El antes y el durante, del sexo, es muy importante. Muchísimo. El antes muestra un inicio, una voluntad y la intención. El durante puede mostrar una conexión, una nueva realidad, una naturaleza innata ¿y el después? El después muestra lo que hay entre bastidores, lo que realmente se cuece dentro de esas personas.
A menudo damos mucha importancia al antes y al durante, cosa que la tiene y es necesario valorar. Sin embargo nos olvidamos, muchas veces, del "después" ¿qué ocurre tras el contacto de piel con piel? ¿Qué pasa después de habernos mostrado vulnerables y sensibles? ¿Qué se da cuando al fin se ha logrado un objetivo? Pues se da la realidad, la verdad sin máscaras, la intención más honesta... Y esa honestidad puede ser un bálsamo de belleza donde poder resguardarnos mientras reconectamos, compartimos y descansamos, o puede ser un abrupto choque contra una realidad difícil de digerir como ver la importancia que nosotros podemos depositar y otros no o hacer que se esfumen todas esas nubes ilusorias que nos emborraban la vista.
Qué importante es el después... Cuando dos cuerpos tendidos se quedan completamente desnudos, sin interrupciones, sin rincones ni recovecos en los que entretenerse. Porque en el antes nos vamos desnudando y aunque expuestos, la adrenalina del momento nos empuja a seguir. En el durante, ya sin nada, es la propia inercia de la pasión quien nos encandila y parece como que ciertos defectos, ciertos detalles que nos pueden desagradar de nuestra persona, pasan a un segundo plano. Obcecados y enceguecidos por el sentir, el conectar, el disfrutar... Y después, cuando toda esa ceguera se marcha, cuando los corazones aún siguen bombeando, cuando las piernas se quedan temblando y los cuerpos tumbados, descansando, uno junto al otro... Ahí se ve la realidad, sin tapujos.
Ahí se ve el cuerpo del otro sin subidones de pasión desmedida. Ahí se ve la verdadera intención de la unión. Ahí se palpa la naturaleza innata de cada uno y surge con naturalidad, como si aquel instante la invocase en silencio. Se destapan entonces los patrones y las conductas: el cariño para los que sean cariñosos, el desapego para los que sean desapegados, el miedo para los que se sientan expuestos, la huída para los que teman compromiso, la conversación profunda para aquellos que han visto más allá, el cigarro compartido para los fumadores, las risas para los que han comprendido el juego de la vida, la ternura para aquellos que aún tengan heridas... Porque el después del sexo es el momento con mayor intimidad, y donde nos sentimos más vulnerables.
El después... Todo lo que ocurre "después de..." muchas veces marca algo muy significativo. Pero sin duda, el después del sexo es algo muy importante. El después muestra la reacción, la respuesta, la unión o la desunión. Marca la amistad y el grado de conexión entre los implicados.
El después es aquello que desvela la magia de esa unión.
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