¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

domingo, 31 de diciembre de 2017

Carta a quien no me amó:

No sé quién es el autor de la foto, pero es muy grande, le mando amor.
Te echo de menos.

Te echo de menos porque aún nadie me ha acariciado con ese cariño y pasión, como tú lo hacías. Nadie ha venido a cogerme en brazos para hacerme creer que nos íbamos a comer el mundo. Y luego, aunque no nos lo comíamos, salíamos a comer fuera por quitarnos el hambre. Repletos de química y de física, vacíos de sentimiento... Pero a mi, me valía para calmarme los suspiros que cargaba por dentro. Increíble sensación; sentirme una reina, aún siendo republicana desde que tengo conciencia política.

Cuando estabas en negativo eras insoportable, orgulloso a más no poder, inflexible y jamás pedías perdón, motivo por el cual te mandé al carajo. Podías llegar a límites insospechados de tu egoísmo, y no lo digo por el tema de no quererme, no puedo obligar a nadie a quererme, lo digo porque siempre hay otra forma de hacer las cosas y la tuya... No fue la más adecuada. Encendiste mi rabia, y mi rabia siempre está descontrolada... ¿me arrepiento? pues todo depende... ¿te arrepientes tú de cómo lo has hecho? Aquello de dejarme con el culo al descubierto en el único trabajo donde he conseguido un sueldo digno y una valoración personal... Mi respuesta depende de la tuya, por ponerme a tu altura y pagarte con la misma moneda de goma.

Jugaste conmigo, te cuesta reconocerlo, porque admitir algo así te hace daño. Pero más allá de esto, que dos no juegan si uno no quiere (como las discusiones, los enfrentamientos y todas esas cosas que tiene la vida donde intervienen varias personas) debo reconocer que el sexo era maravilloso y entre los dos se había creado un hilo mágico, un enganche emocional extraño, algo tóxico y que a mi me nublaba. Pero oye, orgasmos de 100, ve repartiendo tu don por el mundo, eso sí que lo digo sin ironía... Si yo no puedo subir a las nubes contigo, haz que muchas lo hagan, al menos que se lleven una buena alegría para su cuerpo y a mi... ¡que me quiten lo bailao! (siempre me ha encantado esa frase).

Habría dado cualquier cosa siendo una de esas chicas que nunca te vieron, pero que tú sí amabas. La paradoja del amor no correspondido, la sufrimos todos los nostálgicos, bohemios, artistas con sueños de ir triunfando. Sin embargo sólo he sido la chica buena de la que nunca te enamoraste, con una vida entre caótica y a veces poco emocionante. Pero a pesar de eso, cuando lo demás no te iba, contabas con mi apoyo y es posiblemente una de las peores cosas que he hecho... perder tanto tiempo en alguien que no quiere ni puede quererme, por el hecho de guardar esperanza y desear que fuese así. Y cuánto más daba, más me enganchaba. Una actitud masoca que ni aporta placer ni aporta nada, pero cuando le das la vuelta te enseña con un par de hostias, realidad sobre el amor propio o mejor dicho, la carencia del mismo.

Me gustaría tener esa habilidad que reconocías para ponerte corazas y pasar de cada relación que has tenido, me encantaría poder saltar de persona a persona sin tener recuerdos de nadie en los rincones más profundos de mi inconsciente. Ojalá hubiese aprendido eso de ti, al menos me habría llevado algo más... Bueno, algo más... Al menos me habría llevado algo. 

Pero nada, no sé qué tiene el invierno que hace que vengas de nuevo a mi cabeza. Y me cago en todo lo cagable, porque no me hace ninguna gracia. Espero que con la primavera resurja otro renacer, unos nuevos brotes, unas nuevas flores, una realidad diferente.... Sola o acompañada, pero como mínimo contigo y tu experiencia ya sanada.

Saludos y recuerdos.
Amalia.

sábado, 30 de diciembre de 2017

No es de mi talla

Noviembre 2017
Estuve en una fiesta...´
Y tenía que volverme antes de tiempo...
A la mañana siguiente fue una historia...
No vas a creer lo que te estoy diciendo...
Como un antiguo cuento
Aparecieron en mi puerta
(Y mira que vivo lejos)
Un montón de personas
Que despertaron amargo presentimiento...

Todas decían, insistentes...
Que aquello era de mi talla
Y por más que yo miraba, miraba...
La cosa no me sonaba...
Además, me parecía anticuada
Angosta y no me pegaba.

