¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

viernes, 23 de febrero de 2018

Gracias a los malos momentos:

Podemos hablar de qué es la paz pero si lo hacemos, hagámoslo en paz.
Podemos hablar de qué es el amor pero si lo hacemos, hagámoslo en amor.
Y podemos hablar de qué es la comodidad... Y si lo hacemos, hagámoslo sin sujetador, bebiendo té y rodeadas de gatos.

La vida es muy corta para oprimirse, para culparse y para autofustigarse... No te hagas cargo de lo que no te corresponde y libérate.
Las buenas rachas y los buenos momentos los agradezco casi al instante. Las épocas malas, las rachas chungas, las adversidades, las cosas que no salen... Todo esto lo agradezco cuando hago balance de un año de vivencias.

Gracias a las malas épocas de mis 25. Gracias a los amores que no se dieron y los que se mal dieron, gracias a los "hasta siempre" y también a los "adiós", gracias a las respuestas indebidas, a las equivocaciones, al orgullo, al ego, gracias a todo lo que se ha roto, a todo lo que no se ha dado, a todo lo que se ha ido, a todo lo que no volverá, a todos los que no volverán. Gracias también a los que han vuelto, a los que no se han ido y a los que han sido valientes: para marcharse o para quedarse, sobretodo para marcharse o quedarse en la vida, no en mi vida.

Gracias a esos ataques de llantos, a esa soledad, a esa sensación de asfixia, gracias al miedo, gracias a las malas experiencias, a los malos tragos, gracias a la ansiedad, a la desesperación, gracias a todo eso que ha sido "caquita" y que es, muchas veces, algo inevitable. Gracias a lo irremediable, a lo que se tenía que dar aunque doliese, aunque ardiese, aunque me hiciese sentir que me estaba agotando.

Gracias a todos los que me han tratado mal, a los que se han confundido conmigo y también a los que se han confundido consigo mismos tratando conmigo. Gracias a esos momentos de tener que buscarme la vida, gracias a esa sensación de creer que iba a fracasar, gracias a esa sensación de soga en el cuello, gracias a lo ilógico, a lo delirante.

Gracias a la neurosis que me ha conquistado en alguna ocasión, gracias a mis equivocaciones, a mis desaciertos.

Gracias a todos esos instantes que llamamos "malos momentos" y que son los mejores maestros para descubrirnos, para descubrir la vida, para superarnos, para superar la vida.

Gracias. De todo corazón gracias. Gracias a 365 días de vida más, aunque algunos de esos días no han sido en paz, aunque me han dolido muchísimas cosas, aunque otras tantas me han cambiado o me han hecho encerrarme.

Y quiero agradecer todos estos instantes de adversidad porque gracias a ellos me he hecho más fuerte, gracias a ellos he conectado con una parte fundamental de mi potencial... Sin esto, no tendría las bases para lo que está llegando y para lo que queda aún por llegar.

Gracias por momentos donde mi inmadurez era más que palpable y otros donde me he atormentado creyéndome menos, cuando estaba todo bien, cuando yo estaba bien y me creía mal. Gracias incluso al ataque que he tenido hacia mi misma, a las dudas, a la incertidumbre, a la amarga ambivalencia, gracias al vértigo de la experiencia que te deja mal sabor de boca.

Gracias a la intuición a la que no siempre hago caso pero que siempre lleva la razón y por no hacerle caso me he visto encerrada en momentos muy desagradables. Gracias a todo esto, porque esto también es vida.

El camino de la sanación, del reconocimiento, de la aceptación, de la liberación, de la elevación... Viene también acompañado de momentos indeseados, esas experiencias son fundamentales. No he conocido, en persona, alguien con una vida fácil y que sea un ser con el que merezca la pena (y la alegría) compartir el tiempo, compartir la experiencia, compartir el vivir, compartir el camino... Por eso, porque mi objetivo y mi naturaleza es también de ser esa clase de humano que aporte, con el que nadie dude en estar aunque sea un instante, comprendo que necesito vivir algunas cosas y que las que he vivido también eran fundamentales, necesarias aunque me cueste a veces reconocerlo, para convertirme en alguien mejor, para ser alguien mejor, para convertirme en sabiduría, para vivir en paz, para comprender que así es esto, así es ésta magia. Aquí no hay trampa ni cartón, el cosmos funciona sumido en esa naturaleza de luces y sombras, nosotros estamos en el cosmos, habitamos en él, por lo tanto nosotros también estamos sumergidos en esos ciclos que a veces juzgamos sin querer ver, observar y sentir la energía que habita en ellos, sin querer doblegarnos a lo que realmente importa.

Ningún año es fácil, ninguna edad es fácil. Todo tiene pizcas y matices de dificultad, de adversidad, de cuesta arriba, de agotamiento... Y éstas pizcas demuestran la verdadera y completa realidad de quienes somos. Según cómo nos hemos recompuesto, según lo que hemos querido adquirir de cada experiencia, según cómo de sabios nos volvemos, según cómo nos sentimos, según cómo lo comprendemos... Se muestra ante nuestras narices una realidad indivisible, una verdad que vivimos en primera persona y de la que nosotros somos más conscientes que nadie: quienes somos como personas, quién soy como persona.

Gracias al pasado que aunque a veces pesa es un registro sagrado de lo que es este presente, de lo que será ese mañana.

Gracias a la vida que me sigue dando una oportunidad más para participar activamente en su juego de crecimiento, enriquecimiento, expansión.

Gracias a las heridas que se han formado a lo largo de todo este año, gracias a las muescas, a las cicatrices, a las nuevas actitudes tras cada encontronazo.

Por esto, por todo lo vivido en lo que llevo en ésta dimensión, en ésta realidad y en éste mundo... Gracias. Gracias por permitirme estar aquí y seguir colaborando conmigo, colaborando con lo que existe.

Otro año más dentro de esta hermosa experiencia. Me esperan aún licores amargos, cosas mal hechas, insospechadas y desagradables sorpresas... Pero de todo crezco, con todo me nutro, de todo aprendo, con todo me expando.

Nada me condiciona, todo me compone. Nada me detiene, todo me empuja. Nada me para, todo me motiva. Lo "malo" no es la excusa, lo "malo" es el maestro que, si te dejas, te lleva a abrirte con lo mejor de ti... Irónico pero cierto, así es el humor ácido de un universo inexplorado.

Nada termina, todo continua. Y precisamente por esto, muchas gracias.

Que todo siga, que yo fluya, que siga creciendo, que siga expandiéndome. Gracias a mi misma por no rendirme, por seguir aunque a veces me crea perdida, a veces me sienta desamparada, a veces no halle motivos ni razones, aunque a veces me permita tropezarme y usar el tropiezo como una excusa para pararme, para hundirme y de nuevo, otra vez de nuevo, recuperarme y volver con más fuerza.

Gracias a los malos momentos que sin ellos no habría descubierto los buenos.

Que tu transformación sea por ti:


No te digo que no cambies, te digo que si te transformas... sea por ti.

Tu propósito y tus mejoras, como persona, deben estar relacionadas con el nivel de compromiso que tengas contigo, cumplir con las ideas de otro no es un compromiso contigo ya que es un compromiso con otros.

Imagínate; a el/ella le gustan personas de X tipo y tú quizás te defines y sientes como de Z tipo ¿es el cambio que realmente deseas? ¿Es esa posible transformación un compromiso contigo? ¿Es quizás una decisión desesperada?.

Cuando algo nos obsesiona, cuando algo llama nuestra atención demasiado, podemos llegar a perder nuestra identidad. Ésta cruda realidad sale a la luz en muchas relaciones, sobretodo cuando éstas terminan. Tanto tiempo siendo y haciendo para el/la otro/a que al volver a estar con uno mismo, a solas, la sensación es de abandono. 

Sentimos que tenemos que ponernos a reconstruir ese campo que hemos dejado descuidado: nuestra propia persona. Podemos experimentar emociones de abandono, algo que intentaremos solucionar en muchos casos recuperando el tiempo perdido y experimentando, a veces, hasta llegar a excesos. 

Antes de llegar o pasar por ésta realidad, que aunque enseña mucho no es agradable, pregúntate, sobretodo para evitarla ¿es una transformación/cambio para mejorar como persona o es por miedo/apego/necesidad egoísta? Miedo a perder el objeto (persona) de nuestra necesidad o desesperado apego... ¿Quieres contentar a otra persona aunque pueda suponer dejar de ser quien eres? Cuando dejar de ser, ese ser, que ahora eres puede suponer renunciar a cosas que son naturales en ti y que te aportan bienestar. 

Antes de nada, también me gustaría preguntarte ¿cómo piensas que es el amor? ¿qué significa para ti? Obvio que una relación es un consenso sagrado entre varias personas, donde los implicados se comprometen y en la medida de lo posible experimentan en conjunto y por separado una transformación y un cambio inevitable, ahora bien, este texto habla de renunciar a algo mucho más sagrado y es cuando alguien prácticamente deja de ser el/ella por volcarse tanto en la "entidad" de la relación. 

A mi modo de ver quizás el mejor amor sea ese que te permite ser y quizás esa libertad y respeto sea lo que te empuje a ser mejor cada día, sin presiones ni agobios, con sentido común. Porque a lo mejor decirte "me gustaría ser como el tipo de personas que SÍ le gustan" (cuando hemos experimentado una ruptura) o "me gustaría ser como esas personas de las que SÍ se ha enamorado" (cuando hemos tenido una relación donde no ha cuajado algo recíproco) son afirmaciones de una grave y preocupante falta de amor propio que puede generar una difícil y dura realidad. Una circunstancia donde al no encontrarse el amor propio es inviable que pueda florecer el amor con otros, incluyendo pareja/s.

Puede ser que ésta falta de repeto y reconocimiento te lleve a desintegrarte y te condene a vivir el mismo tipo de enganche emocional, de atración, de sensación de "éste/a me hace tilín..." Porque hasta que no veas la realidad con tus propios ojos y te des cuenta de que el cambio debe ser una voluntad propia, posiblemente te condenes a una misma situación que se repetirá hasta dejártelo claro. 

La transformación y el desarrollo como personas, la evolución y cambio de tu personalidad, son propósitos, metas, objetivos y responsabilidades que deben llevarse a cabo con libre albedrío pero sobretodo desde la sensación de que es lo mejor para ti, no para otros... Porque muchas veces lo que es bueno para otros, aunque nos amen con locura, puede no ser bueno para nosotros. 

Tienes que cambiar, porque la vida es cambio, ahora sólo te digo que ese cambio lo hagas como un trato contigo. Sólo así se cumplen las ideas, los sueños, las ilusiones, los compromisos, los propósitos, los objetivos... Y sólo de ésta manera se obtienen los mejores resultados y sobretodo una grata sensación de satisfacción. 

Quizás es el mejor momento para aceptar la libertad del sentir ajeno, soltándose, sin la necesidad de compararse con nadie, de ponerse a la altura de nadie y sobretodo de no contentar a nadie. No naciste para cumplir expectativas, naciste para descubrirte. Ésta es la mejor manera y actitud para hacer un hueco real y sólido al amor. Y el amor, como entidad con vida y vibración propia, sabiendo que tiene ese hueco en tu vida no tardará en venir para quedarse, mostrándose en todas las formas que le es posible. Y gracias a esto descubrirás todas las formas de amor, aclararás tu concepto sobre las relaciones y podrás disfrutar de una placentera sensación de ver amor allá donde vayas... Amor en la naturaleza, amor en los amigos, amor en los pequeños detalles, amor en un mensaje, amor en el trabajo... 

Transfórmate, eres un ser metamórfico. Pero disfruta de la metamorfosis de ti, para ti, porque tú lo vales... No te deshagas tratando "de hacerte" de la forma que alguien te impone y que no comprende algo tan valioso como la persona que realmente eres. Y no te deshagas tratando de atarte a relaciones donde encontrarte queda en segundo plano y lo que abunda son ansiedades, impulsos desmedidos, egoísmos... Todos podemos cometer ese error, pero por favor no lo conviertas en tu rutina, aprende y suelta. 

sábado, 17 de febrero de 2018

No pretendas que sea, déjame ser:

Another brick in the wall - Pink Floyd


Pretendes que sea dulce cuando la vida me ha molido a palos. Cuando me he visto más sola que acompañada. Cuando he tenido que buscar entre los escombros de mi alma para no perder la fe en todo.

Pretendes que siempre sea afable, de buen gusto, cercana y cándida... Y omites la realidad de unos dolores incandescentes bajo una piel vivida por muchas experiencias.

Pretendes que no me enfrente, que baje el puño y muerda la lengua. Que lo maquille todo bajo una actitud hipócrita, sin sentido y carente de realismo y honestidad.

Yo no puedo ponerme una sonrisa entrenada, una careta falsa, un sentir que no está ahí de verdad... No puedo presumir de nada, ni dármelas de feliz cuando no a veces no lo estoy. No puedo rizar el rizo con lo políticamente correcto, ni con expresiones repipis carentes de realidades indigestas.

Yo veo la belleza que habita en la espina de la rosa. Entiendo el acento del barrio que ha criado a tantas personas. Se lo que es el barro en las manos, el ataque injustificado, la ausencia de protección, la amargura impuesta, la realidad difícil por no haber tenido mucho y haber aprendido con poco y valorándolo con tesón.

Sé lo que es el sabor a hiel, la renuncia, el sentirse abatida y verse tirando la toalla porque ni el tiempo ni las circunstancias acompañaban a algo mejor. Sé lo que es el juicio indiscriminado, la puta opinión de más, el odio a uno mismo, la falta de autoaceptación acompañada de un entorno que la favorecía aún más. He visto terrores, miedos y monstruos. He sido esa misma presencia de terror, he provocado miedo y me he convertido en monstruo. 

Mi orgullo ha roto cosas hermosas, realidades frágiles e irrecuperables. He trazado líneas que he superado, he estado apunto de cruzar metas y justo en el momento adecuado he dado la vuelta, he jugado con la vida y con la muerte, me he dejado envenenar y me he dejado influenciar hasta perderme dentro de mi misma. He dudado de todos, incluyéndome. He sentido paranoias indescriptibles pensando que el universo tenía un complot para hundirme y machacarme. He dicho "de éste agua no beberé" y llevo procrastinando la última hasta no se cuando. 

He estado en realidades amargas, en experiencias indeseadas, he sido testigo y he sido protagonista de situaciones con una gran parrilla de colores. Me he odiado porque me he dado cuenta que no era fiel a mi sentir, me he odiado por querer hacer algo que no llegaba a hacer, me odiado porque era incoherente contradecirse, porque no podía cumplir con el propósito de mis intenciones, porque la atmósfera de aquel momento me impedía poder volcarme del todo en mis ideas de crear algo mejor, de crearme como alguien mejor. 

Pretendes que tenga sonrisa fácil, carcajada contagiosa, que me deje abrazar a la primera y que me deje enamorar, que me enamore de nuevo, que caiga a un abismo que me da vértigo. Deseas una cercanía cariñosa, un "abajo los muros" y un prado sin púas. Tú quieres que tire abajo todas mis protecciones, que me deshaga de gran parte de lo que he conseguido y justificas, bajo tu imaginada magnificiencia y absoluta verdad, que eso es lo mejor para mí, que así me sentiría más feliz y en consonancia con la vida... Y me lo dices tú, quien duda de si. Quien tampoco es feliz 24/7, quien no sabe vivir, y al igual que yo, andas improvisando y las cosas te andan saliendo, como a mi, a veces mejor y a veces peor. 

Me corriges conmigo misma y aún no he visto que te tengas en un altar. Me das lecciones de vida y de amor, de apertura y de deseos imperiosos sin valorar la totalidad de mi presencia, de mi persona... Porque hay motivos por los que soy así y no soy como a ti te gustaría que fuese. Porque yo no soy el resultado de la imaginación de nadie, porque ya me has conocido como adulta y ahora te pido por favor que dejes de hacerte ilusas imágenes sobre lo que deseas ya que chocan con la realidad de quien soy. Y no me avergüenzo ni de lo malo y tampoco presumo de lo bueno; me enorgullezco de no haber dado aún la partida por perdida. 

Me siento orgullosa de no haber parado de jugar, aunque las reglas de mi juego cambien, aunque yo viva a intervalos estáticos y de metamorfosis. 

Lo siento; no nací para cumplir con tus expectativas. Intenté que otros cumpliesen con las mías y no les dejé ni ser, ni estar, como ellos querían estar y ser. Y todo salió volando por los aires y explotó en mil pedazos... Es una física y una química inestable y donde hay que intervenir con precaución, y no hay mayor precaución y cautela que la de no forzar, no apretar, no empujar, no mezclar sin pensar previamente en la reacción. 

Yo no soy quien crees. Yo soy quien soy, yo soy quien seré, yo soy quien fuí... En una atmósfera favorable para la reconstrucción y la destrucción, una danza entre luces y sombras de la que no debo, ni quiero, escapar. 

Ojalá lo comprendas antes de que sea demasiado tarde. O quizás nunca sea tarde y lo comprenderás cuando debas hacerlo, sea como sea, ojalá lo comprendas. 

Oda al amor propio vol II


De mi colección de textos: "Oda a mi misma, a mi amor y a mi coño ¡Olé, olé!"

Me prestas atención o me piro. 

Que yo no nací para estar a los pies de la cama de nadie.
Tengo muy poco tiempo que perder porque tengo muchos gatos que cuidar y muchas plantas que regar. Me quedan muchos tés por beber, muchos libros por leer, muchos viajes por hacer.
A lo de "quédate cerca para cuando a mi me apetezca" hace mucho tiempo que ya no juego, yo lo llamo valor personal y tú lo llamas "¡qué putada!".