experimentar cada folleteo, cada beso, cada conversación y cada instante desde la parte más vacía de cada uno... porque una cosa que estoy haciendo ahora mismo es llenarme de mi misma, si buscas gente vacía tienes el resto del mundo a tu alcance.

viernes, 27 de enero de 2017

Los pliegues de la cama...


Hay un mapa dibujado en cada sábana, una sábana que abrazó, arropó, acompañó y secó lágrimas. Una sábana que fue tendida al sol del medio día y bañada con olor a camomila y melisa.

También hay más oscuridad en la profundidad de los recovecos de un alma desterrada que de noche en la ciudad, existen pájaros que cuando cantan sanan y ranas que cuentan cuentos como en esos relatos para niños pequeños... He visto colores en las miradas que solo se pueden observar desde dentro, he podido darme cuenta de que la mayoría de las personas le han perdido miedo al fuego, que muchos han olvidado hacer el amor y que... ¿qué? que faltan demasiado "te quieros" en este mundo tan inestable, tan despreocupado, a veces tan lúgubre y tan denso.

Me he vuelto adicta de los acentos en la piel, las historias que se saben sin ser contadas,de escuchar un "disculpa". Solamente puedes comprenderlo si tú también eres de dentro, si no crees en barreras, si has sido capaz de perdonar el dolor mas horrible que has podido experimentar, si le has pedido al mar que se lo lleve todo y te lo ha vuelto a devolver porque dice que ya no se hace cargo de asuntos a medio terminar.

En ocasiones me pregunto si sigues ahí, incluso aunque yo no lo vea. Ojalá tu seas de menos hacia afuera y más hacia lo que llega, si es así, si no mientes, ni engañas, ni encuentras excusas banales, inútiles... que perpetúen una eterna condena y me lo pregunto porque me gustaría conservar un rincón de mi alma para ti, para un "hola de nuevo", para un vuelo de aves salvajes, para un instante eterno... como en otras vidas, como en otros momentos, como en otros mundos.

Pero mientras eso ocurre, mientras te acondiciono ese rinconcito exclusivo, yo remoloneo en los pliegues de mi cama imaginando cómo deben estar y ser los de la tuya.

Te lanzo un beso hoy, espero que te llegue allí donde estés y se crucen las líneas que despierten tus ojos para que me puedas ver.

jueves, 26 de enero de 2017

I N T E N S A


Me encanta cuando una relación termina porque, y cito textualmente: eres(soy) INTENSA. 

Es algo que adoro, una señal del universo diciéndome: vas por buen camino. Y es que eso ya no me aflige ni me apena, si supieseis la cantidad de tiempo que me tiré odiándome porque soy INTENSA, DIFERENTE, DISTINTA.

Y conforme más envejezco por dentro, más sabia me hago, más feliz me siento. En esta paz y esta dicha que me inunda me encuentro yo aquí, conmigo misma y mantengo INTENSAS conversaciones que me hacen comprender que la vida, es en si misma, profunda y muchas veces muy dura... pero la belleza de saber encontrar placer en esos procesos, esos momentos, el regalo de sentirte satisfecho con una larga conversación por encima de unas horas de sexo, de preferir unas cervezas y unas risas que cuatro besos mal dados porque con los enseñanzas has aprendido que resulta más estimulante y excitante encontrarse a uno mismo en las palabras de otro, que abrirte de piernas y dejar que te lo coman todo. 

No soy frígida ni fría, de echo soy INTENSA y en la intensidad no existe nada que sea como el hielo, ni que sea duro como la roca, lo que existe es un camino de autoconomiento, fuego desbocado, poder personal, aceptación mágica, comprensión del misticismo que existe en lo que vivo a diario, en aquello que los demás no son capaces de observar.

Gracias a la vida por enseñarme con tanto mimo que ser INTENSA es un don y no una carga. Gracias por embaucarme en seguir creciendo sin ponerme trabas, gracias por confiar en que seré plena, me sentiré satisfecha, estaré feliz. 

Yo soy de tener miedos destapados, de conversaciones en las que prácticamente tienes que reservar todo el día para disfrutarlas con lentitud, sacarles jugo y aprender mucho y algo. Soy de pedir perdón y de decir ¡gracias! y ¡te quiero! cuando estoy con la gente que amo. Soy de desapegarme, de no ser la mejor amiga de nadie y sin embargo ser la amiga a la que todos aman y quieren en su vida.

Adoro ver el tiempo pasar con su sutiliza, tranquilamente mientras nosotros vamos viviendo sin verle y a veces sin vernos. Será por mi habilidad comunicativa, mi sensibilidad desbocada, mi amor por el arte, mi capacidad para ver más allá o por esa habilidad que me convirtió en un ser metamórfico incluso en momentos estáticos o por esa otra herramienta de despertar en mi y en ti o en ellos.

Evoluciono rápido y me gusta creer que es gracias a que cambio de procesos rápido, paso de fases con cierta habilidad y sustraigo lo necesario para no repetirlo más de un par de veces y que si esto ocurre no me duela más.

Entiendo entonces, por supuesto que lo entiendo y es muy respetable y loable esa huída que hacen tantos porque a mi lo del cuerpo se me queda ya pequeño y me gusta más lo de mirar cuántos somos dentro, cuanta luz tenemos y cuanta sombra, me gusta sentir cada carcajada como un orgasmo más profundo que el clitoriano o el vaginal... Y es que soy INTENSA porque adoro vivir y saber que siempre hay más, que por mucho que conozca hay tanto que desconozco, porque adoro llorar, reír, chillar... por escuchar un profundo poema, que adoro la paz de la espera y el hacer lo contrario a lo que antes hacía para sentirme distinta y ver que siempre tenemos capacidad de ser una versión diferente de nosotros mismos.

Y lo que más adoro de esta INTENSIDAD es que alimenta mi lado más creativo, más guerrero, más valiente, más fuerte, más sano, más vivo... y ahí he descubierto mi potencial, inagotable, conectado con mi fuente natural.

Asi que sí, yo soy esa chica INTENSA que te da terror, que te da miedo, que cuando abre la boca y te dice que le sabes a poco porque te has quedado solo con la parte más banal y más "de fuera" de lo que significa vivir, se va orgullosa cuando crees que has sido tú quien le ha dicho ADIÓS porque lo definas o no resulto demasiado INTENSA para tu mundo fácil y superficial. 

Adoro esta intensidad que me arropa, que me hace sentirme siempre llena, grande, hermosa, acompañada, conectada y que me transmite la calma de que hoy será un buen día, hoy es el momento ¿y mañana? Mañana será otra cosa, también bien llevada, bien vivida, bien experimentada.

Y lo que más adoro de mi INTENSIDAD es que me hace sentir que yo ya no pierdo mi tiempo en cosas que no significan nada.

martes, 24 de enero de 2017

SITUACIÓN SENTIMENTAL: EN PAREJA CONMIGO MISMA.


Buscando el amor me perdí a mi misma, conformándome con migajas que me dejaban con hambre, con ganas, con sed y con terror en las entrañas. Todo me parecía pequeño, no era de mi talla, forzaba al tiempo para convencerme de lo contrario y era tan fácil que en ese vaivén me saliesen heridas, lágrimas, desquicio generalizado. Y no aprendía, volví a repetir la misma historia al cambio de pequeñas cuarentenas, que no llegaban a cuarenta pero que a mi me gustaba mentirme diciéndome que sí.

Y así estaba, más destruyendo que construyendo, más excluida que conectada, más engañada que viviendo.

Esta posesión y necesidad del concepto de un amor me llevó a relaciones atravesadas, dolorosas circunstancias que me dejaban hecha trizas. Yo siempre esperaba y me autoconvencía que ese sí, cuando desde el principio el tufo de SU intención era un claro: no hija no, este NO. 

Sin embargo, llegó una última situación en la que ya me cansé y me dije a mi misma: "¿qué ansío tanto que me hace mal-buscar? ¿Qué es lo que tengo tan insano que me hace ser impaciente? ¿Qué es lo que me genera este mal estar conmigo mismo?"... Y tras muchos días de reflexión y de recuperación me vi a mi misma, dándole a los demás lo que solo merezco para mi y entonces me di cuenta "¿Quieres un amor a medida? Ámate a ti misma" y en esas estamos, tan feliz y tan embaucada con mi dulce generosidad amorosa que tanto me llena y me mantiene contenta. 

He encontrado en mi lo que jamás nadie ha sabido darme: PAZ. He descubierto en mi lo que pensaba que estaba de puertas para afuera: FIDELIDAD. He experimentado sin dudas la mejor sensación del mundo: CONFIANZA. Y estos tres regalos me están llevando a un estado mejorado de mi autoestima, mi concepto sobre mi misma y mi tranquilidad en relación a mi propia vida. 

Y aquí sí que es verdad que no hay mal que por bien no venga, porque lo que me ha llegado es MÁS QUE BIEN... es GENIAL.

Ahora me estoy disfrutando, con paciencia, tranquilidad... como el que saborea un buen helado pero sin final.

Y ya no tengo ganas de relaciones que hacen "de menos", porque incluso he llegado a un punto donde experimento el mejor sexo: ¡conmigo misma! Y es que me tengo realmente satisfecha, me parezco tan interesante con mi capacidad para expandirme, tan buena, un bonito diamante sin pulir experimentando la vida, me encanta mi creatividad, mi pasión por el arte, mi amor incondicional hacia las palabras, ser vegetariana desde hace tantos años, ser fiel a mi misma, canto fatal ¡y me encanto cuando canto!, me parece que escribo genial ¡y me adoro cuando me leo!, cuando me cocino para mi o me concedo una taza del mejor té sin tener que cuidar de nadie más que de mi misma... Me siento tan orgullosa cuando veo que confío en mi, cuando logro superar todos los obstáculos de la vida, cuando me invito a un buen restaurante, cuando como en la cama leyendo mi libro favorito, cuando ando por la calle sonriendo sola, cuando me siento tranquila en el parque a tomar el sol estando conmigo misma. 