Seguían y seguían repitiendo...
Los cotillas se apuntaron a este duelo...
Yo, rodeada de muchos
Desconocidos, conocidos y reconocidos...
Que me empujaban contra el suelo...

No es una historia de mentira
Te pido, que por favor, sigas atendiendo...
Porque la experiencia no termina
Aun me queda mucho
De esta rara situación que parece un cuento...

Al final, entre tanto peso...
Me levanté erguida, sin titubear...
Yo aquello no lo reconocía
A si que no me pude callar...
Pronto empezaron los ataques
Las quejas y las malas caras...
Pero como les digo y os digo...
Que me trajeron se me quedaba pequeño...
Coño, que no me encajaba.

Y entre el bullicio
Y el calentón del instante...
Chillé, bien fuerte...
para que se me escuchase...
"Os habéis equivocado conmigo
Os digo que no me pertenece...
Porque la mediocridad ya no me cabe...
Hace años que no me vale...
No es de mi talla
Y no pienso cortarme
Para engañarme en un sitio
Angosto, frío y aburrido...
Un lugar donde no encajo
Y que jamás he elegido"

Cuántas ampollas levantaría...
Tendrías que haber escuchado el griterío...
Y tendrías que haberles visto...
Pero poco a poco se fueron...
Hasta de nuevo quedarme sola...
Bueno sola... Me quedé conmigo.

La mediocridad es la comodidad
De aquel que no ha querido
Soltar lo que otros le imponían
Sin priorizar por lo es uno mismo.

martes, 26 de diciembre de 2017

Me falta el amor contigo

Puerto Viejo - Costa Rica
Oct. 2017

Me quedan grandes algunos amores...
Sobretodo esos que son de picoteo
Aquellos de mal comer
Los reconocidos populares de mal querernos...
Acompañados por rosas de plástico...
Que vende un hindú en las calles del barrio...

He probado de los labios
De amores temporeros mal caídos...
Otros de recomponerse los pedazos...
Y otros donde me he preguntado 
"¿Pero acaso habíamos empezado?"
"¿Qué tú y yo teníamos algo?"...

Ya he saboreado esas mieles
Los amores de polvos rápidos
Y de engañarse sin quererse...

De pieles de algodón y de enredos
Que servían como píldora para el olvido...

He tomado amores sin esperanza
Y otros con compañeros mal nacidos...

He experimentado amores de años...
Y algunos, de pocos segundos compartidos...

Amores de miradas en el metro...
Y amores que han supuesto un gran reto...
Cogernos de la mano, como un amor sano...
Empañando la verdadera intención
Que en realidad era otro amor pasajero.

Amor por ser amada...
Y amor por las curvas, el físico y el cuerpo...
He vivido amores de noches de ensueño...
Y otros donde me faltan momentos
Eso se lo debo al Jagger... 
Yo no os miento.

Amores experimentados entre químicos
Y otros tantos entre la cama y el suelo...
Amores con sexo...
Y otros donde me habría gustado
Pero no se dio el maldito momento...

Amores de coleccionar rostros...
Amores donde influyeron otros...
Amores donde todo explotó en mil pedazos...
Amores de desnudez completa..
Amores de ropa y caricias disimuladas...
Un amor donde recuerdo aquellos ojos...
Amores con nombre
Y unos pocos que apenas recuerdo...

Algunos amores bien conocidos 
Sobretodo por aquellos que me escuchan
Y algunos pocos que son un secreto
Porque aquello que viví y que no cuento.

Y de todos estos amores...
Aún me queda uno sin haber vivido...
Un amor pendiente, real y sentido...
Y es el amor contigo...



sábado, 23 de diciembre de 2017

Dale tiempo al luto y espacio a lo que vendrá:


Porque no ocupó el mismo rincón 
Por eso aún te duele, mi amor
Porque absolutamente nadie...
Supo entrar en ese pedazo...
Ese huequito de tu corazón.

Pero ni pena ni gloria...
Ni ritual bendito...
Deja los lutos...

Éste es uno de esos males...
Que sólo lo inesperado sabe curar...
Y aunque el frío apriete...
Y la melancolía vuelva...
Por encima de ese regusto...
Entre añejo y sal...

La amargura que a ti te pesa...
No es más que una historia 
Que solo el propio tiempo aclarará.

Si no has luchado por lo perdido:


Ya no sé si te importo tanto
como para no verme...
O si no te importo nada
como para darte igual.

Que el suave resurgir
De tus entrañas te haga vivir...
Aunque tú no mires más aquí.

Ya no sé si es que estas sufriendo...
O si es todo cosa de egos...
Enfrentamientos contra el pensamiento
Un camino maltrecho...
Vacío y escueto.

Que difícil es entonces ser humano
Entre te quieros deseados...
Momentos soñados...
Enamorimientos que ojalá...
Pero se convirtieron en agua...
Agüacero...
Viejo recuerdo.

Y ya no sé, para qué se cruzan tramos...
De senderos desbocados...
Que terminan, precisamente...
En falta de besos, que les sobra engaño.

Nunca supe hacer del segundo
Un solo instante pasajero...
Se me da fatal lo efímero...
Porque siento pánico del tiempo.

¿Dónde se esconden?
Los acercamientos que se fueron...
Los atrevimientos a medias...
Qué terror siento, incluso escribiéndolo...
Clarividencia que se me abre....
Vislumbrando tan tortuosa realidad...

Y aunque yo nunca me dejaré de querer...
Muros más altos se han vencido...
Ante el ocaso de un corazón ya rendido.

Como la Alhambra de Granada...
Pues es bien sabido...
Que de nada vale derramar lágrimas...
Si no has luchado por lo que has perdido.

Con mi pan no se juega.


A veces cruzamos, raudos y sin precauciones, la frontera de la ingenuidad y nos llevamos un gran batacazo. Por suerte, si uno sabe amarse es capaz de dar marcha atrás y defender lo que con tanto esfuerzo y constancia se ha ganado.

No ayudes a quien nunca ha sido capaz de verte, al menos en alguna ocasión, tal y como tú eres. Tan grande y sagradx.

(Podrías haberte tirado la vida jugando conmigo y entre algunos sollozos apenas me habría inmutado. Decidiste dar rienda suelta a tus dejadeces, a tu orgullo y a tu egoísmo y salpicaste así algo que para mí es sagrado: mi trabajo. Conmigo, si lo permito, se juega a ratos, con mi pan ni un poco. )

Con mi pan no se juega
- Poema dedicado a la ayuda sin fronteras, cuando ayudar al otro puede suponer hacerte mucho daño... Es necesario ponerse límites y no permitir determinadas cosas, no engañarse con amores tortuosos y ser fiel siempre a uno mismo, por encima de todos los demás impulsos humanos. -
Tengo la esperanza 
De olvidarte en algún momento...
De sacarte de aquí dentro...
Y poder ver a otra persona...
Completa, entera y llena...
Sin temores, ni gestos
Por aquel amor dañino, roto y seco.

Tengo la espina...
Tan clavada, que me impide reír...
Respirar o ilusionarme.

Tengo tu rostro...
Tu olor y tu aliento...
También guardo los malos recuerdos...
Para no volver corriendo 
Bajo las faldas de tu abrigo...
Bajo el arropo de tu abrazo...
Bajo el peso de tu orgullo...
Crecido y venenoso.

Tengo presente tus malos actos...
Mucho más que los buenos...
Y también están presentes
Tus ojos castaños...
Tu pelo moreno...
Tu voz de ensueño...
Tu falta de querer...

Te convenciste...
Y con ello, yo marché...
Jugaste con el pan de mis días...
Aún habiéndote dado todo...

Y aunque siempre seremos humanos...
Yo habría preferido no saber de ti...
Porque se me traba el corazón
Y las palabras ya no fluyen
En la ausencia de tus caricias...

Alimentas mi nostalgia...
Y mi coraza protectora 
Que me aleja del amor
De esa tontería loca...
Como esas experiencias que mal vivimos...
Durante un escueto espacio de tiempo.

Dejaste de estrujarme...
Y en presencia de otros labios
Hiciste como si yo no hubiese estado ahí...

Pronto se borraron mis palabras...
Mis miradas...
Mis dibujos por tu espalda...
Pronto me convertí en pasado...
Se mostró la poca importancia
Que depositaste en este juego...
Que terminó convirtiéndose...
Por desgracia...
En una partida de colores tristes 
Y finales extremos.

Llegaste...
Follaste...
Y tomaste...
Hablaste y te piraste. 

Creía que la culpa estaba en mi...
Me condené y me juzgué...
con el paso del tiempo...
Pude verme...
Yo fui la única que amó...
¿Cómo puede haber responsabilidad ahí?
Ni siquiera temiste no volverme a ver...
Ni siquiera fuiste capaz de comprender...
Que más allá del no querer...
Mi vida era mucho más...

Sobretodo, cuando después de ayudarte...
Con tanto...
Diste tus pasos egoístas
Al margen de las consecuencias...

Poco te importó si afectaba a mi vida...
O si me quedaba sin dinero...
Si volvería a verlas venir...
Entre futuros lamentos que tú no ibas a consolar...
Entre penas donde tú no estarías ahí...
A ti aquello te dió igual.

Aprendí a no ayudar...
Y que cada cual busque su sustento...
Sin depender del trabajo y esfuerzo ajeno.

Y emergió un muro enorme...
De separar mi constante 
Y no volver a ofrecer cobijo...
Aunque otros se desesperen 
En estos maltrechos tiempos de crisis 
Sin sueldos, ni oportunidades...
Sin trabajos, sin recompensas...
Condenados a una sensación...
De pánico e inutilidad...
Que nos hace sentir resignación...
Por no encontrar la dignidad...
Que se halla al poder trabajar.

Creo que siempre te echaré de menos...
Y por eso, ojalá, no te hubiese conocido...
Ojalá no te hubiese besado...
Ojalá no te hubiese compartido...
Ojalá no te hubiese ayudado...
Y sobretodo...
Ojalá no te hubiese follado. 


jueves, 21 de diciembre de 2017

Estamos contigo hermana:


(Con 15 años y violada, sin embargo el autor de los hechos ve reducida su condena gracias a un trato con la fiscalía. Un claro ejemplo de lo desprotegidas que vivimos las mujeres)

Una realidad que mata y desgarra 
Un acuerdo con una fiscalía y un ministerio...
Por encima del bienestar 
De un ser humano...

Esos tratos burocráticos...
Que poco dan importancia al corazón y al sentimiento.


Lo de la justicia es un mero cuento...
No existe, lo siento.


A pesar de esta noticia...
Pero yo sí te creo...
A ti, que aún con ese recuerdo...
Mueres cada día un poco por dentro.

Tú, ya no disfrutarás de la misma libertad...
Despojada como si de basura se tratase...
Él con una floja regañina
Vivirá toda una vida...
Intacto, sin secuelas, sin señales...
Sin malos remordimientos.

Mientras en tu día a día te recompones
El cuerpo, el corazón, el alma y la mente...
E intentas hacer con esas piezas 
De niña que eras y mujer que eres...
Una persona completa...
Lo que dejaste de ser 
Cuando utilizó el sexo a la fuerza...
Como arma...
Como castigo...
Como antojo...
Como muestra de su odio...
Con su envenenada manera de tenerte.

Aquel día vivirá en tu memoria...
Cuando aquella bestia inhumana
Decidió penetrarte...
Agredirte...
Desvalorarte...
En resumen violarte.

Pero no estás sola...
Aunque no pueda hacer volar tu pena...
Ni escribirle al mundo entero
Para que de una vez por todas se enteren...
Que esto no puede quedar impune...
No debe borrarse del pasado...
Debe estar ahí, debe ser motivo y razón...
Para el cambio...
Para la protección
Que durante tantos años 
Hemos estado implorando...
Hemos estado luchando...
Hemos estado mostrando.


No estamos locas...
No somos bobas...
No estamos desquiciadas...
Estamos desprotegidas 
Y desamparadas 
Ante la ausencia de respeto...
Frente a la falta de apoyo...


Generamos ampollas cuando decidimos 
Cuidarnos entre nosotras...
Levantar la voz...
Apoyarnos realmente...
Con la conciencia clara...
Y buenas ideas en mente.


Creamos revuelo 
Porque estamos liberándonos 
De las piedras que sobre nuestro tejado
Nos han condenado a ser meros objetos...

La violación de cualquier ser humano...
Es el acto más cobarde
Que destroza lo más sagrado...

El abuso de alguien que se niega...
Es la ruptura de lo que nos queda
Entre la vida y la inocencia...

Y a cualquier mujer que le pase...
Que le ocurra, cualquiera que viva 
Algo semejante
Tiene mi apoyo...
Y el de muchas otras y otros...

No estáis solas en este camino
No estamos solas en este sendero...
Aunque vivir con cierto pasado
Sea una condena
Y se cargue como un peso...
Que ahoga y encadena.

Después de algo tan horrible...
Con el paso del tiempo...
Sólo queda erguirse...
Comprenderse a una misma...
Vivir con esa cicatriz perpetua...

Por esto y por más...
Yo os amo, mujeres...
Por encima de lo que ésta sociedad...
Llena de competencia desleal
Pretenda inyectarnos...

Por encima de ese sistema...
Que quiere mal educarnos...
Justificando la violencia a nuestro género...
Normalizando lo intolerable...
Enterrando lo imperdonable.


No sois alguien contra quien luchar...
Sois a quienes siempre voy a apoyar.

Y no estaremos solas si nos abrigamos 
En busca del respeto real...
Seremos víctimas, pero no culpables...

Aquí viene un aviso..
Para quien decida colocarse
Como juez o verdugo...
Sólo decirle...
Que más le vale ser sincero...
Enfocar el castigo adecuado...
Empatizar con la víctima primero...
Y aportar el valor a la vida de quien
Durante los años que le quede 
Tendrá que despertarse cada día
Siendo la mitad de quien era...
Porque otro alguien decidió que así debía ser...
A golpe de fuerza e imposición...
Por encima de lo correcto...
Por encima de su decisión.

Si esto no ocurre...
Si son ellos los cuidados...
Los tratados con privilegios...
Los excusados y perdonados...
Seremos nosotras quienes nos tomemos
La justicia por nuestra mano...
Y nadie quiere ver una jauría 
De lobas preparadas para morder...
Para atacar, para arrancar...
Y para matar, si fuese necesario.


Frío a pesar de este infierno...



Siento frío aquí dentro...
A pesar de ser mi propio infierno...
Y siento un aterrizaje forzoso...
Entre perpetuas ausencias...

En ocasiones dejo de pensarte...
Pero es una forma más de mentirme...
Sigo buscandote en sabores amargos...
Entre químicos y algunos tragos...

Sigo a la aventura de hallarte...
En lugares distintos...
Donde nunca estuvo tu presencia...
Ni la falta de tu inocencia...
Con la que siempre jugaste...

Y me vuelvo, de nuevo...
Una heroína kamikaze

Destruyendo mi esencia...
Y viendo lo que es evidente...
Que por mucho que te quiera y admire
Aún nadie ha sido capaz de arrebatarte 
El rincón donde te hallas
Entre mis recuerdos y mi corazón...
Es muy complejo explicarte...

Que hay sitios donde no encajan presencias...
Huecos que se quedan grandes...
Que nadie ha llegado al mismo sitio donde llegaste.

Por mucho que me entregue...
Tiraría todo a un mar o un río
De fracaso y de errores
Aunque fuese por volver a verte...
Aquí conmigo...

Más mentiras, aún, sí caben...
Para aceptar el condenarme...
La búsqueda inútil de tu rostro...
La disculpa que jamás llegará...
El cariño que nunca me diste...
El "te amo" que no pronunciaste...
Lo que no quisiste aportarme...

Lo que no pudiste darme. 

Volveré a decir, una vez más...
Que ojalá no te hubiese conocido...
Que me añoro, porque antes de estar contigo...
Conservaba aún la esperanza de un amor...
Un amor cándido y correspondido...

Un amor sincero, lleno, profundo...
Un amor único...
Un amor imperfecto y no herido.

Tú, con tu rabia contra el mundo...
Y tus dotes para el punk...
Con tu niño herido al que di abrigo...
Con tu forma de ser...
Por encima de lo que los demás ven...

Yo... con mi poesía...
Mi mal hacer...
Y mala, también, mi manía del querer...
Del amar..
Del entregar...
Del cuidar...
Y la puta actitud que me hace volver.

Y antes de estos escombros...
Yo era mucho más...
He intento reconstruirme...
Pero me faltan grandes trozos...
Creo que se quedaron contigo...
Para llenar los vacíos de tu alma...
Destrozada por el tiempo 
Y ahora, destrozadora de otras esperanzas...

Me he engañado...
Tan duro y tan fuerte...
Que he terminado creyéndome...
Que tú y yo encajábamos...
Mucho más que entre besos y piel...
Mucho más que entre gemidos...
Imaginando que siempre mucho más...

De lo que jamás hemos sido.

Y por mucho que aún te eche de menos...
Lo que más imploro...
Es sacarte de mis adentros...
Aunque me quede más sola sin tu recuerdo...
Aunque me quede más vacía sin tus momentos...
Aunque me quede más triste...
De lo que ya he estado...
De cómo ya me estoy sintiendo.

domingo, 26 de noviembre de 2017

Mujeres anclas, mujeres de fortaleza.


Mujeres, en ocasiones nos toca llevar a cabo el papel de la fortaleza, la fuerza en si misma, del ancla que mantiene. En esas ocasiones puede que tomemos decisiones difíciles, donde lo correcto está por encima del impetuoso egoísmo y orgullo. Y es que, a veces, ser una mujer fuerte, y consciente, no resulta nada fácil. 

Tú y yo, somos el apoyo familiar, la capacidad de unir y transformar un evento inusual en un milagro hecho realidad. Somos arropo para aquellos que desfallecen, somos las palabras correctas y también somos aquellas que miramos más allá y vemos la realidad venir, antes incluso de que otros la perciban. 

Para muchos amigos somos la solidez, alguien con quien contar incluso en intempestivas horas. Somos el refugio, la persona que va a rescatar y que se ofrece a cuidar por encima de cualquier circunstancia. Somos el número de teléfono al que llaman cuando alguien, de repente, siente un miedo terrible y no sabe con quien más hablar. Somos la voz de calma para la ansiedad ajena, la confianza para la persona acobardada, el ejemplo para aquel que se paraliza ante sus resistencias, somos la luz de la confianza para quien ha olvidado quien es y somos la protección más imponente para aquellos que se sienten vulnerables y desarropados.

Somos la terapeuta que responde lo más rápido posible, que se vuelca en su oficio con mucho cariño, tesón y pasión. Somos la canción donde otros se acuerdan de ti porque habla de fortaleza, de amor verdadero, de transparencia y de coherencia alma-mente-corazón. 

Somos el recuerdo imborrable, alguien con quien siempre contar ya sea para enterrar un cadáver o para tomar un café (es broma lo del cadáver). Somos parte de un equipo de trabajo donde aportamos constancia, apoyo emocional, reconocimiento y agradecimiento. 

Somos la hija que nunca cumplió con lo que supone que tenía que cumplir, sin embargo, aun haciendo las cosas a su manera se ha convertido en una pieza fundamental de ejemplo, escucha y demostración. Somos la hermana que nunca deja para después, que prioriza por el amor de alguien con quien comparte gran parte de su genética. 

Somos la colega para tomar unas cañas y fumar, mientras rodeados de humo, se piensa en cambiar el mundo ideando cosas que conectan con la creatividad imparable que vive dentro del ser. Somos quienes nos ofrecemos voluntarias para las tareas más complejas, somos madres sin haberlo sido y cuando ya estamos en ello somos feroces, imparables y luchadoras, constructoras. 

Somos la persona a quien recordarás con más cariño, incluso aunque nos lleves al límite de nuestro aguante y despiertes nuestra rabia... Porque a pesar de nuestra respuesta impetuosa, tendrás muchas más cosas buenas que decir sobre nosotras, que malas. 

Hemos sido admiradas y valoradas y lo seguimos siendo, pero también somos, por experiencias de la vida, el tren que no pasa dos veces por la misma estación.

Somos las artistas que hacemos despertar al mundo para que nunca olvide su potencial. Somos la energía chamánica que fluye debajo de La Tierra, somos esas personas inesperadas con las que te topas y ponen patas arriba tu vida para que siempre conectes con tu corazón y no procrastines algo tan sagrado e importante. 

Nosotras somos las mujeres de esta tierra nueva; las que hemos decidido que el corazón es el símbolo que nos representa. Las que a pesar de que las batallas internas son las más difíciles de lidiar las llevamos a cabo intentando que salgan el menor número de heridos, y daños colaterales, posibles. 

Somos ese nombre que aparece en la pantalla de tu móvil y tímidamente sonríes porque ha sido un mensaje inesperado pero bien recibido, porque ha sido una llamada sorpresa pero en el momento idóneo... Porque suena a casualidad, cuando siempre ha sido conexión divina. 

Somos la justicia ante una injusticia. Somos la ética y la moral, somos quienes nos hemos puesto como proyecto de vida y como meta personal la actitud más impecable. Somos las palabras claras. 

Somos las brujas de esta sociedad desarrigada, somos el hogar para aquellos que se han visto desamparados y completamente solos. Somos la conversación que nutre el alma. Somos la demostración de que rendirse nunca es una opción, somos quienes reconocemos lo que nos toca por reconocer y aprendemos del error propio, y del externo, para hacer de nosotras alguien mejor, a pesar de la resistencia de la mente y de la exigencia.

Somos el adiós en el momento que alguien tiene que atreverse a decirlo. Somos la compasión, aunque deseemos en ese momento ser todo lo contrario. Somos el esfuerzo de mejorar lo peor de nosotras mismas, intentando a cada paso lograr superar metas de superación personal.

Somos el círculo, el deseo que despertamos con nuestra sola presencia. Somos “las cosas” lo mejor hechas posibles y si no salen bien, jamás nos podrán decir que nuestra intención no era buena, eso nunca.

Somos la observación, la libertad, las aprendices del desapego y del soltar. Somos en ocasiones la impaciencia maquillada, porque años atrás fuimos mucho más impacientes aún si cabe… Y de poco a poco, sin presiones, estamos aprendiendo a valorar y admirar el proceso del saber esperar, de la santa espera hecha patrón en nuestro camino.

Somos el anhelo de alguien, porque lo sabemos. Y también el deseo de otrxs tantxs... porque lo hemos vivido y nos tocará seguir viviéndolo.

Despertamos, a partes iguales, comodidad e incomodidad… Según con quién nos toque cruzarnos cara a cara.

Somos guerreras, independientes, capaces de enfrentarse incluso contra el peor temporal del mundo y saber, que al contrario de lo que los demás piensan, saldremos ganando.

Somos el amor propio que resurgió después de mucho tiempo permitiéndonos sufrir y que nos hiciesen daño. A pesar de esto, no, no siempre hemos sido, somos o seremos un ejemplo, porque asumimos que por encima de todo somos seres humanos, personas sin un gramo de perfección.

Hemos ido contra nuestros principios hasta que aprendimos que sin los principios uno no puede ser quien es y se pierde a merced del control que otros pueden tener sobre ti.

Hemos sido nuestro peor enemigo, nuestra batalla física y mental, la mayor destrucción contra nuestra persona y el odio hecho persona. No lo negamos, porque parte de lo que somos ha sido una transmutación y un resurgir de un pasado muy tóxico y dañino donde por poco nos fuimos para siempre.

Hemos estado enganchadas a conductas y patrones que nos han hecho explorar fondos oscuros. Adicciones y enfermedades con las que nos hemos presentado, vínculos afectivos destructivos, uniones sexuales que nos hicieron consumirnos, experiencias personales que hemos repetido una y otra vez a pesar de que los resultados siempre eran catastróficos… Sin todo esto no podría haber resurgido en nosotras la necesidad imperiosa por mejorar, por vibrar diferente, por iluminar y sobretodo no habríamos aprendido a comprender ni a ver /vivir de una forma diferente.

Hemos sido atacadas cuando apenas teníamos herramientas para defendernos y hemos perdonado a esos “agresores” para quedarnos cerca y ayudarles cuando no tenían nada más, entonces las caretas se vinieron abajo y los rolles dejaron de tener importancia, entonces aquellas personas vieron la verdad de quienes somos y entonces… Aprendimos lo que es el amor real, el amor de acompañar y perdonar incluso a quienes más has querido a pesar de que, durante largo tiempo, te condenaron bajo una etiqueta y un juicio sobre quien nunca has sido, sobre lo que nunca has hecho, sobre una intención que jamás fue así dentro de ti.

Somos esas raras bien, que caen bien (o muy mal) porque se nos ve sinceras y sin medias tintas, se nos ve de cara y eso es algo que una parte de la sociedad echa de menos porque cada vez hay menos.

Nadie se ha arrepentido en darnos una segunda oportunidad porque hemos demostrado que somos metamórficas y ante todo hemos demostrado lealtad.

Somos maestras y aprendices a tiempo completo, que no desconectan de su humildad y de su humanidad para seguir creciendo sin resistencias.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Cuando nadie te espera en la estación:


La única cosa que más me duele de viajar es regresar. Es la vuelta a casa, y no tanto por la casa o por la rutina, es por ese vacío que siento pocos minutos antes de llegar a la estación o al aeropuerto sabiendo que no hay nadie para recibirte con un abrazo. 

Llevo muchos años cogiendo trenes de larga distancia, esto se debe a la separación de mis padres. Me encantaba bajar del tren y ver al otro lado de las puertas a mi madre o a mi padre esperando para preguntarme qué tal estaba, un gesto tan sencillo que para mí lo decía todo. Pero todo esto cambió cuando me volví adulta, ahora ya no tengo a nadie que me espere al otro lado de las puertas, todo se torna en una rutina habitual: tomar el primer transporte público más cercano de vuelta a casa, subir los cuatro pisos de casa, abrir la puerta y comenzar a colocar las cosas del equipaje. 

Es una rutina casi robótica, llena de melancolía y de anhelo. Cuando nadie te espera en la estación, y ves que a la mayoría sí les esperan, sientes un fuerte golpe justo en el estómago, algo que te deja KO por unos segundos y donde te toca, de nuevo, re-digerir la realidad de tu actual vida. Esa vida de soltera, independiente económica y emocionalmente, con familia a cientos de km y amigos con vidas de agendas apretadas y ajetreadas... Welcome to the adult life. Básicamente así lo siento. 

Fue doloroso el regreso de Costa Rica; cruzar el charco, coger la mochila de la cinta de equipaje y volver a casa en metro acompañada por mi infinita lista de reproducción de Spotify... ¡qué haría yo sin ella!. Y es igual de doloroso cuando vuelvo de cualquier viaje corto y me toca ir zigzagueando para esquivar a las personas que sí esperan a otros. 

Poema: "Cuando nadie te espera en la estación"

Los viajes que en el alma cargo...
Los largos km recorridos...
Los paisajes que en la mirada guardo...
Y los tantos momentos compartidos...
Se convierten en efímeros recuerdos...
Cuando al regreso del hogar
No hay nadie que abrace con cariño...

Qué dolorosa es la ausencia
De cualquiera que quisiera verme...
De un "hola de nuevo"...
De un "te eché de menos"...
O un simple "¿cómo ha ido?"...

Qué bonito el viaje...
Con su sed de aventura...
Y sus inexplorados segundos por delante...
Que parecen dejar lejanos...
El momento amargo...
La realidad imborrable...
Ese instante en el que al bajarte...
Poner los pies sobre La Tierra...
Y retomar rumbo a casa...
No hay nadie esperándote.

Qué amarga suena la ausencia...
Que indigestiva se hace entonces la soledad...
La vida de quien sólo se habita...
De quien no puede avisar a nadie más.

En esos momentos...
Desearía ser niña de nuevo...
Tener ahí a papá o a mamá...
Un abrazo que significa un hola...
Un buen recibimiento.

Qué difícil es ahora volver...
Cuando sabes que no te esperan...
Ni con un par de besos.

Mi medicina...


Una de las cosas que más he agradecido estos días, de desconexión laboral, ha sido poder retomar la escritura. Tomarme mi tiempo para inspirarme y otro tanto para plasmarlo. 

Escribir es para mi una pasión muy difícil de explicar con palabras, por incoherente que parezca. Es "el subidón", una sensación que no he alcanzado ni con ningún otro tipo de experiencias. Es lo que me hace sentir centrada y a la vez conectada con mi naturaleza, me ayuda a gestionar mis emociones más tristes y pesadas, transmutándolas por sabiduría y autoreconocimiento. Invertir horas y horas en escribir supone para mi un placer, mucho más que cualquier polvazo.

Éstas últimas semanas apenas he tenido tiempo para poder dedicarle toda la atención que merece y sentía que una parte dentro de mi desfallecía, aumentaba mi estrés, me sentía abatida y sin fuerzas para nada. Y entonces caí en la cuenta: mi medicina, por encima de todo, es escribir. 

Reconozco que no cumplo con las normas estipuladas para ser la mejor escritora del mundo, aún no tengo nada publicado más allá de revistas on-line y de mi propio blog, pero... Siento que escribir me hace ser quien soy. Y también me hace sentir mucho mejor aunque físicamente esté agotada o emocionalmente esté inundada. 

Sin la escritura no podría abrir mi corazón al entendimiento, ni tampoco podría compartir y ayudar a otros... Porque un gran porcentaje de mi trabajo personal y laboral tiene que ver con la comunicación, una comunicación que ha emergido y mejorado con el contacto del mundo literario y en concreto con haberme aventurado siempre a dar el paso de escribir y escribir. De hecho, desde el momento en el que se me corrigió la dislexia es algo que siempre me ha acompañado. 

De pequeña escribía pequeños cuentos y poemas, era la mejor en clase haciendo redacciones o inventando historias y poco a poco la escritura ha supuesto para mi una constante donde poder ser yo misma sin sentirme juzgada, a pesar de la evidente desnudez que muestran mis palabras. 

Gracias a escribir he podido llevar mejor los procesos que me ha tocado experimentar, he superado con mayor rapidez las rupturas amorosas y en los momentos donde me he sentido muy sola he conseguido transformarlo en un profundo texto donde me encontré a mi misma y entonces ya no necesitaba de nadie más, en un pis-pas esa soledad se transformó en autoencuentro. 

Escribir me hace, además, comprender mejor cada vivencia y cada experiencia, tanto del día a día, como del mundo espiritual en el que me adentro poco a poco. Por esto y por todo lo que podéis leer a diario... Escribir es mi medicina. Es donde soy realmente YO, franca y abierta. Escribir una carta de agradecimiento supone para mi poner todo mi corazón a vista del otro. Escribir una carta de reconocimiento y de disculpa es lo más vulnerable y real que puedo mostrar de mi persona. 

No podría imaginarme mi vida sin esta herramienta tan poderosa y enriquecedora.