¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

lunes, 1 de diciembre de 2014

La importancia de una comunicación sana.



No podré escribir nunca de lo que no he vivido porque no existe texto, poema, frase... en la ausencia de la experencia, a si que, os puedo garantizar que todo lo que comparto es desde mi propia experiencia vivencial en éste mundo, en ésta dimensión y bajo mi perspectiva. No pretendo ser un ejemplo a seguir para nadie, de hecho creo que he cometido tantos errores que espero que nadie se piense en dar los mismos pasos que yo, pero la intención que sí que guardo es la de compartir y si compartiendo puedo ayudar a alguien o aportar un granito, será estupendo para todos.

Hace días que ando pensando en algo muy profundo, bueno en realidad hace días que ando muy profunda, no he buscado el motivo, no sé si las estrellas me han lanzado un guiño, ni si el sol anda enfrascado en una potente danza que me está afectando, tampoco sé si es el proceso en el que se encuentra la luna y mucho menos si es una puerta que me han abierto mis guías, lo cierto es que ahora mismo el motivo, el porqué, no me llama tanto la atención como lo que he conseguido con éstas introspectivas conversaciones y apuntes mentales.

Para seros sincera, jamás me había imaginado siendo la persona que soy hoy en día, no porque sea muy buena o muy mala, no tiene nada que ver con esos prejuicios mentales, si no porque jamás me había imaginado como una persona exigente, que es algo a lo que he llegado con tanto pensamiento; soy exigente, autoexigente, a nivel personal y profesional pero siempre desde mi perspectiva y mi forma de relacionarme con el entorno. También me estoy viendo como una persona profundamente detallista, con capacidad para afrontar sus errores y de hacerse responsable de si misma y de su camino sin necesidad de delegar responsabilidades al exterior y todo éste pensamiento sobre mi misma, me ha llevado sin lugar a dudas a un aprendizaje y a una importancia enseñanza, teniendo en cuenta que me estoy fijando mucho en mí misma para ser más consciente de mi manera de desenvolverme con mi alrededor, ésto me ha llevado a una profunda reflexión: el aprendizaje de la sana comunicación (y por sana me refiero a humilde, bondadosa y constructiva).

Bajo lo que he podido percibir hasta ahora y de lo que me he permitido ser consciente, el ser humano emplea mucha más energía en alimentar a su ego y por ende, en muchos casos, dañar a los demás (la mayoría de las veces de una forma inconsciente, me gusta pensar...). Eso es una actitud que se refleja muchísimo en la manera de comunicarse, la intencionalidad de las frases (que está por encima de las palabras ya que es una energía que incluso en muchas ocasiones nuestro interlocutor puede masticar y es algo que es tan verdadero que hasta el propio universo lo descubre antes de que pensemos si quiera en esconderlo con justificaciones) dice mucho del ángulo, de la perspectiva, desde la cual estamos comunicándonos y también dice mucho de la consciencia de cada uno y del aprendizaje a tener en cuenta.

Supongo que enfrascada como estoy en ser más proactiva en mi vida, más responsable y más consciente con cómo me muevo, desde dónde, con qué palabras... el universo pone en mi camino cientos y cientos de enseñanzas para llevarme a límites de aprendizaje insospechados y demostrarme si es verdad que estoy cogiendo nota verdadera y llevando a cabo eso que quiero cambiar, si es verdad que lo estoy integrando en mí (veréis... una cosa que me he demostrado es que cuando más te empeñas en aprender algo constructivo en tu vida, el universo siempre te pone pruebas para que te demuestres a ti mismo tus capacidades para llevarlo a cabo por encima de las adversidades... es como si la dificultad de los exámenes de la vida fuese aumentando para ver si realmente estamos prestando atención), es algo así como un capón de atención y siempre ocurrirá para que nos agarremos bien a lo enriquecedor y no dejemos que en el juego de la vida, intervenga de mala manera, el ego para fastidiar todo lo que hemos podido ir construyendo. En ese aspecto me siento orgullosa, no tanto por las veces que he salido victoriosa y sin cometer fallos en esas pruebas, si no, más bien por las contrarias, por todas esas pruebas que me ha puesto la vida cuando me he empeñado en aprender algo y he cometido errores cayendo de nuevo en ese patrón que quería cambiar ¿y sabéis porqué me ha hecho sentir orgullosa? Porque me ha hecho pensar, aún con más fuerza, que era realmente importante modificar eso de mí y me ha llenado de vitalidad el reconocerlo.

A donde quería llegar con todo esto, es que a diario nos comunicamos con las personas, tengamos un mal o buen día, riamos o lloremos, estemos ocupados o desocupados, estresados o relajados, hagamos lo que nos apetezca o nos encontremos en un día donde llevar a cabo las responsabilidades que nos hacen torcer el hocico... Todos esos días nos hemos comunicado con alguien: con alguien a quien podemos querer o no, a quien podemos apreciar más o menos, a quien podemos dar más o menos importancia... pero de lo que no cabe duda es que ese alguien, percibe, siente... y en la medida de lo posible, debemos ser conscientes con que nuestra forma de decir las cosas puede causarle daños (os lo dice alguien que en momentos de estrés ha dicho sapos y culebras de las que no me siento orgullosa y es por eso mismo que me he empeñado, de una forma tan feroz, en cambiar ese aspecto de mi). A veces no es tanto por algo tan evidente como un insulto o una palabra mal sonante, porque eso puede ser tan claro y tan directo que poco tienes para darle vueltas al tema, muchas veces lo que daña más es el doble sentido de las cosas, por ejemplo, cuando decimos una frase entre risas como entre bromas y escondemos entre una broma y otra una verdad dicha de una forma dolorosa... Yo no digo que no se compartan las verdades, pero lo cierto es que las cosas con tacto sientan mejor y es quizás en lo que intento centrar mi aprendizaje de comunicación.

