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martes, 1 de mayo de 2018

El poder de la sensualidad:


Estamos rodeados de sexualidad. La sexualidad es lo más próximo al sexo. Está basado en la obtención del placer a través de cualquier práctica sexual, desde mantener relaciones sexuales con alguien hasta masturbarnos a nosotros mismos. La sexualidad es fácil, es una energía que fluye con cierta facilidad y que no requiere de un gran compromiso. Es un disfrute y también es algo innato, natural y animal que tenemos todos en nuestro interior. 

La sexualidad es poderosa porque nos lleva al disfrute más natural de nuestros cuerpos y porque es la que nos acerca al orgasmo. A través de la sexualidad mostramos nuestra parte más primigenia, pues el objetivo es el deleite y disfrute única y exclusivamente sexual. Resulta, normalmente, fácil encender el fuego de la sexualidad con uno mismo o con alguien con quien tengamos química/física. 

En el otro lado tenemos la sensualidad. Ambos términos son considerados por algunas personas como sinónimos y aunque están relaciones con un concepto en común que es el "sexo" (pero de forma más tangible o de forma más emocional/energética) son dos palabras que hacen alusión a cosas complementarias, o no, según la circunstancia... Pero eso sí, distintas. 

La sensualidad se refiere a una expresión de nuestra feminidad o masculinidad, tiene que ver con experimentar nuestro cuerpo y nuestra energía sexual, independientemente de si conduce a las relaciones sexuales o no. Se trata de “atraer” y/o “atraernos". Ambas "actitudes" y "conceptos" pueden ser llevamos a cabo en compañía o hacia uno mismo. 

El poder de la sensualidad es algo de lo que no se habla con tanta fluidez, no es común, quizás porque consideramos el término como un sinónimo exacto del sexo, cuando aunque a pesar de tener mucho que ver con la energía sexual, no es lo mismo la intención del placer sexual y de mantener una relación, que la intención/actitud del placer sensual.

La sensualidad es una atracción "energética" que crea un juego de reconocimientos. Es también una forma que tenemos de mostrar nuestro poder personal e incluso quizás una frecuencia de valor y hermosura que de otra manera no podemos compartir, usar o sacar hacia afuera. Con el uso de diferentes sustancias he podido observar la diferencia entre sexualidad y sensualidad y qué es lo que, al menos a mi, me han despertado ambas cosas. 

Mientras la sexualidad, personalmente, me parece algo más primario y originario, algo hasta cierto punto menos complejo y sin tantas "reglas" o "métodos", algo más al uso y con cierta facilidad para encontrarlo (quizás porque es la manera que tenemos también de reproducirnos). La sensualidad por otro lado siempre me ha parecido algo más misterioso, con mayor complejidad y a su vez con mayor poder. Creo que cuando la sensualidad se muestra entre dos personas, se hace aún más grande la presencia de cada uno, es como tomar contacto de un empoderamiento, pues hay cierta energía que se vigoriza, aunque ninguno de los dos tenga la necesidad de acostarse.

Para mi es como un juego, esencial para tener una buena relación de pareja. Pues creo, que como decía antes, parte del reconocimiento de la energía del otro, del género del otro, del valor del otro... Se encuentra también en el recreo de la sensualidad. Porque considero que la sensualidad también te abre a observar algo mayor en el otro y a conectar con una frecuencia y una vibración diferente, si bien es cierto que con los juegos de sensualidad podemos terminar cayendo en los de la sexualidad, también es cierto que no siempre es necesario y que cuando no ocurre hay también cierta sensación de satisfacción mutua, sobretodo si esa diversión sensual es consensuada. 

El poder de la sensualidad aporta a la mujer un gozo personal, pues cuando ella reconoce eso dentro de si misma es capaz de ver toda su capacidad como mujer y en todo lo relacionado con la energía sensual y sexual, la mujer tiene mucho que re-descubrir de si misma y a través de ahí aportarse y aportar a otrxs. 

Una sensualidad sana no tiene nada que ver con el ego, de hecho está más vinculada a la empatía mutua y al juego inocente. Tampoco tiene que ver con la manipulación. Es más como una danza energética que aflora cuando dos personas, o una sola persona consigo misma,  se encuentran en apertura y con la intención/atención para permitir que aquello emerja. 

La sensualidad para con uno, ayuda mucho a la recuperación de la autoestima y nos ayuda también a sanar nuestros conceptos de belleza. Pues cuando uno vibra en sensualidad de forma innata se siente bello, guapo y atractivo. Y de la misma manera si esta sensación es compartida, ayuda a nuestrx compañerx a sentirse mejor consigo mismo y ayuda a consolidar aún más esa relación desde el pilar de la atracción, del fuego, de la admiración... Es como una magia. 

Estamos tan centrados en la sexualidad, por todo lo que nos rodea y por la facilidad para consumir porno, que olvidamos el poder de la sensualidad. Y cómo la sensualidad es necesaria y prioritaria para poder tener una buena relación con uno mismo y con aquellos con los que quieras compartirla. 

Precisamente por su capacidad la sensualidad ha sido utiliza como un método de seducción y manipulación, y aún hoy hay personas que la siguen usando con total libertad para su propio beneficio, sin embargo yo aquí hago referencia a cuidar, regar y darle la importancia que se merece a nuestra sensualidad sana y sagrada. No se trata de seducir por llevar y tener el control sobre algo o alguien, se trata de participar con alguien de manera respetuosa con conformidad y aprobación y de ésta manera conectar con otras personas para que cada experiencia sea lo más saludable posible. 

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