¡Pero qué bonito es esto de amarse... y qué lejos te lleva! Mucho más lejos que estudiar, mucho más lejos que trabajar, mucho más lejos que todas esas obligaciones que nos imponen. Precioso es esto, os lo recomiendo a todos... si no encuentras a alguien que te ame, ámate a tí, te aseguro que encontrarás las mejores canciones para auto-dedicarte, escribirás los mejores poemas dedicados a tu constancia en superarte y lograr ser la mejor versión de ti misma, tomarás las mejores decisiones y realmente... ¡DISFRUTARÁS!. 

De aquí estoy aprendiendo a NO BUSCAR POR NECESIDAD, si no, a dejarme descubrir por la vida, sin más, sin intenciones ni dobles sentidos. dejando que haga su magia lejos de mi necesidad por controlar.

lunes, 9 de enero de 2017

Gracias mamá guapa:



Gracias mamá guapa, que me dices que soy lo más bonito y lo más bonito, sin duda, eres tú.

Porque lo más bonito es aquello que renace a pesar de los golpes y de la incertidumbre, a pesar de las cosas que nunca fueron y de las batallas con el ego. Lo más bonito es saber recomponerse a pesar de las heridas, de los quejidos, del peso del pasado, de los fallos y errores que se han convertido en un presente acertado.

Te doy las gracias por enseñarme a amar la lectura, el arte, los colores, por enseñarme a mirar con el corazón y dejarme ser "la niña rara", la "alumna rebelde", la "niña guerrera"... la mujer que ahora y siempre ganará batallas. Gracias por haberme acompañado en cada desamor, cada falta, cada ausencia, cada dolor, cada momento que no ha sido grato, cada echar de menos... gracias por descolgar siempre el teléfono, incluso si te llamo desesperada porque no entiendo el oleaje de ese inmenso océano que algunos llaman experiencia y otros simplemente camino de vida.

Gracias por los errores que has cometido, incluso conmigo, los que a mi no me importa reconocer en nuestras conversaciones en la intimidad, porque esos errores me han llevado a recorrer unos profundos caminos de comprensión, amor y perdón que de ninguna otra manera podría haber conocido, quiero que sepas que yo te libero de esa sensación de culpa que arrastras de manera inconsciente.

Gracias por darme abrazos incluso cuando no quiero que nadie me toque, por despertar mi rabia, mi enfado conmigo misma y también con el mundo, gracias por estar a mi lado en esta vida ¿nos podemos pedir otra? y así repetir la experiencia, porque por ahora no ha estado tan mal.

Esta es una carta para tí, mamá, que la lea el mundo entero y sepan que has hecho de mi una humana íntegra, no tendré ni un duro en el bolsillo pero tengo un corazón gigante que sana rápido y ama con fuerza... y eso es algo que solo tú has sabido transmitirme. Aunque las cosas en el amor no te salieron del todo como tu querías, quiero darte las gracias por haber elegido al hombre que elegiste para que fuese mi padre, porque incluso con sus cosas reguleras... es un buen hombre.

No sé yo si llegaré a ser mamá, como tú siempre quisiste y yo siempre dudo tanto, pero sea como sea, tú siempre serás un ejemplo para todos los que estén a mi lado. Te he perdonado y me he perdonado más de mil veces y lo seguiré haciendo, sin resquicio alguno de rencor o de trabajos a medio hacer.

Gracias por apoyarme en cada loca decisión, gracias por pintarme de esperanza un horizonte tan difícil de alcanzar. Gracias por embaucarme en un mundo lleno de oportunidades, a pesar de los duros golpes que me da la vida. Gracias por haberme sanado cuando he enfermado, por haberme escuchado tanto llorar incluso con la angustia que eso supone para ti.

Admiro tu capacidad para amar tanto, así con ese amor de madre... ¿qué se siente al tener el mayor poder del universo en tu esencia? Mamá, que siempre formarás parte de mi vida, de mi sangre y de mis venas, serás parte de mi firma y de mis ojos en países a los que te habría gustado a ti visitar... ayúdame a cumplir esas metas simplemente haciendo lo que haces siempre, estando presente y siendo siempre la persona más fiel, más decidida, a entenderme.

Gracias mamá por no juzgar nada de lo que hago, aunque con tus inquietudes y miedos a veces intentes limitarme anteponiéndote a mis pasos pero yo se que luego respiras tranquila, porque aunque soy joven sabes también que soy bastante consciente.

Mamá, mi mamá de cara guapa, a la que a estos km tanto echo de menos... espero que sientas que parte de mi juventud tiene un plena esencia, por todo aquello que tú no pudiste disfrutar, ya lo hago yo y te lo cuento luego.

Gracias por haberme parido así, como lo hiciste, entre risas y amor puro, con ganas. Gracias por tus cosas buenas y tus cosas malas, por esos papeles con los que jugamos y nos vamos turnando.

Mamá, tú has sido mi primer amor y el primer amor de mi hermano, un amor imborrable, real, duradero, fiel y profundo. Un amor de los que no te pueden romper el corazón, excepto cuando el ser amado muere.

Gracias mamá por no ponerme correas cortas, por no haberme amarrado, ni haberme puesto horarios, gracias por la libertad y por haberme dado el coraje para irme tan pronto de casa. Gracias por las infinitas broncas y discusiones con sus tantas reconciliaciones... Gracias porque eres la que más rico cocina, la que mejor hace que huela la ropa, la que siempre tiene el mejor detalle, la mejor palabra y la mayor cantidad de paciencia. Gracias también por nuestros roces y nuestras, tantas, imperfecciones.

Gracias mamá, quiero que sepas que estoy feliz por tenerte en mi vida, que no me arrepiento de nada y no te cambiaría por nadie más.

Espero que esto te haga tan feliz como te mereces, aunque siéndote sincera lo he hecho más por mi que por ti, necesitaba compartir de nuevo ese amor que siento por ti, amor de hija que sabe que tenga lo que tenga, consiga lo que consiga, llegue a donde llegue y supere lo que supere... siempre será gracias a mi madre (y a mi padre también).

No eres mi mejor amiga, ni nunca lo vas a ser... eres mucho más que eso, una posición sagrada en las conexiones con el universo, la posición de LA MADRE que tanto aporta, tanto enseña, tanto transmite, tanto deja y tanto ayuda.

TE QUIERO con todo mi corazón, mi mamá guapa.

domingo, 8 de enero de 2017

Las fronteras...



Es tan fácil escribirle al amor…
Al amor baldío, al amor despojado
Al amor vacío, al amor sin haber amado…
Es tan fácil escribirle al amor…
Al amor del señorío, al amor ajeno…
Al amor escueto y al amor en versos…

Pero que difícil es escribirle a la razón
A la razón para cantar con la cabeza y sin corazón.
A la razón para luchar por otra realidad…
Para alzar el vuelo, para levantar las trampas…
Para cortar banderas, para borrar fronteras…
Para despejar las dudas de que todos somos lo mismo
Aún sin haberlo querido.

Es tan difícil escribirle a la revolución pasada
A la palabra en la espalda, al coraje mal gastado…
A aquellos que fueron y a aquellos que jamás llegamos
Ni a una migaja de lo que hicieron siendo tan rebeldes…
Tan reales, tan únicos y tan fieles.

Es tan difícil explicar los motivos, de esta quietud que aflora
Entre flojos chillidos, entre pocos quejidos de gente hueca,
De gente tonta, de gente cómoda que ya no se arriesga,
No juega, no pierde, no gana… pero no hacen absolutamente nada.

Hace tiempo dejé de creer en nacionalidades…
Aunque para visitar los parajes más salvajes deba llevar sellos
Que no van conmigo en el bolsillo…
Y deba entrar, a duras penas y sin ganas, por las trabas
De las falsas democracias dominadas por burocracias.

Hace tiempo que me dije a mi misma…
Que si he de amar el mundo lo amo entero…
Con cada persona, con cada acento, con cada tono…
Con cada sabor, cada especie y cada momento.

Qué fácil es hacer una oda al amor, al folleteo…
Al sexo, vacío o lleno.
Qué difícil es escribir sobre la verdad…
Sin que suene a burla ni a engaño…
Sin mal interpretaciones y haciendo llegar al corazón…
Qué fácil es escribir sobre el mundo que inventamos…
Y qué duro, pero qué duro, sobre el mundo que experimentamos…
Que vivimos, que sentimos y que estamos creando.

Mi mujer bonita:



Mi mujer bonita, tú estás más bella cuando le enseñas los dientes a un sistema que intenta construirte de otra manera.

Mi mujer preciosa, tu estás más hermosa cuando te unes a otras mujeres y las aceptas con todas sus cosas; las buenas, las malas y las regulares.

Mi mujer... mi amiga, yo misma, mi madre, mi abuela, la hermana que nunca tuve y siempre echaré de menos, mi compañera, mi vecina, mi suegra, mi nuera, mi cuñada... Mi mujer, bonita mujer, tú eres poderosa cuando decides recuperar la libertad que te han intentado arrebatar, porque ¿sabes? hagas lo que hagas está bien y para otros, sin embargo, siempre estará mal pero ese mal que no te impida navegar.

Mi mujer guapa, sexy, soberana... mi mujer, que si quieres ser madre está genial y si no lo quieres ser y vivir con esa libertad ¡es hermoso también! No te dejes engañar, siempre van a intentar atraparte y encerrarte en una cárcel, donde no entras porque te sientes encogida, ya sabes que eres mucho más grande ¡mucho más grande!.

Mi mujer sabia, que con 50 años te volviste a enamorar por vigésima, última y certera vez. Mi mujer, mi amante, mi novia, mi sueño, mi vida... Que estás aquí conmigo, estás allí con ella, estás presente en cada centímetro de este planeta y en cada verdad de mi piel.

Tú, que haces y rehaces, deshaces, creas, destruyes, reconstruyes, invocas, sientes, creces, fortaleces... tú, donde vas tan bonita diciéndote que eres fea, sin valorar una migaja todo lo que has hecho con tu alma, todos los pasos diferentes que has recorrido, todas las cadenas que has roto, todas las faldas y pantalones que has vestido, todos los labios que has besado... y toda esa libertad que mereces y de la que te has condenado.

Mi mujer, persona humana, grata visita y grato cuidado para permitirte ir, volver, tomar conciencia, construir, ver más allá de tus ojos, sentir con tus manos... y los pálpitos de tu pecho, de tu corazón.

Diles adiós a los que no sepan ver quien eres tú, diles hola a los que estén por llegar, navega el cielo, las aguas, conquista las sombras, las luces, las estrellas y los mil cielos.

En pareja o sola, conmigo o sin mi, a mi lado o al lado de otros, en grupo o individual, entre la vida y entre la muerte, en el pasado y en el presente... tú, mi mujer bonita, recoge las cosas y álzate al vuelo, vete y vuelve pero haz las cosas desde el amor de recuperar el sitio que te corresponde, lleno de vida, amor propio y valentía.

viernes, 6 de enero de 2017

Gracias a todos los hombres que no me han amado:



Gracias a los hombres que durante este 2016 no han sabido ni han podido amarme, no al menos como yo merezco y quiero. Este es mi regalo de reyes para todos vosotros:

Gracias por vuestras ausencias, vuestros ataques sin intenciones, vuestra percepción de que yo era demasiado grande o demasiado pequeña, gracias por no haber estado y por haber estado mal o a medias, gracias por haberme hecho llorar, gracias por haber tirado abajo cosas que no eran reales, gracias por las mentiras, gracias también por la falta de tacto, por la falta de sinceridad, por la única intención que era sobre el sexo (porque debo reconocer que soy muy sexual), gracias por no haber querido mirar más allá. Gracias también por haber aceptado todos los regalos que os he hecho, todo mi cariño sin cadenas, ni vallas, ni trampas... gracias por haberme escuchado triste, alegre o enfadada, gracias por haberos ido cuando ya no había ni siquiera más mentira que acrecentar, pero también gracias por haber venido.

Por otro lado gracias también por haber sido reflejo de lo que yo no quiero nunca más, por haber despertado miedos, monstruos y realidad, por esos "me cachis..." que se me escapaban entre suspiros al ver que lo que había entre vosotros y yo no era algo sano ni real, gracias por vuestra falta de consideración al no haber sido realmente buenos, gracias también por mentir entre risas y por haberme hecho reír solo para mantenerme ahí, gracias porque aún no habéis crecido ni la mitad que yo y de eso me doy cuenta cada vez que os doy puerta y adiós.

Gracias por la rabia que he despertado, por la soledad, por las heridas en el alma que cicatrizan pronto, gracias por haber sido personajes secundarios en escenas de crecimiento y enriquecimiento personal, gracias por no dejaros amar, gracias porque aunque yo soy pasión pura y quiero con todo mi corazón lo cierto es que realmente solo me enamoré de uno. Gracias por haber aceptado mis caricias, gracias por haberme ensuciado y haberme dejado sola limpiándome esa suciedad, gracias por vuestra actual ausencia, por ser recuerdo y aire pasado, por haber sido sin ser y por haber esperado que fueséis y eso nunca pasó. Gracias por haber reforzado mi amor propio.

Gracias por no pertenecer a un futuro, uno que está llegando y poco a poco se hace presente, lleno de seguridad, serenidad, poder personal, abundancia emocional y económica, autonomía personal e individualidad, lleno de sueños hechos realidad y de confianza plena, una confianza que me transmite una dicha con un valor incalculable. Gracias por haberme hecho imaginar que tendríais un hueco que ahora, y menos mal, no ocupáis.

Gracias por dejar el hueco para quien realmente lo merezca, gracias por haberme enseñado a estar sola cuando me habéis hecho mucho daño, gracias por haber sido maestros de las sombras, por haberme hecho crecer, madurar, analizar, aceptar y evolucionar. Gracias porque mis mejores sentimientos, experiencias, sensaciones, exploraciones... emergen, casualmente, justo en el momento en el que salís y cerráis la puerta. Gracias por no haberos quedado entre medias, gracias por las medias tintas de las que no quiero nunca más ni una gota ni siquiera, gracias por no haber sabido verme ni haber sabido valorarme y sobretodo por no haberos quedado embelesados con una belleza que pocas veces se encuentra en personas tan inocentes y tan puras, como soy yo.

Gracias a vosotros reforcé mi amor personal, mi autoestima, mi optimismo, mi positivismo y mi capacidad para acompañar, sanar y ayudar a los demás. Gracias a vosotros me volví más valiente, me arropé con mis sombras y me escondí entre estados de tristeza que en mi propia soledad me hicieron emerger aún más guapa y más bella. Gracias a vosotros me di cuenta de que solo dependo de mi para lo que realmente quiero, deseo y merezco.

Y gracias a vosotros le di importancia a la espera, a la paciencia, al no ir detrás, a la ligereza de los momentos, a las lecturas a solas bajo una manta de lana, a los viajes dentro de mi corazón, a las proyecciones personales, a la capacidad para reconstruir aunque parezca que todo se ha convertido en escombros imposibles de arreglar.

Aunque todo fue mentiras y yo solo ocupé un lugar de entretenimiento para vosotros, haberlo dado todo por cada uno de vosotros, apostando como el que juega con plena confianza a una partida basada en azar y que en esa partida muchas cosas que escapan a mi control, me hizo darme cuenta de que cuanto más daba más tenía para dar, que no me vaciaba y que aunque parecía que el patrón volviese a repetirse, con matices bastante parecidos, mi generosidad crecía con cada experiencia... ¡crecía y crecía aún más! y así he aprendido también a decir que no, a poner límites, a darme a mi misma sin esperar de los demás, a vencerme a antojos porque ¡yo me lo merezco y me lo curro!, así he aprendido a mover los sucesos de mi vida con cierta facilidad y en márgenes de tiempo muy cortos y escuetos... así he aprendido a iluminar a otros y a inspirar; porque lo que yo hago lo puede hacer cualquiera y eso precisamente lo que me gusta transmitir a la gente, ese mismo cambio que he experimentado y que me ha llevado, sin lugar a dudas, a hacer resurgir la mejor versión de mi misma.

Gracias por no haberme amado, porque así me he podido amar yo y saber, que dentro de mi sabia alma y mi joven edad terrenal, hay un tiempo donde me espera mucho, más y mejor. Que todo lo tengo al alcance de mi mano y que no salgo perdiendo jamás por decir adiós... que en esta vida siempre se sale ganando si uno sabe mirar al lado acertado.

Gracias por no haberme valorado, por no haberme querido mirar volando, gracias por no estar ahí en un futuro cuando todo ocupe el lugar que le corresponde y que tanta felicidad me va a aportar. Gracias por no ser las personas adecuadas para compartirlo con vosotros, gracias a vosotros me he dado cuenta de dónde estaba y dónde no quiero volver jamás... y si alguna vez nos encontramos de nuevo cara a cara, os lo diré: gracias por haber sido nada para que yo lo fuese todo conmigo misma.

Esto es sin acritud, es un sincero y profundo ¡GRACIAS! desde el amor que hoy rebosa de mi cuerpo sin explicación.

Os deseo, de verdad, esta preciosa capacidad que he aprendido para darle la vuelta al asunto, para enriquecerme por dentro, para crecer por fuera, para volverme fuerte y sobretodo para evolucionar rápido, aunque sin prisas y disfrutando.

Un sincero abrazo, habéis sido fundamentales para llegar a esto.

lunes, 2 de enero de 2017

VIEJOVENES DESTRUIDOS...


Yo soy de esa generación que se inventa vocablos sentados en el sofá de su casa, con el portátil más moderno a mano y después atendiendo mil notificaciones en Instagram. Soy de esa juventud que conoce personas por internet y luego se lleva el chasco cuando se ven en persona, de los de polvo rápido y fácil y adiós a las pasiones de antaño... ¡cuánto arte se habrá construido gracias a esas pasiones!.

Soy de ese grupo de habitantes del planeta que desde jóvenes se defienden en más de un idioma y los mezcla y remezcla en un mismo párrafo, de esos que hemos traducido nuestro puesto de trabajo porque suena más "underground" (¿véis? lo que os decía hace un rato). Soy de esa generación que viaja desde jóvenes, que no le teme a los aviones, que gracias a Dios ya no hace falta pasaporte para ir a tomarte unos vinos a Francia y un poco de pasta a Italia.

Soy de esa parte de la civilización que ha crecido teniendo atrás un mundo cultural super-enriquecido, y si te ha tocado la lotería con tus padres habrás podido escuchar grandes de la música como Janis Joplin, Frank Sinatra, The Beatles, Queen... (si no has tenido esa suerte lo siento por ti). Soy de esa generación de "a las 8 en casa" y no sabías cuando eran las 8 e ibas preguntando por el barrio la hora para llegar a tiempo, la generación de las tardes jugando, de dedicatorias en la agenda y en todos los cuadernos, de mirar asombrados a los mayores del cole (los mayores que quizás solo te sacaban 2 o 3 años)...  La generación que amenazaba con llamar a su hermano mayor como única fuerza protectora, la generación que ha visto Star Wars en la televisión pública en un aparato con más culo que pantalla.

Y aunque se dice tanto de nosotros, a día de hoy se dice también tan poco.

 Estamos en el limbo del crecimiento profesional, muchos han debido renunciar a la compañía de los de siempre por poder sobrevivir y los que no podemos o nos negamos vivimos en una atmósfera un tanto extraña. Hemos querido aprender del error ajeno o del error familiar y a tanto hemos llegado que rozamos un clínico hermetismo emocional... Sí señores, yo soy de esa generación de los que abren blogs y se esconden detrás de una pantalla porque no tienen valor para decir exactamente lo mismo a la cara, de los que anhelan una revolución cultural y conocen los verdaderos motivos de la guerra, de los que fueron criados con una ilusión que les arrebataron poco después de la mayoría de edad, de los que tienen que hacer malabares para llegar a fin de mes si vives independiente, soy de la generación de los 20 y tantos que no pesan pero parecen que actualmente son más densos, la generación que piensa que mandando un emoticono por Whatsapp ya lo has dicho todo, la que teme los km cuando se trata de amor, la que no piensa en la muerte, la que hinca codos (o no) para intentar algo... Soy de esa generación que pronto probó los placeres del alcohol y del sexo, aunque es una pena que los que vienen después los prueben aún más temprano.

Yo nací en la generación de los padres desenamorados, de las rupturas habituales, de las escenas de sexo en las películas para mayores de 13, la generación de las tertulias de mierda por la tele, de las prohibiciones, de los constantes cambios en el sistema educativo, cultural y de sanidad... La generación que más casos ha visto o conoce de cáncer y de otras enfermedades, la más informada sobre las enfermedades de transmisión sexual y sin embargo la más arriesga a ello... La generación del "no sé, me da igual..." o la generación de me ahogo en un vaso de agua, la generación de me falta sangre en las venas para defender hasta el final de mis días un ideal, la generación que odia la filosofía sin darse cuenta que la filosofía es el regalo del pensamiento humano, la generación que llama arte a la basura que se acumula en mentes vacías, la generación que es incapaz de superar con dignidad la ruptura con una persona que realmente solo restaba en tu vida...

Vengo de esta generación a quienes llaman "viejovenes" con tantas variantes y etiquetas diferentes, con tanta necesidad de definición que existen "tribus" urbanas y suburbanas para todos los gustos. Vengo de una generación con vacíos que llena sin saber mirar más allá de sus selfies, de su ego y de su ombligo (y yo aquí me incluyo sin sentir vergüenza).

Pero escribo esto para hacerme pensar, para haceros pensar... ¿en qué estamos fallando? Porque parece que queremos complacer a los que parecen que están esperando de nosotros y nos quedamos, siempre, en ese punto medio que ni es para ellos ni es para nosotros y así nos conformamos.

Yo creo que nos estamos fallando a nosotros mismos, que nos hemos acostumbrado a las facilidades de ser más inhumanos y que en vez de ver asombrosos aprendizajes en los errores de quien nos han precedido, los hemos usado como ladrillos para construir nuestro propio mundo, creo que hemos encontrado cierta facilidad en escribir un Hashtag en Twitter (tanto para escribir una queja como para sentirnos apoyados por algún ídolo de masas al que seguimos) pero parecemos bobos porque nos negamos a buscar la solución a nuestros propios problemas y a los problemas del mundo, que aunque intentemos huir, también son nuestros.

Vengo de esa generación, de viejóvenes destruídos, que les falta pasión y brillo, que han olvidado el amor en un cenicero lleno de colillas y de restos de algunos porros humedecidos, que ya no escriben post-its para alegrar el día, que esperan detalles sin dar nada a cambio... ¡es más! que esperan cambio sin hacerlo ellos mismos, que se quejan de la misma fiera a la que a diario alimentan. Vengo de esa generación del postureo con la pizza, del postureo con las relaciones (que al final no terminan en nada), del miedo al compromiso, del miedo a la aventura, del miedo a independizarse con cuatro duros ¡como Dios manda! para experimentar todos los sabores del vivir... Vengo de esa generación incapaz de desatascar una lavadora, que le cuesta Dios y ayuda encontrar la pareja de los calcetines, que cuando les rompen el corazón anhelan las lentejas de mamá... Esa generación que se cree libre y sin embargo está rebosante de prejuicios, futuro de un mundo que parece venirse abajo, una generación conscientemente inconsciente, y en todo lo referente a ser atrevidos, estamos en coma.

La generación de la abundancia de sexo con mil relaciones esporádicas, de la huida de conocerse a uno mismo y conocer a quien se ponga a tu lado con buena voluntad, la generación que promulga mucho y que luego hace poco...

Vamos a ponernos en pie, con nuestros más y nuestros menos, si hemos destruido cadenas no podemos sentarnos a esperar, hay muros más grandes que han caído en un pasado en el que ni siquiera estábamos pensados... Hay guerras que han formado el presente que ahora tenemos entre las manos, hay sangre en banderas que hoy se besan, hay hechos y deshechos... y nosotros somos los protagonistas de todo ello, con una obligación: hacer el mundo un lugar mejor.

Menos comodidades de mundo de fantasía entre redes sociales y más realidad, acercando el hombro cuando se pueda y entendiendo que sin movimiento no habrá nada que merezca la pena.

No lo intentes... ¡HAZLO!



Hola, hoy vengo a contarte que las mejores historias, aquellas que compartes con tus colegas entre cañas o con tus futuros nietos al fuego de una chimenea, no empiezan a contarse con un "intenté..." si no con un "hice..." o "tome aquella decisión qué..." o "me atreví a..." o "viaje a..." o "comí tal cosa" ¿y sabes por qué? Porque las mejores historias no se quedan a medias, porque a medias solo se quedan las cosas "que se intentan" porque, en si, intentar es la excusa del que no está convencido, del que no cree que lo conseguirá o del que no confía. 

Qué amargo suena ese "vamos a intentarlo..." ¿cómo vas a intentar estar con alguien? Estás o no estás, esas medias tintas déjalas lejos de tu vida, sobretodo si de verdad quieres tener historias que merezca la pena contar (y la alegría y las risas y el presente y el futuro ¿quién sabe?).

En serio, todas tus mejores historias, tus mejores recuerdos, tus mejores experiencias... no serán con medias tintas, serán a todo contra nada, una buena apuesta "all in". Cuando te atreviste a hacer puenting, ahí no podía existir una media tinta porque saltas o no saltas, cuando te atreviste a hacerte aquel tatuaje solo había dos opciones y son lo haces o no, cuando te enamoraste... ¡bueno! cuando te enamoraste fue otra historia pero lo que importa es que en la cumbre de ese sentimiento estabas al 200% y que realmente entre las dudas nunca hay hueco para el amor, esas embusteras ocupan demasiado para dejar hueco a algo tan bueno.

Total, que hoy me he tomado un momento para decirte que te dejes de tanta tontería. En serio, cuando tengas 90 años te gustará haberte atrevido dándolo todo, mucho mejor que el sabor amargo de hacer las cosas a medias... Intentarlo es para perezosos que sobreprotegen su existencia y se alejan de los placeres de la vida. Intentarlo es para vagos incapaces de vivir de manera potente el regalo que durará hasta que mueran... Intentarlo es para gente que se acomoda, que es cobarde, que no tiene seguridad en si misma... Intentarlo es para esa gente con la que no te quieres juntar porque son aburridos, no parecen querer experimentar, y tú como yo, quieres experimentar esta vida hasta que no quede ni un solo día más, quieres experimentarla hasta la última gota y contarle entre risas a tus futuros descendientes como, gracias a abrir tu corazón conociste a una persona que te hizo tocar el cielo y como, gracias a no haberte rendido y tenerlo claro desde el principio, volaste a la otra punta del mundo y lo tienes apuntado todo en un cuaderno de bitácora. Podrás contarles, solamente si lo haces y no lo intentas, como la vida te ha parecido tan corta gracias a tus muchas aventuras y podrás ayudarles a no tenerle miedo. 

Tenemos que aprender a vivir esta vida sin tenerle miedo, queriendo vivir, sin boicotear nuestro destino ni esos planes en los que el universo siempre conspira a nuestro favor... pero si te quedas en esa línea de seguridad, si te quedas tras el cordón de terciopelo rojo, si te quedas con un pie en una tierra y otro pie en otro, si te agarras por miedo a no soltarte del todo, si dudas y si siempre te acompañas de "intentos", entonces, no vivirás ni la mitad de las cosas a las que estás destinado. Te dejarás tantas cosas en el tintero, tantas palabras por decir, tantos "te quieros", te dejarás tanta pasión, tanta sangre, tanto sudor... a cambio de un sentimiento de anhelo y una duda que siempre te repetirás dentro: "¿y si en vez de haberlo intentando lo hubiese hecho?".

Al menos este año concédete la oportunidad de hacerlo, hazlo todo, no lo intentes. Hazlo sin duda y aunque tengas miedo, hazlo con miedo. Atrévete incluso con los ojos cerrados, pero atrévete y hazlo. Esta es la única energía para liberarte de la peor condena que te acompaña: el miedo a perder la seguridad y recuerda que la gente que hace, normalmente, ganan más que aquellos que solo lo intentan.

Las personas que se atreven, y dicen "lo hago", se plantean su vida siempre haciendo, no hay resquicios de "quizás", porque si quieren algo van a por ello y ponen todo lo posible por conseguirlo. Porque entienden el significado del sacrificio, del esfuerzo, del cambio personal y encuentran el placer en el postre final, sentarte en paz y chillar a los cuatro vientos: LO HE HECHO.

 Porque el que hace, consigue, y el que consigue ¡siempre gana!.

domingo, 1 de enero de 2017

Yo no soy una chica normal.

Estremecidos mis vórtices internos. encogidas todas mis tristezas. Asesinados mis boicoteadores internos, mundo patas arriba... y si no me pillas al vuelo, seguramente no me pilles nunca.

Leo las líneas de tu vida, solamente necesito una mirada, adoro el centelleo de las estrellas que chillan mil secretos que nosotros necesitamos integrar. Años para empezar, vidas para proseguir, liberarse de los más y de los menos, alejarse de las evaluaciones continuadas hacia el caminar, pretensiones amarradas a ilusiones.

Porque yo soy de besos de regalo, de caricias siempre a mano, de masajes por el cuerpo, de abrazos sinceros y de darlo, desde el instante uno, todo a nada... que más me da, si no sé lo que pasará conmigo mañana.

Y entre tanto disimulo, como una persona de lo más corriente, pero es imposible esconder tanto potencial, tanto fuego, tanto viento, tanta agua brava... Estudio la vida en vez de estudiar lo que me toca, amo en vez de calmar la llama interna, acabo y vuelvo a empezar, me regalo mil oportunidades, soy de culo inquieto y no tengo raíces que me enganchen. El traqueteo de los trenes me incita siempre a quedarme profundamente dormida, muero y renazco a cada rato, revivo y desconfío pero a la vez me tiro a cualquier abismo.

Adoro la falta de casualidad y la evidente prueba de que el universo trama siempre a nuestras espaldas, lo adoro porque hay cosas que encajan, aún con los miedos y aún con mis propias trampas.