He llegado a la conclusión de que no existe una comunicación sana si existen dobles sentidos, podréis decir que es muy evidente, pero es una de esas evidencias que deberíamos recordarnos a menudo. Algo se rompe cuando una persona transmite a otra una frase donde se esconde un doble sentido, el típico "rintintin" maquillado (que podríamos decir aquí en España), el poner el punto sobre la "i" o el quedarnos por encima solo con la intencionalidad, aunque escojamos meticulosamente palabras que suenen bien éstas se escuchan como una mierda si la intención es turbia. En ocasiones en las frases de una persona se puede ver como se queja de situaciones, que a priori y compartidas de otra manera, no generarían una mala energía ni una situación densa... Seamos más sinceros a la hora de comunicarnos, pero una sinceridad sana, donde dejemos de lado los prejuicios y el ego y compartamos solo EL SENTIR. Porque, una cosa tengo clara, cuando se comparte EL SENTIR de corazón a corazón se consigue que ambas partes, protagonistas en la comunicación, sean más conscientes, ya que al evitar la herida de "los dobles sentidos" se puede prestar más atención a lo que de verdad se quiere compartir... porque sin embargo, cuando algo nos es compartido soltando una cuchillada entre frase y frase, nos fijamos más en ese dolor que nos han causado y eso es destructivo para ambas partes.

Con la comunicación sana y constructiva, ambas partes se llevan un tesoro, ambas partes se llevan algo bueno y no existen rencores ni dolores, no existen pensamientos de "¿qué le ocurrirá conmigo?" ni problemas que nos remuevan. Algo que nos molesta se puede decir de muchas maneras y eso es algo que todos sabemos, elijamos pues, en la medida de lo posible, la manera que menos dolor pueda ocasionar al prójimo, y tanto por nosotros como por la parte que lo recibe.

Necesitamos, con urgencia, aprender a comunicarnos, y no solo entre los seres humanos (que lo hacemos bastante regular, al menos bajo mi punto de vista) si no, con todo el entorno. ¿Cómo hablamos a nuestros animales? ¿Cómo nos movemos en la naturaleza? ¿Cómo nos comunicamos incluso con nosotros mismos? Es URGENTE que comencemos a tener una charla con nuestros "yos" interiores y poner las cartas sobre la mesa para saber cuales son los errores que cometemos a la hora de compartir con los demás, algo tan sano y tan natural como una conversación, una idea, un consejo... hemos nacido con la sagrada facultad de poder entablar conversaciones con todo lo que nos rodea, es momento de ponerle consciencia y que esas conversaciones sean productivas, enriquecedoras y positivas, debemos saber que de una actitud bondadosa aquí nace una flor en la otra parte del mundo, es nuestro momento de ser consecuentes con que grado de responsabilidad tenemos en ese mecanismo que nos rodea.

En mi caso, por ejemplo, me gusta pensar que me expreso bien escribiendo, puedo encontrar las palabras más dulces, puedo decir "te quiero" de una forma mágica y también puedo disculparme de la misma manera sintiéndome más integrada con lo que digo, tengo que elevar esa facultad positiva que forma parte de mi hasta el punto de poder llevarlo a cabo en una comunicación cara a cara, oral. Conseguir que del mismo modo que controlo mi ego cuando mis dedos presionan teclas, podré hacerlo cuando mis labios pronucien palabras. Y es algo con lo que, realmente creo que estoy trabajando muy duro. He llegado a un punto de aceptación de errores de mi misma que me ha hecho sentir mucho más liberada, a un punto de observación en el entorno que me ha hecho comprender mi papel y a un punto de sensibilidad, que es cierto que me hace sentirme vulnerable, pero también me hace sentir buena... con todas estas experiencias me he topado con la verdad cara a cara, y la he aceptado, debo ser más responsable y llevar a cabo una comunicación sana, eso implica alejar los "yos" del ego dañino, alejar los prejuicios y las palabras que son como dedos señalando, implica empatía y ponerse en el lugar del otro desde una actitud humilde, implica aceptación de uno mismo y agradecimiento, aunque a veces duela, de ver actitudes que son el antagonista de una comunicación sana y que son ejemplos claros de cosas que no me gustaría llevar más a cabo, implica dar valor a las palabras, a las expresiones, a la forma de moverme físicamente cuando hablo a alguien... y lo más importante, implica abrir un canal comunicativo Corazón-Boca para que nuestras palabras y nuestras intenciones sean tan bellas, que aunque tengamos que decir algo con lo que no estemos de acuerdo, siempre ayudemos con una actitud constructiva en vez de destructiva.

Espero que mi experiencia os pueda ayudar.

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