Eres de un material maleable y te aseguro que deberías dar las gracias por ello.
No importa cómo de empinada te parezca la cuesta, porque tú estás formado por ese material que podría convertirse en la misma inclinación, en el mismo suelo, en la misma realidad que tanto te aflige para abrazarla una vez más.
¿Te han hablado alguna vez de las crisis curativas? ¿No? Te comento... Las crisis curativas son estados emocionales que nos llevan a un estado crítico, extremo... Algunos lo son tanto que puedes llegar a tener los peores pensamientos sobre tu vida o sobre ti mism@. Sin embargo, detrás de esa tormenta con sabor a hiel hay mucho más pero solo queda a la vista de los valientes. Valientes son aquellos que cuando llegan a un extremo, emocional o personal, siguen teniendo el coraje de encender una vela dando las gracias. Ahí lo estás comprendiendo todo.
La vida no es fácil, a veces parece una guerra continua o intermitente, sin embargo te puedo asegurar que cada día nuevo es por tanto una nueva oportunidad para tomarte las cosas de otra manera... Para convertirte en ese día en mar o aire, para ver cada problema como un maestro enorme y para adentrarte en los rincones de tu memoria con intención de reorganizar tus archivos emocionales.
Todo tu mundo está aquí. Porque este "hoy" era ese mañana que tanto te asfixiaba. Este presente es el único momento real que existe en este instante de tu camino... El pasado ya no existe y el futuro ¿quién sabe? Quizás nunca existirá. Aprovecha cada segundo y en esos segundos indaga sobre una habilidad natural, que si la cultivas y la cuidas, cambiará por completo todo tu camino.
Últimamente vivo en un estado de demasiado estrés. Quizás porque los anhelos y los deseos se chocan de manera constante contra la realidad que vivo cada día, quizás porque soy muy exigente conmigo misma, quizás porque aún queda mucho trabajo para desprogramar esa impaciencia que tantas veces me envenena... O quizás hay otro/s motivo/s que no alcanzo ni a imaginar. El caso es que, más allá de la razón o la explicación, estoy pasando por una fase de mi vida donde siento que el tiempo me da para poco, donde a veces me ahogo, donde realmente percibo un peso que me hace incluso dudar de manera constante... Yo a todo eso lo llamo agobio, estrés y cansancio.
El estrés es un estado multifactorial que provoca en nosotros una respuesta emocional y hormonal que puede llegar a ser realmente tóxica. De hecho, no solo se produce adrenalina (la cual puede ser realmente placentera) si no que se desinhiben ciertas habilidades de naturaleza armónica y que son las que realmente nos dan calidad de vida. Cuando la adrenalina aparece puede neutralizar otras hormonas que realmente nos otorgan calma, paz y sensación de plenitud... Porque las hormonas son como un grupo de conocidos donde no todos se llevan bien con todos y cuando unos aparecen, se marchan otros. A nivel emocional y energético los estados de estrés nos bajan todas nuestras defensas y herramientas para mantenernos "top". Esto quiere decir que baja nuestra vibración y puede llegar a afectarnos a largo plazo.
Pero no vamos a juzgar al estrés exclusivamente como algo negativo. Los estados de estrés, al tirar abajo determinados muros e incluso en ocasiones exponernos y mostrar al mundo nuestras verdaderos miedos, patrones y vulnerabilidades (puedes ponerte a llorar diciendo realmente que es lo que más te atemoriza o cuales son los pensamientos que bombardean tu cabeza en ese momento) nos demuestran una parte de quienes somos.
¿Quién eres cuando un estado te lleva al límite? ¿qué sale de ti? ¿cómo ha cambiado esa reacción con el paso de los años? En mi caso me convierto en una persona muy sensible, que se siente abatida y que llora. Sin embargo, a la vez siento cierta sensación de que todo está pasando por un motivo mayor, aunque en ese instante no pueda solucionarlo o pararlo. De mi sale una sensación de querer desconectar y de necesidad de descanso, porque el estrés es un estado emocional que te agota. Antiguamente respondía al estrés con mucha agresividad, muchísima, sin embargo a día de hoy es increíble como sale de mi simplemente una sensación de purificación. Porque al final siento que llorar, al menos en mi caso, en momentos de estrés me alivia y mucho. Como si las lágrimas fuesen una ducha de dentro hacia afuera eliminando toda la suciedad.
No es bueno sentir estrés muy a menudo, pues puede generar en nosotros una dinámica de ansiedad de la cual podemos volvernos adictos. Evidentemente el estrés como una rutina de vida lo único que va a hacer es corrompernos y machacarnos; envejeceremos más rápido, enfermaremos a todos los niveles, sentiremos infelicidad... Sin embargo, algunos casos puntuales de estrés (y más si te gusta trabajar contigo mismo y eres una persona analítica y objetiva para y con tu crecimiento personal) pueden llegar a ser importantes puntos de inflexión en tu vida que tracen un antes y un después.
Hay personas que por momentos puntuales de estrés han tomado decisiones que han cambiado completamente su tipo de vida, nivel de vida y manera de tomarse las cosas. He aquí una realidad: al final no hay mal que por bien no venga. Es decir, que incluso lo que más dañino nos pueda parecer, si aprendemos de ello se convierta en algo que realmente cambie y puede llegar a mejorar nuestra vida.
