Kambú, mi colibrí y yo. |
¿A qué le temes? ¿Dónde está tu límite para medir? ¿Dónde se esconde eso que tanto te hace daño? ¿Qué rincón no has limpiado todavía? ¿Por qué aún quedan resquicios de aquello que sabes que no encaja contigo? No huyas de tu sabiduría.
No existen alturas ni medidas, esas tablas son difusas porque son inventadas e impuestas. No son reales, ni tangibles... Son meras ilusiones para aquel que cree necesitarlas ¿cuántas veces más tienes que demostrarte que tú no vas por ahí?.
Ese miedo innegable y absurdo a quedar como menos, a ser de menor valor, a importar poco... Y sin embargo, una palabra tuya destapa todo un enorme y florecido mundo interno que pocos, muy pocos, se atreven a cultivar y a cuidar. ¿Dónde nace esa tontería? Porque sería buena idea arrancarla de raíz.
Y es que aún tengo/tienes pequeños vestigios de falta de amor que en cuanto pueden recuperan el control de tu conciencia y de tus pensamientos. Tan dispuest@ a ayudar a los demás que muchas veces te abandonas a la suerte de la peor parte de ti mism@... La parte que no se lo cree, la parte que no se quiere.
Temer es de cobardes y ya has demostrado que eres valiente... No retrocedas en tu constructivo avance.
¿Qué es lo que te ocurre? Te da terror un adiós, muy buenas... Y es eso en donde te refugias. Cuando seas capaz de ver quién eres, todo esto te parecerá un juego de niños pequeños.
Lo tienes bastante más claro, lo que yo no sé es porqué aún no te lo tomas como una realidad indivisible de tu presente. Te quieren y te aman tanto que cuando te pierdes el universo te va poniendo pistas por el camino para que te recuperes, para que te encuentres y sobretodo para que no abandones.
Sigue las pistas antes de no poder regresar de vuelta a casa, antes de que sea demasiado tarde.
Eres alguien, alguien hermoso y decidid@, llen@ de amor y constructor/a de caminos. Por eso, que no es poco, deberías quererte mucho y fuerte. Y aquel que no se atreva a querer semejante presencia, deseale lo mejor en su vida y no cierres la puerta.
No te sientas culpable nunca por aquello que otros no quisieron ni abrazar... Vales mucho y más como para andar con esas tonterías. Si te escuchases cuando hablas, si vieses el ejemplo que eres, lo bien que construyes, ayudas y colaboras con todos... Si fueses realmente testigo, de forma consciente, de cómo tu evolución colabora activamente para que otros evolucionen, crezcan y sanen... No existiría en ti ni la menor duda de que eres del tamaño ideal, grande como la mayor de las montañas, fuerte y poderos@ y que no es culpa tuya si otros no pueden o quieren ver eso.
No te dejes embaucar y engatusar por los juegos y las tentaciones de la materia... Porque incluso detrás de una cara bonita hay algo que puede ser mucho más bonito, tanto que ni siquiera los ojos pueden imaginarlo con la mente: el alma de una persona que brilla. Y ahí debes quedarte tú. Y ahí se encuentra el secreto de una vida plena; en sentirse satisfecho con quien uno es, en todo su tamaño sin titubear ni preocuparse porque otros no puedan sentirlo igual.
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