El truco de la vida es todo lo que gira en torno al ahora. La vida es, en si misma, una milésima de segundo tras otra que en ocasiones deja de fluir y se acaba repentinamente. Por ello, el truco de la vida es todo lo que gira en relación al momento presente, pues el presente es la única franja de tiempo real con la que puedes trabajar en tu día a día.
Sin presente no existiría un mañana que construir, ni mucho menos un sanador pasado que hemos dejado atrás. Por ello hoy te digo: aprende a valorar.
¿Qué tiene que ver valorar con el presente? Mucho. La acción de valorar, que es poner valor a alguien o a algo, se centra mucho en el presente porque te ayuda a abrir los ojos y a ser objetivo con lo que te rodea AHORA MISMO. Y este gran matiz es fundamental para que sepas vivir con los brazos abiertos sabiendo que, a pesar de nuestro inconsciente, la vida y el universo siempre trazan caminos a favor de nuestra existencia pero estos caminos llegan con mayor libertad y energía cuando la existencia que los espera ha sabido disfrutar de lo que ha tenido en cada segundo REAL y TANGIBLE. Y tú también eres existencia.
Si estás leyendo esto es porque tu interior te está pidiendo un pequeño favor: integra el valor del momento presente para magnificar tu vida y atraer realmente lo que te mereces. Valorar, así como tener paciencia, amar, inspirar... Es un super-poder humano.
Nosotros, los humanos, nos hemos convencido de que los super poderes deben ser efectos especiales geniales que nos hagan detener el tiempo, avanzar más rápido, viajar con un parpadeo... Y esta distorsionada ilusión nos ha doblegado, haciendo que perdamos el verdadero valor de nuestra naturaleza. Porque dentro de quienes somos, cada uno de nosotros porta habilidades especiales para hacer de su vida un lugar mucho más armónico donde habitar.
El super poder de valorar te ayuda a ver lo que tienes ahora. Normalmente tenemos como consejero habitual una vocecilla incordiosa y machacona que se llama juicio y ego (es un mini-señor pluriempleado que vive dentro de nuestro cuerpo). Desde ahí observamos todo y tendemos normalmente a ver la parte más negativa de cada circunstancia, promoviendo así una actitud victimista. El papel de víctima es el más fácil, porque no tienes que responsabilizarte de nada, tu excusa será que tu realidad depende y ha dependido de todo aquello que estaba o está fuera de tu alcance... Y siento decirte que esto no siempre es así.
Sí, en la vida hay muchas cosas que no dependen exclusivamente de ti. Hay muchos momentos inesperados, por los cuales vas a tener que re-aprender y activar tu naturaleza de adaptabilidad. Sin embargo al margen de estas excepciones, todo, absolutamente todo depende de cómo te tomes las cosas y ese "cómo" nace de cuánto has entrenado su súper poder para valorar lo que hay a tu alrededor y dentro de ti.
Este super poder es útil incluso en momentos puntuales totalmente imprevistos, donde en esta pelicula llamada vida te toca improvisar sí o sí. También es un poder magnífico para atraer todo lo que deseas, es una forma de demostrarle al universo que eres capaz de agradecer todo lo que te manda y por ello esta fuerza cósmica responderá favorablemente mandándote lo que realmente desea tu alma.
Valorar es un trabajo diario, de hecho debería estar en tu rutina junto con lavarte los dientes, pasear al perro y dar las buenas noches. De valorar nacen otras actitudes como la actitud constructiva de inspirar, también la de amar (sin valor no hay amor), la de perdonar, la de madurar, la de crecer, la de aumentar nuestra consciencia personal-espiritual, la de generar un mundo mejor... Valorar es como un gesto de agradecimiento en toda regla. Una poderosa actitud de demostración hacia ti mismo y hacia aquello donde dispones este tipo de energía.
Cuando uno valora positivamente a algo o alguien, colabora de manera activa en mejorar la vibración que rodea a esa persona o circunstancia. Igual que ocurre con el amor y el agradecimiento.
Teniendo esto claro es mucho más fácil comprender porque debemos aprender a valorar en relación a nuestro presente. El presente es la materia madre gracias a la cual vamos a tallar nuestro futuro y parte del futuro de aquellos que se relacionan con nosotros. Para que trabajar con esta energía sea algo más afable, debemos observarla valorando cada momento e instante que nacen de ella. Este patrón de conducta te ayudará sobretodo en tus peores momentos.
Valora a los amigos que forman parte de tu vida, porque te aseguro que sin ellos no serías la misma persona.
Valora a quien te escucha, no todo el mundo está dispuesto a invertir el tiempo en escuchar a los demás desde el corazón.
Valora lo que has logrado con esfuerzo e ímpetu.
Valora todo lo que has superado.
Valora el hoy, porque "hoy" era ese "mañana" que tanto te preocupaba.
Valora a tu familia, con sus mejores o peores actos te han ayudado también a auto-descubrirte.
Valora tu trabajo, incluso aunque te moleste, hasta que encuentres otra cosa no deja de ser un reglao de la vida para ayudar a que te mantengas económicamente.
Valora a quien te ama, el amor es una energía preciosa y difícil y solo los valientes están dispuestos a comprometerse con los trabajos que sugiere.
Valora las experiencias que han surgido en tu vida y no te arrepientas, todo tiene solución y si no es una solución que cambie lo ocurrido, será una solución que te ayude a ser mejor.
Como ves, valorar da un aspecto diferente y hace emerger la parte más elevada de cada cosa, persona, momento, experiencia, recuerdo, idea, proyecto... Somos empoderadores natos capaces de crear cualquier realidad que se nos antoje, pero para que esas realidades estén en consonancia con la armonía de nuestro ser, debemos abrir los ojos y ser conscientes de estos pequeños detalles pues son una parte fundamental de la maquinaria que el universo a dispuesto para nuestra experiencia.
Aprender a valorar también te ayudará a ser un imán de mejores personas, circunstancias, momentos, trabajos, proyectos... Y de alguna manera te dará la sensatez suficiente para no dejar perder los mejores trenes de tu vida.
Valorar es de sabios que saben decirle sí a la vida.
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