¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

martes, 11 de agosto de 2020

Mar.

- Mallorca -

Navegaremos en otros océanos. Nos sumergiremos en otros mares. Surcaremos otras olas. Nos empaparemos de la sal de mil lugares diferentes. Agua salada, sagrada, como la que hay en una mirada. Nos sentiremos hijos del agua, como siempre fuimos y nunca creímos ser. Fluiremos, como fluyen las corrientes, frías y calientes, mientras azotan el fondo arenoso y levantan a su paso un irrepetible y efímero cuadro pintado por la madre naturaleza. 

Volveremos nadando, bucearemos, nos quedaremos suspendidos en la superficie simplemente dejándonos llevar. Y sentiremos como todas las cargas se disipan, se deshacen, desaparecen. Y así romperemos cualquier desilusión que nos atrapa el alma y nos acongoja el corazón. 

El agua salada nos hará llorar y saborear la vida, nos purificará por dentro y por fuera... Y durante ese instante de danza en un elemento del que hemos emergido pero del que nos hemos separado, desaparecerán todas esas piedras mentales que nos mantienen cautivos, atrapados. 

Compartiremos espacio con seres que parecen de otro planeta, escucharemos el rugido de los antiguos dioses que ponían a los humanos a sus pies y cantaremos nanas profundas de sirenas que lo único que buscan es un amor que no salga corriendo. Veremos las reglas no escritas de un mundo completamente distinto, mientras en el más profundo de los silencios podremos escuchar lo más importante de nuestra existencia: nuestro propio corazón latiendo. 

Iremos hacia otros rumbos, como las tortugas que recorren cientos de km en búsqueda del propio propósito de su existencia. En nosotros el sol nacerá y se ocultará, cada mañana y cada noche, será el mismo sagrado ritual. Lo que ahora nos parece un lugar para ahogarnos, nos parecerá entonces un lejano recuerdo sin sentido. 

Nos mojaremos sin cesar y en las noches sin luna nos dejaremos cautivar por el brillo de infinitas estrellas parpadeando sobre nuestras cabezas, mientras la marea nos mece en un suave vaivén. 

Ojalá todo me pareciese tan fácil como disfrutar del mar...

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