Que nos quede al menos eso, la sensación de que aunque nos encontremos rotos, heridos, desamparados, tristes, perdidos, culpables, irritados, enfadados, avergonzados... Nos merecemos ser amados.
Seamos los buenos, los malos, los héroes o los villanos, merecemos ser amados.
Creo que no hay nada que pueda aportarnos algo que nos llene y nos gratifique tanto, como la sensación y la esperanza de recibir amor a cambio.
A si que cada vez que dudes de ti y pienses que necesitas ser perfecto/a, que todo debe ser perfecto, que todo debe cumplir con unos esquemas establecidos... Recuérdate con cariño que "y a pesar de..." de aquello que a ti te chirría, te mengua, te resulta excusa, te duele, te escuece, te daña, te condiciona, te sirve para juzgarte, es una trampa, te empeora... A pesar de... Mereces ser amado.
Y creo que esta es una verdad universal que se antepone al resto de leyes físicas, químicas, matemáticas, complejas, cuánticas, reales o imaginarias. Es la verdad universal por excelencia.
Inquebrantable, innegable, perenne, sólida, estable, cierta... En cualquier lengua, sentido, lugar, contexto, realidad, momento... Mereces ser amado/a.