Cuando pongamos el amor en disposición al corazón, y no a los ojos o la mente, veremos realmente lo que significa amar sin las condiciones que nos inyecta ésta sociedad.
El bombardeo constante hacia una perfección inexistente nos condiciona a vivir, actuar y decidir en base a esa realidad, que no deja de ser un producto de manipulación a favor del marketing en el que se establece todo lo que nos rodea. Así es el mundo que nos consume; capaz incluso de manipular algo tan íntegro y virgen como el significado del amor.
A menudo nos topamos a través de redes sociales, películas, series, programas de televisión... Con una realidad que dista bastante del amor real, nos topamos con una figura representativa sobre el amor con uno mismo, el amor en pareja, el amor con los amigos... Que solo muestra una impoluta superioridad y excelencia. Los personajes que se eligen para mostrarnos eso suelen ser prácticamente perfectos física y emocionalmente, aunque de vez en cuando para dar algunas gotas de drama se les vea en un corto y banal proceso de crisis emocional consigo mismos (y la realidad de las crisis emocionales es que nos pueden atrapar por semanas, meses o años y que en muchas ocasiones requieren de un trabajo constante y comprometido con uno mismo).
Así la figura de la pareja heterosexual perfecta nos contamina con una realidad bastante poco probable, dado que la perfección no deja de ser una ilusa imagen inexistente y que no existe sólo un absoluto modelo de pareja.
(En relación a la perfección; si bien es cierto que la naturaleza entre la vida y la muerte, entre su caos y su orden, termina haciendo que todo funcione con cierta perfección, también es cierto que el valor de "lo perfecto" a nivel emocional/social es bastante diferente a la perfección que existe en la naturaleza salvaje.)
Ésta presión constante nos ha hecho colocar nuestro corazón en un lugar equivocado; desterrado de nosotros mismos. Y buscamos ideales en base a los ojos y la cabeza, todo debe encajar de la mejor manera con nuestro plan, con esa estrategia que nos hemos creado previamente en nuestra mente. De ésta manera algunas personas han ido olvidando, progresivamente, el valor de una pareja y lo que puede suponer estar dispuesto a "entrar en relación".
Ya lo he comentado en más de una ocasión y a pesar de quedar como una pesada creo que no está de más decirlo algunas veces más: lo más noble de entrar en una relación es abrirse a la necesaria realidad del cambio. No es lo mismo vivir para y con uno mismo, sin el compromiso con otra persona, que entablar un compromiso de amor con alguien y permitir que esto fluya y realmente se de. Cuando abrimos esa puerta y dejamos que fluya y se de, damos nuestro consentimiento para que todas las vivencias que se forjen nos empujen y lleven a los aprendizajes que necesitamos en nuestra evolución y crecimiento y no existe evolución y crecimiento sin cambio. Por lo tanto toda relación, predisposición a relación, permiso de relación, intención de relación... Nos llevará a un cambio, más o menos significativo, de nuestra persona. Eso es algo que poco o nada nos muestra nuestro entorno ''marking-tinizado'' y que cuando nos lo muestra parece pura ciencia ficción y poco de humanidad se ve en lo que enseñan.
Todos los seres humanos merecemos amar y ser amados. Ésta es una de esas poderosas afirmaciones que pueden cambiarte y cambiar tu mundo, sobretodo si la usas habitualmente. Para comprender que todos los seres humanos merecemos amar y ser amados, es momento de abrirnos a que el amor no comprende de todo lo que la sociedad nos ha hecho creer que si. El amor no comprende de limitaciones, ni de superficialidad, ni de banalidad, ni de lo insustancial, no es intrascendente... El amor es un viajazo muy profundo, de ahí aquel post que redacté titulado "Love is the new trip".
Es muy triste escuchar a personas que han convertido cualquier tipo de relación en algo de postureo, superficial, exterior, aparente y frívolo. Parece que las personas solo buscan lujos, dinero y ese tipo de materia para sorprender... En caso de que no exista, buscan una belleza digna de dioses, un cuerpo perfecto y una personalidad 10, digna de cualquier correcto/pedante ser impregnado hasta la médula de protocolo.
Éste es el camino que nos convierte en ciegos de lo más importante. Solo echamos leves vistazos a nuestro alrededor y cada vez nos quedamos más solos, porque empezamos a considerar a los demás a través de diferentes portadas que son humo: cuántos seguidores tiene, de qué trabaja, cuál es su sueldo, ¿hace ejercicio a menudo?, ¿tiene un cuerpo definido y un torso firme?, ¿es muy conocido?, ¿tiene muchos contactos?, ¿qué marcas viste?, ¿cuál es su casa?... Y en base a este tipo de preguntas tan absurdas y vacías se establecen muchas "relaciones sentimentales" que lo único que muestran es ser relaciones de conveniencia.
Y es que supongo que una relación real, lejos de toda esa parafernalia, es solo una relación para aquellos elegidos que han decidido comprender qué es el amor realmente. Aquellas personas que han decidido entender qué puede significar hacer lo mismo que los demás, quedarse con ese humo de portadas vacías y observar qué pasa cuando la realidad de la vida sopla: que te ves sin nada. Sin absolutamente nada y habiendo perdido el tiempo en algo que no merecías ni necesitabas.
Si amásemos realmente con el corazón comprenderíamos que incluso una relación efímera de una sola noche significa mucho más que el típico polvo de alegría y jugueteo. Y es que de una vez por todas podríamos valorar el tiempo que cada persona nos ofrece, aunque sólo sea para una noche corta, y también podríamos valorar la importancia sagrada que se encuentra dentro de cada ser humano, por encima de su genética belleza, del tipo de cuerpo que tenga, de la familia que provenga, de los bienes que se ha forjado, de su capacidad para salir siempre tan fotogénic@... Porque cuando envejecemos lo vemos; lo más bello de una persona es aquello por donde los años no pasan de igual manera que en la piel, ya que me refiero a su esencia, corazón y alma.
Cuando empieces a pasar de lo que la sociedad te hace creer qué es amor y cómo debe ser y qué no... Cuando empieces a liberarte de que todo debe ser siempre perfecto, cuando comprendas que lo más humano es reconocerse imperfecto y que precisamente ahí se encuentra mucha riqueza personal y una gran calidad de vida... Cuando integres todo esto y te deshagas de esas dañinas maneras de ver el cuerpo humano, que seguramente incluso te afectan de manera individual por cómo te han hecho verte a ti, encontrarás el amor que esté dispuesto a abrirte a una realidad de aprendizajes constantes, humildad, conocer sombras que ni imaginabas de ti mismo y también luces que entonces no habían brillado de esa manera.
El amor es un trabajo, con uno mismo y con los demás, que nos pide por favor que dejemos de idealizar y comprendamos la magia del existir.
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