Todo es más sencillo cuando estás entero y completo, cuando entiendes tus propios vicios y ya no dependes de ellos.
Todo es más sencillo que un concepto pre-definido, todo es más sencillo si se hace con respeto.
Se establecen límites que se ven claramente, lo que tú no quieres para mí yo no lo quiero para tí, pero no por propiedad es algo que implica el hecho de conocernos.
Yo lo tengo claro, tú no lo sé pero tampoco quiero saberlo. Yo me conozco lo suficiente para domarme a mi misma, que aquellos patrones que tanto me han hundido ya no forman parte de mi rutina... yo ya no espero, ni pido plegarías, yo ya no suplico y si me pongo de rodillas no es porque te rece, es porque te disfruto.
Tú, que crees en el cambio constante y alabas que todos somos ese cambio, yo también lo creo fielmente por eso te digo que a cada instante que paso me descubro un poco más y no hay mejor compañía que la de mi misma. Con esto no quiero decir nada, no eres un mero entretenimiento, la vida te ha dispuesto en mi camino porque debes transmitirme más de un concepto que no termino de alcanzar.
Y los seres humanos somos maestros de otros maestros, humanos de humanos, personas de personas... no necesito que digas más o hagas más o me ofrezcas más, no hay expectativa ni en el tiempo, ni en el avance, ni en como evoluciona. Tu fuego no se apaga con mis mares embravecidos, con mis emociones, con mis cambios de destino, con mis mundos etéreos, extraños o distintos... mis aguas no se desbordan con tus palabras de realidad, con tus toques de atención, con tu ímpetu desmedido... Y yo te observo lleno de letras pero también de vacíos, también me observo y me veo llena de flores, un jardín florecido donde suelo tenderme a amarme un poco más que el día anterior. Aunque debo hacer un pequeño inciso, es cierto que haces desbordar mis aguas pero no las que son tan profundas, si no aquellas que desborda una mujer entre el tacto de unas sábanas viejas y rasgadas, la piel con piel, los besos callados y rebosantes de ganas.
Conceptos, teorías... sentimientos y magia, somos como el día y la noche, tú representas un sol en un amanecer rojizo, esquivo, bello... Yo represento la sombra ante la luz, una penumbra que se disipa con un rayo de luz, un montón de escombros reconstruidos y otro montón de nada que poco me importa si se queda así toda la vida, esa ausencia también está bien, también es buena.
Está bien conocerte, pero perdona si te digo que no deseo tenerte, porque como un animal salvaje debes ser libre, no hay más belleza en el ave que verla volar sin cadenas, sin jaulas... mantendré la ventana y la puerta abierta para que vengas cuando quieras, pero yo no te espero, yo ya no espero... no eres tú, soy yo, que me he construido una verdad donde hay hueco para el que quiera estar y también hay libertad para el que se quiera marchar.
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