Ama libre, pero ama.
Ama incluso cuando tu corazón solo sea añicos. Ama a todos los seres nuevos que van a llegar a tu vida, ama a los que se marcharon y ama, sobretodo, a los que se quedaron.
Ama a los que creen en ti, ama la oportunidad. Ama la miel del presente, ama la poesía.
Ama tus errores accidentales que te llevaron a donde están ahora. Ama a ese amor que te ha cogido desprevenido y que tanto te cuesta reconocer que puede ser quien cambie toda tu vida.
Ama a quien te pone patas arriba, ama a quien libera tu alma. Ama a aquellas personas que como ángeles del cielo, aparecen junto a ti para ayudarte.
Ama a todos esos que ya no viven pero que siguen intactos en ti, dentro de tu sangre, latentes en tu alma.
Ama a quien te da los buenos días y a quien no, ámalo también ¡porque quizás no tenga nada más valioso en la vida!.
Ama encontrar a alguien con quien conectar, dure lo que dure, ama el instante de besar. Ama los "hasta luego", los "llego pronto" y los "te espero".
Ama la nostalgia y el reencuentro. Ama el instante de mirar a los ojos y decirse "ahora sí".
Ama la valentía de verdad... porque valiente no es aquel que se tira de lo más alto de un puente, valiente es aquel que entiende el compromiso sin ponerle etiqueta, valiente es aquel transparente que te habla desde su verdad... valiente es aquel que no tiene miedos porque ya se ha enfrentado mil veces a ellos.
Y sobretodo, ama tu pasado sin resentimiento, tu presente sin queja y tu futuro sin ansiedad. Ámate a ti mismo.
Ama libre... porque cuando uno ama, ya sabe que lo está haciendo y si uno duda, eso ya no es amor.