¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

miércoles, 2 de agosto de 2017

Entre querer amar-te-le y no quererlo...

Entre querer amar-te-le (que me amen) y no quererlo:

Y es que por un lado hay un sentimiento, el de desear un amor lleno, completo, sano, bonito, repleto... Y por otro el temor de que no exista, que sea todo un ideal descontrolado que me lleve a la ruina.

Entre estos dos sentires se encuentra un abismo, donde habito con ambivalencia y cierta sensación de vacío. 

Entre querer amor y no quererlo, por haber experimentado de manera repetida algo a lo que llamé amor sin serlo, nace una llaga que escuece como mil demonios y que hace más duras y fuertes mis defensas. Ahora entiendo toda esa gente que no da todo por completo, aquellos que le temen escuchar un "te amo" o un simple "te quiero". Lo comprendo de corazón y quien no pueda comprenderlo quizás ha jugado con la suerte de no hallarse con una brecha tan profunda y llena de heridas, con restos de ilusiones rotas, de promesas que nunca fueron, de recuerdos que parecían y jamás se cumplieron.

No hay cuerpo que aguante tanta embestida sin intentar, el menos, mantener el muro de la distancia y la protección. La coraza que separa dos mundos por puro miedo, porque no quieres más duelos, ni lloros, ni escombros.

Entre querer amor y no quererlo va pasando el tiempo, fiel amigo o enemigo que todo lo hace pasajero... Pero incluso sabiendo que es posible que mañana todo cambie, en este presente es dolor lo que me queda como una brisa leve repleta de anhelo. Por momentos me habita y me genera desconsuelo, otros días se marcha, parece ausente, desaparece de mi existencia y cuando me acostumbro a vivir sin su presencia, sin esa sensación amarga con regusto a sangre y sal, re-aparece por sorpresa para volver a dar la campanada.

Entre querer amor, externo, y no quererlo... Se traza un camino de realidades muy profundas. En este sendero se ve quién te acompaña, quienes te guían, cómo lo hacen y cómo tu les cuidas. Y es que ya cualquiera no encaja porque de tanto abrir la puerta del corazón, a cosas que llamaba amor y eran mentira, esta se ha vuelto exigente a que cualquiera pueda cruzarla y de repente un Grifo vigila apoyado en una roca cercana, esperando hacer preguntas profundas que ninguno responde y al final atacan... Atacan al guardián de lo más tierno de tu corazón y si sobran flechas te caerá a ti alguna por haberlo permitido. 

Y por supuesto, en ausencia de otro amor el propio crece más y las herramientas de la vida se encajan mejor... A pesar de esto hay momentos en los que, y tú lo sabes bien, un te quiero externo suena mejor que el eco de la voz de tu cerebro. 

Aunque es cierto que no se debe necesitar empuje de otros para seguir adelante, tampoco se puede negar que el amor puede ser una ayuda cuando tu gasolina escasea o cuando la vida aprieta dejándote marca. 

Y esto es lo que pasa entre desear amor y temerlo, por haber vivido cosas llamadas amor sin serlo.

(Lo más doloroso es que no hay nada más revolucionario en este universo que aprender amar y querer a alguien de este mundo entero.)

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