A pesar de esa circunstancia a la que llegué ayer, hoy me he levantado realmente empoderada y fortalecida. No sé si se debe a ese cambio de vibración que he vivido y experimentado gracias al Kambo, no sé si será por mi propio crecimiento personal y mi toma de conciencia continua o porque realmente me estoy convirtiendo en la persona que merezco ser (o quizás sea un poquito de todo esto) pero el caso es que le estoy muy agradecida al universo por la experiencia de ayer, por traumática y dolorosa que me pareciese vivirla en ese momento.
He podido reconocer en mi una valiosa habilidad natural que impera en todos los humanos pero que a pesar de ello no todos lo tienen despierto de forma constructiva y positiva: LA REGENERACIÓN EMOCIONAL.
Hemos oído hablar muchas veces de la regeneración celular. En Biología, la regeneración es el proceso por el que se recupera la estructura y la función de órganos o partes del cuerpo dañados. Ahora vamos a hablar de un concepto más profundo: la recuperación emocional.
Para poder comprender realmente lo que es una regeneración emocional, deberíamos tener en cuenta si conocemos nuestro centro anímico-emocional en un estado donde su estructura y función está en armonía. El concepto armonía nació en primer lugar ligado a la belleza, sobretodo a la belleza artística. Vamos a suponer que la belleza no es ese concepto físico que tenemos sobre las cosas (la belleza no es algo bonito o guapo) comprende la belleza, en este caso, como un equilibrio. ¿Conoces la belleza de tu ser interior? ¿Eres capaz de reconocerlo en armonía y podrías describirlo? Me refiero a tu ser interior como todas tus emociones y tu parte anímica.
Si conoces esa parte interna, esa estructura emocional-anímica en un estado natural donde existe equilibrio, entonces tienes más de la mitad del camino ya recorrido. Tener en cuenta este concepto te ayudará a saber que portas una habilidad y es la de poder recuperarte a nivel emocional en menos de lo que canta un gallo.
Hay terapeutas que ponen tiempo a las emociones, esto quiere decir que según su valoración y sus propios estudios cada emoción puede afectarnos durante "x" cantidad de tiempo y que pasado ese tiempo, si seguimos percibiéndola, se debe a un enganche hacia ella, es decir que nos apegamos a ese estado. Yo, como riño un poco con el tiempo en si mismo (quién lo diría teniendo en cuenta que soy relojera) no voy a apoyarme en esto. Me parece absurdo; el tiempo es un mecanismo de medida ligado a una relatividad. Puedes decirme que matemáticamente sí o sí los segundos pasan de una manera, sin embargo como he visto lo poderosa que es la percepción humana esa explicación se me queda muy corta y obsoleta si la intento relacionar con mi manera de ver el potencial que existe dentro de cada persona y ese potencial es precisamente lo que percibe cada uno y cómo una hora puede ser mucho o poco dependiendo del contexto.
No necesitas tener en cuenta el tiempo para reconstruirte y fomentar una actitud que vaya a favor de tu naturaleza de regeneración, lo único que necesitas es saber quién eres y amarte. Lo sé, cuando lo digo suena tan fácil y sin embargo, en algunas ocasiones, ponerlo en práctica puede ser realmente complejo.
Si sabes cuál es tu equilibrio emocional y anímico natural, obsérvalo como una realidad latente dentro de ti y que está esperando de tu llamada personal cuando te encuentres en un estado de extremo o de crisis (yo considero el estrés como un estado de crisis). No dudes de ti. E incluso aunque todo te parezca horrible y ese estado tan difícil de llevar despierte tus peores pesadillas, haz algo que te conecte con tu armonía. Enciende una vela dando las gracias a la vida, a pesar de que te sientas como un estropajo mal usado... Dona algo de dinero con la intención de favorecer la abundancia en el mundo, ayuda a alguien, da un buen consejo, súbele el ánimo a una persona aunque tu ego considere que su problema es menor que lo que tú estás viviendo en ese momento. Y después de hacer algo así, tómate un momento para descansar: dándote una ducha, durmiendo, leyendo un buen libro... Y pídele al cielo que al día siguiente te haga sentir como nuevo. Y lo sentirás, te lo aseguro.
La regeneración emocional se convierte en un patrón del día a día conforme más pensamos en ella y más presente la tenemos. Un maestro nace de repetir algo, por ejemplo, para ser maestro de artes marciales debes practicar mucho esas artes marciales... Para convertirte en un maestr@ de tu propia regeneración emocional, debes tenerla muy en cuenta y practicarla mucho. Sé consciente de la primera frase de este texto; Eres de un material maleable y te aseguro que deberías dar las gracias por ello. Eso significa que puedes adaptarte a cada situación que aparezca en tu vida, también significa que tu capacidad de "regeneración emocional" puede optar por diferentes formas y estados según cada acontecimiento. Pero hay una constante que no puede modificarse y es aquella a la que apelas y llamas: tu centro.
Tu equilibrio emocional-anímico va a ser siempre el mismo, creo que es de las pocas constantes que existen en una persona. Descubre cómo es, a qué sabe, qué color tiene, cuál es su tamaño y su textura, cómo lo definirías, cuánto ocupa dentro de ti, dónde vive, dónde se encuentra dentro de tu cuerpo, cómo accedes y cuándo has accedido a esa estabilidad interna... Y te aseguro que siempre que vayas a visitarlo, siempre que lo sientas, siempre que le hagas resurgir y cuanto más vivas en ese estado, más te darás cuenta de que es lo único que no admite transformación y que además jamás te abandona. Cuanto más tiempo le ofrezcas, más fácil te será convertirte en esa consonancia de tu persona.
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