¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

viernes, 3 de noviembre de 2023

He perdido casi todo lo que consideraba importante:


He perdido casi todo lo que consideraba importante en mi vida. 

Más allá del dinero, hay otras cosas, seres, lugares y experiencias, que ya no forman parte de mi momento actual, de mi presente. Y lo que aún me queda aquí, lo cuido y atesoro como un regalo de la vida, sabiendo que en algún momento también puede irse, desvanecerse, separarse, romperse o desaparecer.

Lo que me ha quedado claro en estos últimos años: todo es volátil.

He perdido casi todo lo que consideraba muy importante en mi vida, y me he quedado como un dibujo que alguien terminó, borró y dejó a medio hacer, con las marcas del boceto de algo que iba a ser y luego nunca fue.

No sé cuántas versiones de mi han dado la cara en este tiempo, para poder mantener un poco de luz y de esperanza a pesar de las convulsiones temporales de momentos desadaptativos que me han dejado herida, vulnerable, temblorosa y terriblemente desarropada frente a una realidad que congela hasta los huesos. 

No es algo excepcional: perder realidades que queríamos, momentos, incluso personas, animales... La vida está llena de pérdidas, de "hasta luegos" que se convierten en un "adiós" pero definitivo.

¿Cuánto tiempo estaremos saludando a esa persona?
¿Cuánto tiempo estaremos abrazando a esta otra? 
¿Cuánto tiempo durará este vínculo? 
¿Cuánto nos acompañará la vida que actualmente vivimos? Esta realidad en la que nos encontramos ahora, este momento presente, tal cual.

Que me perdone la vida por aquello que he perdido, por mi responsabilidad...
Que me perdone la vida por aquello que he perdido, que no dependía de mí...
Que me perdone la vida... Y me deje con el tiempo volver a construir, a dibujar sobre un boceto medio borrado, dándome algo más de margen, sin convertir todo en un suspiro efímero, sin dejarme sin nada, sin hacerme sentir desgarrada. 

Me he quedado conmigo, que aunque no llena los huecos de aquello que he perdido, me sirvo como consuelo... 

 

martes, 24 de octubre de 2023

Reconciliándome con Dios.

 


Han ocurrido tantas cosas desde la última vez que pasé por aquí, que sería un poco absurdo hacer un hilo conductor sobre mis vivencias y compartirlo con vosotros. 

De forma pragmática y resumidamente: he transitado una profunda depresión que me ha llevado a autodestruirme. Me quedé soltera. He empezado un tratamiento. He mejorado. Retomé otra forma de terapia, va funcionando. Tengo un trabajo fijo y estable, con buen sueldo, desde que hice todos esos cambios. 

Y así, pasé de no sentir absolutamente nada o si acaso un profundo dolor que me quebraba por dentro, a poder visualizar algo más allá de mis pies. La complejidad humana.

En este camino, que no ha sido para nada fácil, ha habido vaivenes complejos y arduos. Mucha soledad. Millones de piezas rotas que se han quedado por el camino. Un sinvivir de sufrimiento. Mucha oscuridad, tanta incluso que realmente estar con vida es prácticamente un milagro.

Ahí empezó algo, en silencio, que yo no sabía... Todo este camino, además de cambiarme por completo, se trataba de reconciliarme con Dios, recuperar nuestra relación, sanar nuestro encuentro. 

Es increíble como he pasado del infierno más oscuro, a la sensación de que, y a pesar de que uno pueda llorar, tener algún día malo, rallarse sin más... La vida recupera su forma, su sentido, su aroma. 

Y no ha sido porque esté enamorada, no caerá esa breva. De verdad ha sido como volver a conectar: poder pasear por la arena sintiendo la dicha de la vida, aprovechar los rayos del sol con pacífica quietud, sentirme profundamente afortunada a pesar de todo, reconocerme como la mujer madura de 31 años que soy ahora.


Reconciliarme con Dios supone también reconciliarme conmigo misma.
Reconciliarme con Dios es poner en paz mi diálogo interno.
Reconciliarme con Dios es volverme a dar oportunidades.
Reconciliarme con Dios es vivir en paz.
Reconciliarme con Dios es recuperar mis partes perdidas.
Reconciliarme con Dios es sentirme perdonada y perdonar. 
Reconciliarme con Dios es volver a la creatividad bella de mi misma. 
Reconciliarme con Dios es encontrar la hermosura en lo cotidiano.
Reconciliarme con Dios es entender la vida más allá de su fórmula matemática.
Reconciliarme con Dios es confiar. 

No sé qué forma tiene Dios, ni siquiera sé si tiene forma, solo sé que ahora nos hemos re-encontrado, como viejos amigos que hacía tiempo que no se veían. Tenemos que ponernos al día, hablar de nuestras cosas, necesito volver a integrarlo como una parte de mis rutinas, como cuando vivía en otros lugares y necesitaba agarrarme a esa esperanza divina de que todo ocurrirá como deba ocurrir y saldrá como deba salir. 

Porque a pesar de todo, de aquello que era tan oscuro, tan denso, tan complejo, lleno de aristas, tan doloroso... Sigo aquí de pie, ahora sentada escribiéndole a todos ustedes, y créanme que después de todo, es un milagro haber resistido tremenda estampida emocional.