¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

jueves, 24 de mayo de 2018

Todos tenemos un vacío:


Todos sentimos inseguridades y ambivalencias y a veces también percibimos una especie de vacío en nuestro interior. Todo ésto que sientes no es lo que eres, es simplemente lo que sientes. 

Todos podemos levantarnos una mañana algo dudosos, con miedos, tragos amargos o saliva atascada en la garganta... Y eso es tan natural como respirar. Vivimos rodeados por una sociedad que nos bombardea constantemente, a través de medios de comunicación y de las redes sociales, con una perfección inexistente. No existe esa "supuesta cordura/equilibrio constante", ni tampoco la vida perfecta. 

La felicidad es una ola que va y viene, influenciada también por los acontecimientos que vivimos. Y el bienestar, la mayor parte del tiempo, depende única y exclusivamente de nosotros y del control que queramos y podamos tener sobre nuestros pensamientos y emociones. A veces tropezamos y nos caemos y todo ese control y seguridad se viene abajo, pero no hay nada tan malo en ello. 

La mayor parte del tiempo somos muy duros con nosotros mismos. Éste hecho es, por así decirlo, la verdad que más se aproxima a la realidad. Somos duros porque seguimos idealizando lo que nos rodea, lo que vemos en los demás, la supuesta felicidad y plenitud ajena... El típico refrán de "siempre parece más verde el cesped del vecino". Lo cierto es que todas las vidas humanas hacen aguas por alguna franja o brecha y en cada existencia esa brecha es diferente. 

Unos cojean de unos problemas y otros cojean de otros, aunque muchas veces el problema más común, además de lo mucho que nos machacamos de manera individual por intentar mejorar como personas y por intentar hacer de nuestra vida algo a la altura de nuestras expectativas, es la falta de amor propio que reflejamos en comentarios como "a veces temo no ser suficiente" "tengo un vacío porque no me siento en plenitud con mi vida" "siento rabia y me molesto y ataco por ello" "quizás no soy la persona adecuada para estar contigo" "no estoy haciendo suficiente"... Y muchas más de un amplio repertorio que forma parte de nuestros dolores más primigenios y ancestrales. 

No sentirse satisfecho al 100% con la vida no es algo de hoy ni del ayer más próximo, es algo que lleva acompañando a la humanidad desde hace muchos años. Precisamente la naturaleza de éste vacío, existencial/personal/psicológico/espiritual, es la que nos ha llevado a avanzar en grupo y de manera independiente, es la que nos ha hecho probar cosas nuevas, tomar nuevos rumbos o decisiones. 

La imagen que acompaña a éste texto viene a decir que "abras tus ojos". Y es lo que quizás nos hace falta, abrir nuestros ojos para no demonizarnos por esas emociones tan naturales que forman parte del desarrollo como personas. Quizás nos viene bien abrir nuestros ojos para no cronificar que la naturaleza de "sentirnos fuera de sitio" es algo mejor de lo que pensamos y no una insana y agotadora emoción sin solución. 

Todos tenemos un vacío, cada cual con su forma y su patrón de conducta... El vacío activa nuestra parte de investigación y aventura y sólo así nos ponemos en marcha para caminar por los senderos de la vida. Si no tuviésemos activada ésta naturaleza inquieta y de curiosidad, quizás nos acomodaríamos de tal manera que jamás seríamos capaces de mirar más allá de los muros que forman nuestras zonas de confort. A veces el vacío viene de experiencias que arrastramos del pasado, es una "memoria" emocional que se alza y parece querer controlarnos cuando nos sentimos más desnudos... Porque posiblemente el vacío sólo se muestra cuando estamos más frágiles, con menos capas hacia el mundo y en un momento de nuestra vida en el que estamos descubriendo la naturaleza más cruda de nuestro ser. 

Y a veces éste vacío emerge en los trabajos de la vida que más difícil nos resultan, porque son los trabajos que más hacen emerger nuestras sombras humanas y que más nos enseñan nuestras catacumbas naturales, a lo mejor por eso ésta sensación se hace más presente cuando estamos más enamorados y tenemos más miedo a perder, cuando hemos tomado una decisión profesional que puede cambiar todo el sentido de nuestra vida, cuando nos hemos ido a vivir solos, cuando hemos cogido un avión y hemos recorrido miles de km en la búsqueda de nuestra propia esencia... ¡Qué se yo! Lo que tengo claro es que cuanto más loco y más humano sea lo que estás viviendo, más vas a percibir ese vacío que no es malo, sólo es una parte de tus oscuridades y diablos más profundos probando tu resistencia, tu constancia, tu honestidad y tu fidelidad hacia tus sueños, tus emociones, tus ilusiones y tu propio amor. 

Quizás muchas veces el sentido de la vida sea algo intermitente y posiblemente esa "intermitencia" tiene un poder más grande que lo que alcanzamos a ver. En ocasiones olvidamos esa "intermitencia" porque habitamos en una sociedad y un sistema que trabaja de manera lineal, inmediato, rápido... Y que se apoya en superficialidades que él mismo ha construido. Por ejemplo, todas esas redes sociales que nos persiguen basadas en imágenes/fotografías, son un claro ejemplo de que toda esa felicidad que crees ver en aquellos a los que has convertido en ídolos, pero que en realidad es mentira. En esos medios de control te puedo decir que todo eso es humo, sin consistencia y sin contacto natural, honesto, humilde, real. Si alguien sólo te dice que es feliz y que siempre lo es pero no te habla de las veces que, literalmente, las ha pasado canutas... Te recomiendo que huyas, porque posiblemente esa persona es un vende motos que pretende colarte gato por liebre.

Encuentra la autenticidad de aquel que no se esconde ni se vergüenza reconociéndote, entre risas, llantos, rabias o temblores, sus frecuencias, emociones, percepciones y opiniones más crudas de la  persona que es, de su vida, de sus pensamientos y de su ser. Quédate con ese tipo de personas, porque existen posibilidades de que todas las demás te ahoguen en un profundo pozo de castigo hacia ti mismo donde no vas a dejar de repetir"los demás están mejor que yo" y creerás en eso como una verdad inamovible.  A partir de ahí comenzarás a crear una rutina mental de autocastigo donde cualquier cosa que hagas, por enorme y grandiosa que sea, te parecerá insuficiente para lograr el idealizado nivel de bienestar que crees ver en los demás, pero que es mentira, solo es una ficticia ilusión.

Todos tenemos dudas, pero las dudas no significa que no tengamos otros sentimientos más potentes y grandes a la vez. Todos tenemos miedos, todos tenemos terror, pánicos, inseguridades, todos nos sentimos menos de lo que realmente somos, todos nos levantamos algunos días viéndonos feos y otros viéndonos hermosos, todos rechazamos la soledad, todos rechazamos el desamparo, todos merecemos y queremos ser aceptados y amados, todos buscamos de manera animal la supervivencia y dentro de la supervivencia buscamos, como humanos, un bienestar emocional y una plenitud... Todos estamos en el mismo barco, aunque algunos se propongan hacernos creer que no es así. 

Todos somos humanos, todos lloramos y pataleamos, todos somos buenos y crueles, todos ayudamos y hemos hecho daño, a todos nos han hecho daño, a todos nos duele algo, todos sabemos qué significa el sufrimiento, todos nos ponemos caretas y máscaras para pasar desapercibidos, todos nos hemos juzgado y hemos juzgado a otros, todos hemos sido esa persona que "no es un ejemplo a seguir", todos hemos sido criticados y hemos criticado, todos nos hemos sentido culpables y hemos tardado mucho en perdonarnos... Y sí, todos tenemos ese vacío y nadie, absolutamente nadie, vive en una vida que es plenamente perfecta. 

Abre tus "jodidos" ojos ;-) no te hagas más daño, por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario