Un felino jamás se avergüenza de quien es. Porque eso le arrebataría su propio poder personal. |
La vergüenza es una de las emociones más deprimentes, cohibidoras y encadenantes que existen. Hay estudios que demuestran que la vergüenza es un valor adquirido a nivel social, pues si la sociedad no estipulase qué es correcto y qué no, qué está aceptado socialmente y qué no, qué es lo bueno y qué no es bueno, en qué tiempo tienes que aprender según que cosas y si te pasas de ese margen de tiempo significa que lo estás haciendo de forma incorrecta... Éste tipo de valores establecidos son los que más alimentan la vergüenza. La vergüenza muchas veces viene de la mano del miedo a hacer el ridículo y es que no hay cosa que nos pueda escocer más, sobretodo hacia nuestro amor propio-autoestima-ego, que sentir cómo los demás se ríen de nosotros y nos juzgan. Y ver como este juicio ajeno nos empequeñece y nos hace sentir menos de lo que realmente somos.
A menudo éste tipo de vivencias se clavan en nuestras rutinas, en nuestros pensamientos y en la percepción que tenemos de nosotros mismos. Una vez ahí es difícil quitárnosla de encima y tiramos mucha brillantez y una gran cantidad de oportunidades por una emoción que nos mengua.
El "click" de éste texto se encuentra ya en su propio título "Si tienes vergüenza de ti ¿cómo vas a brillar?" Ya sea por comportamientos adquiridos, por entornos desgastantes... no hemos comprendido que sólo en amor (amor propio, valoración personal, reforzar la autoestima, gustarse a uno mismo...) se crea realmente lo que deseamos para con nuestra vida. El programa mental de "vergüenza-ridículo" despierta unas partes emocionales-espirituales que necesitan urgentemente ser sanadas: poder personal, valor propio y mor a uno mismo. Precisamente éstas tres partes, que son las piezas de una más grande, son las que podemos mejorar y re-construir para ir deshaciéndonos de la vergüenza-ridículo. Muchas veces sentimos esa sensación tan amarga por cosas tan naturales como vernos vulnerables aprendiendo a hacer algo desde cero, también a veces nos sentimos así cuando alguien es capaz de admirar cosas en nosotros que no vemos y al decirnos eso nos gobierna una absoluta e inmovilizadora sensación de vergüenza y timidez.
Existen diferentes formas en relación a la vergüenza, algunas se asemejan más a un miedo hacia el ridículo y otras se asemejan más a una sensación de desnudo, indefensión o timidez. La respuesta de la vergüenza puede variar mucho, desde un impulso agresivo, triste hasta una auto-castracción donde nos condicionamos a no intentar volver a hacer lo mismo. Al final la vergüenza es también una forma que adquiere el miedo y normalmente es un miedo a lo social, al fracaso, a ser el clavo que más golpes se lleva o a no estar dando la talla.
En ocasiones uno siente vergüenza de si mismo porque se exige más, sin ser capaz de admirar objetivamente lo que ha conseguido hasta ahora. Éste ataque continuado y destructivo te condiciona psicológicamente y físicamente se somatiza en tu cuerpo, no sólamente con posibles enfermedades, a veces el cuerpo coge la "forma física" que tú imaginas viéndote en un espejo o pensando sobre ti. De esta manera el programa de vergüenza nos condiciona quizás a coger más peso de la cuenta, a vestirnos de una manera más destartalada, a mostrar una cara con evidentes señales de cansancio crónico o desgaste emocional... Y es que la vergüenza es una maestra de las sombras, como muchas emociones y estados psicológicos conforme más atención le prestamos más saca a la superficie aquello con lo que tanto nos estamos condicionando y emparanoiando.
La vergüenza así como algunas sustancias (alcohol por ejemplo), pensamientos ("no soy capaz", "soy un inútil", "no sé X cosas y no lo voy a conseguir"), sentimientos (tristeza, anhelo sin poner solución, ansiedad...), actitudes (tener una actitud de acomodarse incluso en lo que uno siente incómodo, no poner soluciones, no trazar planes de cambio)... Es una vibración que deprime el sistema. Dentro de éste "sistema del organismo" podemos destacar el sistema inmunológico, también el sistema de carácter/personalidad y además nuestro lenguaje corporal se ve condicionado por ésta emoción. Por otro lado, a nivel expansivo-creativo la vergüenza nos encierra, nos desanima y abate con mucha facilidad. Por eso una persona encerrada en una coraza de vergüenza se puede llegar a ver sumida en una sensación de anhelo/deseo constante donde es incapaz de materializar su realidad y de sacarle el lado constructivo a cada posible oportunidad que se cruce en su camino. Precisamente por esto yo te hago esa pregunta... Si sientes vergüenza de ti ¿cómo vas a brillar?.
Superar la vergüenza es un costoso trabajo que requiere de todo nuestro compromiso, es también un acto de rebeldía, liberación y elevación. Quien ha superado su humana predisposición (social) hacia la vergüenza, construye su vida y toma sus decisiones con toda la libertad que se le permite en ésta vida y lo más importante, lo hace también con la libertad de no necesitar la aprobación externa y sin dar importancia al que dirán.
En éstos tiempos, en éste continente y en ésta sociedad es donde tenemos que llevar a cabo varios trabajos para los que estamos sobradamente preparados (aunque a veces dudemos de ello); por un lado es positivo conectar con nuestro crecimiento y desarrollo personal, por otro lado ser capaces de qué traemos nosotros y qué trae la sociedad en la que hemos nacido y nos hemos criado y por tercero hallar las brechas de libertad, desarrollo y magia que existen entre lo que creemos que es y lo que tenemos que descubrir qué es la vida realmente.
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