Que me descubran, cual marinero a la aventura e imaginar, que quien sea, sepa que siempre hay más.
Vivir mis días malos sin estar cohibida y mis días buenos en buena compañía, llorar y reír al poco tiempo... me apetece porque esta es mi manera sentir.
Dedicarle tiempo a la escritura sin que eso confunda, me apetece gente segura que no dude, me apetece que entiendan que doy todo a una, que no entiendo de cosas medio hechas, que los SÍ son para todo lo que duren y que los NO también.
Me apetece no tener que escuchar consejos que no pido, ni esa mala manía de tantos por meterse donde jamás han sido llamados, me apetece no sentirme vulnerable porque quizás abrí más la boca aquella primera noche de lo que tendría que haber hecho... Estoy cansada de despedidas, de gente que desaparece, de un hola que se convierte en un adiós para siempre... me parece tan terrible, no lo llevo nada bien, me deshilacha el alma y me quema con hierro incandescente la piel.
Me apetece no tener que sonreír si no tengo ganas, reír a carcajadas por cualquier gilipollez, hablar del temor, de la muerte, de la vida, de los planes de futuro que no sean solo neblinas... me apetece no sentir que la única constante de esta existencia soy yo misma.
No tengo más fuerzas para seguir convenciendo a mi corazón, ni para amarrar todas mis emociones... porque eso acaba conmigo lentamente.
Me he equivocado y lo siento... ¿alguien me lo puede poner más fácil? Sólo pido eso. Pido respuesta incluso cuando las palabras se me escapan, pido sinceridad y aguas transparentes.
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