Dani y Kambú |
You are the sun
I am the moon
Chase you around like a better fool...
(I am the moon- White Buffalo)
(I am the moon- White Buffalo)
Hubo una vez que me enamoré locamente y de lo locamente que me enamoré, me quedé loca. Me quedé majareta, perdida en un incontrolable océano y ese incontrolable océano era yo misma. Y tras aquella vez, amé, pero todo fue parte del caos que ya había vivido antes, un caos que no abandoné y que lejos de dejarle formarse, no supe observarlo y entoncés tomó su propio rumbo. Un camino que era la destrucción para la regeneración. Y tampoco sabía que regenerarse suponía mostrarse tal cual eres, como quien apuesta todo a una mano de Póker. Un juego con cierto azar, y sus reglas establecidas que bien conoces, pero desconoces con qué mano juegan los demás.
Os cuento esto porque todo empezó ahí. Y ahí me di cuenta que en la vida todos tenemos una única oportunidad y es la oportunidad de ser nosotros, incluso con nuestros días malos. Ser nosotros incluso con nuestros días buenos. Ser nosotros, incluso aunque no sintamos cada día como una nueva hoja, una impoluta y blanca hoja de nuestro libro más importante: nuestra vida.
Comparto este texto contigo para hacerte llegar mi propia experiencia. De entre todas las magulladuras que habitaron mi piel y mi ser, al final hay algo que ha quedado prácticamente intacto y son mis ganas de amar y de que me amen como me merezco: imperfecta y humana. Y sobre eso va éste texto.
Comprendes que todo fluye cuando en tus días donde ni siquiera te entiendes a ti misma ni sabes con qué pie te has levantado, cuando pareces abatida, viene alguien y te hace ver que de entre tanto humo que te descentra y que no te hace observar, hay algo más. Y ese algo más eres tú como persona. Estás ahí, incluso entre tus incertidumbres, tus inseguridades y tus ambivalencias, siempre estás ahí. También estás ahí incluso entre tus sensaciones de estar perdidx y no encontrar el norte de tu propio rumbo. Y eso es lo que he comprendido: estoy aquí, estoy conmigo. Y ese estar, más bien ese existir, es la magia.
Y aunque a veces no entiendo la naturaleza de mi propio universo interno y me encuentro encerrada o francamente desorientada, lo importante es que estoy, que existo, que pertenezco a mi misma. También son importantes mis intenciones. Eso es lo que he logrado integrar hoy, que no es poco.
De entre tanto aprendizaje complejo e introspectivo, también he sacado como conclusión que en tus días malos la gente que realmente valora tu ser, está. Ellos están. Y en especial se lo quiero agradecer a quien me acompaña ahora en mi camino. No resulta fácil y no lo es, pero no se rinde y sigue sobretodo humilde, inocente y abierto a pesar de que a veces yo estoy completamente hermética y sumergida en mis propios enredos.
Para amar hay que tener valor y fuerza de voluntad, es una cosa que cada vez me queda más claro. Porque aunque amar no es una adicción, sí que requiere de la fuerza de voluntad para sostener. Y es que hay algo bonito en el amor, es la parte +cuando no te sostienes a ti mismo porque no sabes ni ponerte de pie pero hay alguien viéndote, que aunque ese trabajo no lo puede hacer por ti está dispuesto a guiarte con toda su mejor intención y atención.
Creo que es la primera vez que me siento en consonancia con una relación real. Donde puedo hablar de mis patrones y de porqué surgen y reconocerlos sin sentir que alguien me empuja a que los expulse directamente de mi vida, porque lo primero que me dice siempre es "no seas tan duro contigo misma, poco a poco las cosas irán yendo a mejor" "no seas tan duro contigo misma, poco a poco irás consiguiendo las cosas" "si quieres que las cosas te salgan bien, simplemente no te rindas" Y aunque parezcan frases sencillas y a priori sin importancia, lo cierto es que esconden más de magia y de sanación que cualquier otro ungüento para heridas de guerra.
Es fácil amar a la gente, quererla, admirarla... sobretodo en sus días buenos, en sus subidones, en los subidones compartidos o entre drogas que te distorsionan la realidad y que a veces nos hacen proyectar "de más" incluso sobre lo bueno. Eso está chupado para todos. Lo que realmente demuestra la complicidad y sobretodo el trabajo en equipo, así como la apuesta real, es cuando te aman en tus días de mierda donde ni siquiera soportas que el aire de la calle te sople. En esos días, si te aman, es que hay amor de verdad y no cabe la menor duda.
Es fácil amar a la gente, quererla, admirarla... sobretodo en sus días buenos, en sus subidones, en los subidones compartidos o entre drogas que te distorsionan la realidad y que a veces nos hacen proyectar "de más" incluso sobre lo bueno. Eso está chupado para todos. Lo que realmente demuestra la complicidad y sobretodo el trabajo en equipo, así como la apuesta real, es cuando te aman en tus días de mierda donde ni siquiera soportas que el aire de la calle te sople. En esos días, si te aman, es que hay amor de verdad y no cabe la menor duda.
No es por idealizar pero lo cierto es que todos nos merecemos a alguien (amigos, pareja, familia... Como llegue en el caso de cada persona) que nos instruya en transformar nuestros días de dudas y amarguras en construcción, reflexión, introspección y comprensión.
Alguien con quien poder abrirse en canal, aunque sea entre dolorosas lágrimas que nos tragamos y entre miradas de "ojalá encontrase una solución rápida para todo lo que tanto me asfixia" mientras señalamos todo lo que tanto nos atormenta y que esa persona nos coja de la mano sin decir nada más. Porque a veces simplemente coger de la mano ya dice todo y más.
Y por último, mujeres que tenéis gatos, ya sabéis... Si vuestros gatos le quieren, ya no hay dudas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario