¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

viernes, 20 de mayo de 2016

La encrucijada.


Lo cierto es que me siento en una encrucijada, la propia selva en la que vivo se me hecha encima. No sé si alguien podrá entender cómo me encuentro, en este vacío mío que llevo por dentro.

Las personas pueden ser de dos maneras y yo generalmente soy de la manera menos "adecuada", quizás sea por eso que me siento cazada por mis propias decisiones, aquellas que me han llevado a este destino mío, a este presente propio. Las dudas corrompen a los hombres y los miedos alteran los regalos del destino y a pesar de tenerlo bien claro, porque realmente lo tengo claro, es como que en este instante no puedo evitarlo, leí el otro día que el miedo se puede usar como propulsor y es una gran idea, la cuestión más importante es ¿propulsarme hacia dónde? Quizás me equivoque de sentido cuando me puse a mirar al horizonte, cuando aposté todo a nada, cuando me escondí entre aquellas cartas y cuando a pesar de que era una locura seguí adelante, lo cierto es que ya no queda nada de entonces, vanos recuerdos de hace algunos años y una sensación que me reconcome por dentro, supongo que es porque hasta ahora en mi vida nunca había experimentado el arrepentimiento.

El verano se avecina con sus ganas de luz, su fuerza desembocada, sus cambios constantes, su ritmo acelerado y sus horas alargadas... Y a mi todo eso me repatea bien fuerte, aún no me encuentro en condiciones para ver como la luz proyecta más grande mi sombra. Como decía en la primera frase, estoy en una encrucijada, concretamente en medio de un cruce, ahí en pause con el miedo a volver a equivocarme.

Hace años me separé de un lugar, ahora ya no tengo hogar donde regresar, siento que estoy sola en una trinchera de una batalla llamada vida y que me faltan recursos para liberarme de la angustia.

Otra noche más me abrazaré a mis pedazos rotos, conectaré con mi lado más salvaje y por encima de todo intentaré que mi fe resplandezca aunque sea efimeramente imponiéndose sobre las nubes de mi cabeza.

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