La mujer no es el recipiente de tus huidas, de tus errores, de tus defectos, de tus mierdas o de tus cosas mal dichas... la mujer es la caricia para tus heridas, el beso para tus mejillas, la sonrisa para tus mañanas.
La mujer no es la seguridad de tu vida, es un presente que puede dejarlo de ser en un futuro. La mujer es la que vence tus males mientras duermes, a la que preguntas, la que te aconseja, la que puede tirarse la noche en vela sólo si se lo pides.
La mujer no es quien tiene que estar esperándote a que te des cuenta de que ella te coge de la mano y te levanta, es a quien tienes que admirar sólo por hacerte eso. La mujer no es el hueso duro de roer, ni la basura de la que te tienes que deshacer, no es tu segunda opción ni la última en tu lista de prioridades, es ELLA fuera del juego de las listas.
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