No sé quién es el autor de la foto, pero es muy grande, le mando amor. |
Te echo de menos porque aún nadie me ha acariciado con ese cariño y pasión, como tú lo hacías. Nadie ha venido a cogerme en brazos para hacerme creer que nos íbamos a comer el mundo. Y luego, aunque no nos lo comíamos, salíamos a comer fuera por quitarnos el hambre. Repletos de química y de física, vacíos de sentimiento... Pero a mi, me valía para calmarme los suspiros que cargaba por dentro. Increíble sensación; sentirme una reina, aún siendo republicana desde que tengo conciencia política.
Cuando estabas en negativo eras insoportable, orgulloso a más no poder, inflexible y jamás pedías perdón, motivo por el cual te mandé al carajo. Podías llegar a límites insospechados de tu egoísmo, y no lo digo por el tema de no quererme, no puedo obligar a nadie a quererme, lo digo porque siempre hay otra forma de hacer las cosas y la tuya... No fue la más adecuada. Encendiste mi rabia, y mi rabia siempre está descontrolada... ¿me arrepiento? pues todo depende... ¿te arrepientes tú de cómo lo has hecho? Aquello de dejarme con el culo al descubierto en el único trabajo donde he conseguido un sueldo digno y una valoración personal... Mi respuesta depende de la tuya, por ponerme a tu altura y pagarte con la misma moneda de goma.
Jugaste conmigo, te cuesta reconocerlo, porque admitir algo así te hace daño. Pero más allá de esto, que dos no juegan si uno no quiere (como las discusiones, los enfrentamientos y todas esas cosas que tiene la vida donde intervienen varias personas) debo reconocer que el sexo era maravilloso y entre los dos se había creado un hilo mágico, un enganche emocional extraño, algo tóxico y que a mi me nublaba. Pero oye, orgasmos de 100, ve repartiendo tu don por el mundo, eso sí que lo digo sin ironía... Si yo no puedo subir a las nubes contigo, haz que muchas lo hagan, al menos que se lleven una buena alegría para su cuerpo y a mi... ¡que me quiten lo bailao! (siempre me ha encantado esa frase).
Habría dado cualquier cosa siendo una de esas chicas que nunca te vieron, pero que tú sí amabas. La paradoja del amor no correspondido, la sufrimos todos los nostálgicos, bohemios, artistas con sueños de ir triunfando. Sin embargo sólo he sido la chica buena de la que nunca te enamoraste, con una vida entre caótica y a veces poco emocionante. Pero a pesar de eso, cuando lo demás no te iba, contabas con mi apoyo y es posiblemente una de las peores cosas que he hecho... perder tanto tiempo en alguien que no quiere ni puede quererme, por el hecho de guardar esperanza y desear que fuese así. Y cuánto más daba, más me enganchaba. Una actitud masoca que ni aporta placer ni aporta nada, pero cuando le das la vuelta te enseña con un par de hostias, realidad sobre el amor propio o mejor dicho, la carencia del mismo.
Me gustaría tener esa habilidad que reconocías para ponerte corazas y pasar de cada relación que has tenido, me encantaría poder saltar de persona a persona sin tener recuerdos de nadie en los rincones más profundos de mi inconsciente. Ojalá hubiese aprendido eso de ti, al menos me habría llevado algo más... Bueno, algo más... Al menos me habría llevado algo.
Pero nada, no sé qué tiene el invierno que hace que vengas de nuevo a mi cabeza. Y me cago en todo lo cagable, porque no me hace ninguna gracia. Espero que con la primavera resurja otro renacer, unos nuevos brotes, unas nuevas flores, una realidad diferente.... Sola o acompañada, pero como mínimo contigo y tu experiencia ya sanada.
Saludos y recuerdos.
Amalia.