Te doy las gracias porque tengo la certeza de que pediste un día más a la vida, primero para poder felicitar a tu nieta en su cumpleaños y segundo para poder disfrutar del amor de tu vida y estoy muy agradecida por ello. Después, sin dudarlo mi capacidad de lucha y de salir adelante, de no ser rencorosa y de mantener las puertas abiertas de mi casa para todas las personas que conozco y he conocido viene de ti y por eso también te estoy muy agradecida, también me gustaría pedirte un pequeño favor: no te preocupes por mi, en serio, no lo hagas, aunque pase por una fase que parezca inestable saldré de esta lo tengo claro y tú podrás verlo, desde ese lugar al que van las almas claras como la tuya.
Tengo un poco más claro hacia donde enfocar mi futuro, sé que eso te llenará de alegría y satisfacción, me habría encantado que me vieses cumpliendo mis metas, llegando a ese porvenir que sabías que estaba destinado a mi, pero aunque no estés físicamente te prometo un momento para ti en cada una de esas celebraciones, para que andes orgulloso con tu sonrisa bien puesta y tu pecho hacia fuera donde estés diciendo: esa es mi nieta, la única nieta que tengo.
Tras tu ida aprendí a darle importancia a eso de coger el teléfono y devolver las llamadas, también a que el tiempo pasa demasiado rápido como para callarse los "te quiero", aunque también he aprendido a no arrastrarme por nadie y a intentar, en la medida de lo posible, disfrutar de la compañía de los que tengo cerca. Además me he propuesto liberarme de cargas, no sentirme encadenada a procesos mal cerrados... y aunque necesito algo más de tiempo también me he propuesto volver a amar con todo mi ser, como mi naturaleza es.
Tú sí eras de fútbol a si que te envío la noticia de que el Madrid ha ganado, enhorabuena habría sido una buena celebración con tus nietos pequeños, yo nunca fui de fútbol pero compartíamos ese amor por las cosas humildes, la naturaleza, las plantas, las hortalizas y las comidas de toda la vida... tengo una planta nueva, de albahaca, si me mandas consejos para cuidarla haré todo lo posible para que salga adelante.
Abuelo me hubiese gustado haberme abierto más contigo, haberte contado mis miedos profundos, como lo mal que llevo el rechazo o lo sola que me siento a veces... pero no lo hice, te contaba poco de mis dolores porque pensaba que así en esa ignorancia estarías más feliz ¿y sabes de lo que me he dado cuenta? Ocultar las cosas profundas del alma solo hace que nos quedemos sin consejos con los que labrar un futuro...
Estuve en Francia y me acordé de ti, sé que no te hablo a menudo y que no te escribo a menudo porque cuando lo hago lloro y a veces eso me hace sentir un paso atrás... no te lo tomes como algo personal que siempre te voy a querer, bueno allí en París te encendí una vela... a ti y a todas las personas de mi vida y me acordé de la historia que me contó la abuela, cuando te pidió que la llevases a París y como siempre tu jamás le dijiste que no a nada, te pusiste a ahorrar e hiciste que cumpliese ese sueño, yo quise hacer un viaje parecido pero me salió un poco rana, aunque los planes siguen ahí para la persona indicada.
Siempre has sido una persona de referencia en mi vida y cualquiera que me conozca sabe que se me llena el pecho cuando hablo de mis abuelos, el pecho, la sonrisa, el corazón... Que me alegro de haber sido vuestra nieta y no necesito que nadie me diga lo especial que sois, lo tengo bien claro.
Por último y antes de despedirme te pido un favor muy muy grande: cuidame a la abuela, hazla estar muchos años aquí con nosotros, aún no puedo despedirme de ella porque su manera carismática de ver la vida y su cariño incondicional son de mis mayores pilares... ¡ay! como entiendo que te enamorases de ella... si hasta yo que soy su nieta la amo.
Espero que las cartas al cielo no lleguen con retraso, pronto te escribiré con buenas noticias ¡lo sé!.
Te quiero.
Amalia.
Te quiero.
Amalia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario