¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

jueves, 18 de enero de 2018

Pero no lo vemos.


Nos lo empaquetaron, con su papel regalo y su proceso de venta rebosante de marketing. Y nos convencieron, tan bien, que creímos que sólo se mostraba como ese anuncio que nos inyectaron. Nos hicieron mirar sólo hacia un lado, entonces ahí ya estábamos completamente sumergidos en una realidad falsa de alguien que decidió manipular algo tan sagrado para convertirlo, y convertirnos, en producto, necesidad, dinero y vacío. 

Y así es como entramos de lleno en una perspectiva distorsionada que nos hizo convencernos de que el amor sólo es como nos lo han vendido, con ese paquete regalo, esa tarjeta, esa forma... Y si algo se sale de la forma, de lo establecido, de lo que la televisión y el cine han normalizado dando la espalda a otras muchas formas emocionales de expresión y de sentir, entonces creemos que no es amor. 

No nos hablaron de sus muchas maneras de mostrarse en cada vida y que esas maneras, y formas, dependen de los participantes en esa energía. No nos dijeron de su metamórfica y evolutiva naturaleza con la que se muestra, se hace presente, en cada vida. Tampoco nos hablaron de lo que, muchas veces, llamamos 'amor' y no lo es... A veces, ese no-amor, solo es un desequilibrio de un deseo, una imperiosa necesidad de dependencia, a veces solo es una mala convivencia con la soledad, a veces es una obsesión. 

Nadie te dijo que puedes sentir amor por alguien que no despierte inquietudes en tu estómago, nadie te dijo que hay amores que lo que despiertan son paz, nadie te dijo que el mayor amor de tu vida eres tú y que no debes buscar a alguien que te complemente. Y esto último es verdad, en primer lugar se recomienda no buscar y por otro lado nadie puede complementarte, no estás incomplet@, en todo caso puedes esperar que la vida te sorprenda con un/a compañer@ de este trayecto de autodescubrimiento y superación. 

Entonces, como nos convencieron de una forma como única verdad absoluta, como nos educaron así (y qué fuerte y poderosa es la educación), como nos hicieron mamar sólo de esa "realidad", sólo de esa "perspectiva", sólo de esa teoría que es políticamente correcta yestá socialmente aceptada, que parece que es donde todo el mundo se mueve. Entonces lo que hicieron fue convertirnos en ciegos ante otras muestras, ante otras realidades, ante otras teorías, ante otras experiencias... Y ahora tenemos que des-educarnos para re-educarnos, tenemos que desaprender para abrirnos a un nuevo concepto, porque si no, no lo vemos. 

No veremos las mil caras de una energía espiritual, física, química y real. No veremos sus muestras a nuestro alrededor, no podremos disfrutar de cómo se muestra sutilmente en nuestro camino, con nosotros como protagonistas o no. No podremos observar los frutos que nacen de sus mil formas de mostrarse, enseñarse, desenmascararse... Y no podremos, tampoco, quitarnos nuestras capas de hiper-protección, no podremos madurar ni evolucionar y mucho menos abrirnos a una energía que siempre está en constante transformación, evolución y cambio. 

El amor siempre está ahí, con nosotros participando activamente o no, aunque eso no lo es importante. El amor siempre nos rodea, siempre habita cerca de los seres humanos... Pero no lo vemos.

 Lo hemos encasillado, lo hemos etiquetado, hemos creado un 'hashtag' para definirlo, un concepto invariable como una teoría incorruptible y absolutista, lo hemos pre-juzgado y pre-definido antes de que se mostrase con su autentica realidad y naturalidad y todo esto lo hemos acompañado con una educación social, cultural, religiosa... Que se ha expandido como la pólvora apoyándose en frases, conductas, rutinas, hábitos y creencias que han castrado nuestra mente y nuestro corazón. Nos ha hecho desconectar del verdadero sentir y de nuestra propia capacidad para poder definir lo que sentimos, para poder darnos oportunidades, para poder disfrutar dentro de la poca libertad que se nos permite en este sistema experto en cadenas, y en lo "correcto" e "incorrecto" medido con los valores que se han inventado otros al margen de la naturaleza humana y de su capacidad para volver a construir, crear, re-definir y desarrollarse según sus inquietudes en cada momento, en cada año, en cada proceso. 

No vemos que hay amor, siempre lo hay. Que hay hermosos e indestructibles amores cerca de nosotros o incluso en nuestra propia vida; amores como amigas y amigos que valen oro, amores como los que se dan con el tiempo, amores temporeros pero que eran necesarios para que reconectásemos con nosotros mismos y recuperásemos nuestro amor propio.

 Hay amores de familias que se apoyan, de compañeros que se protegen y se cuidan, hay amores de humanos que cuidan a seres que lo necesitan por encima de su género y especie... Hay amores por millones de árboles que nos aportan oxigeno, amores por las olas que se escuchan en la playa cuando necesitas desconectar en esas merecidas vacaciones, hay amores por libros que engulles en cuanto comienzas a leer la primera página, amores por canciones que te ponen los pelos de punta... Hay amores de parejas desconocidas que se hacen cariños y gestos de complicidad delante de todos en un vagón del metro, dejando esa esencia para que la gente conecte con sus propios sentimientos de amor. 

Hay amores por pasiones que se convierten en proyectos que cambiarán el mundo,  amores por sueños, amores por trabajos, hay amores que llevan a investigaciones a ver la luz del sol y convertirse en una respuesta para una de nuestras muchas preguntas... Hay amores por experiencias, amores por definiciones, hay amores por las letras que más tarde se convierten en libros y que éstos enriquecen a aquellos que se dan la oportunidad de penetrarlos. Hay amores por las artes más bellas o estrambóticas del mundo, amores por pinceles y colores, amores por notas que suenan en un piano-bar, hay amores por hobbies que se salen de lo común, hay amores por el cuerpo. Hay amores que no tienen forma, ni definición, ni contexto... Sólo un sentir, que es el sentir amor.

Pero no lo vemos... Nos hicieron creernos y auto-convencernos de una sola y única forma para el amor. Nos adoctrinaron con que ese amor sólo tiene una materia, sólo tiene una textura, sólo tiene un sabor, sólo tiene un sentir... No han querido hablarnos de los tiempos que necesitamos para explorarnos, con amor, a nosotros mismos y abrirnos así desde nuestro lado más sano al amor con otros. No nos explicaron sobre la sensación de vulnerabilidad, ni la importancia de un desnudo integral... Y eso nos ha convertido en cobardes, que muchas veces se esconden en excusas, vanas excusas que terminan cayéndose ante una insana sensación que aquello que no es amor, es apego, y nos enredamos con gusto para volvernos a destruir.

Hay muchas formas de amor, muchos tiempos para el amor, hay muchas maneras de poder definir al amor y también muchas otras de no poder definirlo. Hay muchos valores para el amor, muchos caminos donde mostrarse, muchas maneras de darle importancia y mucha sabiduría que aportarnos. El amor no se puede introducir en un tarro con forma pre-definida, aunque su principal capacidad es la de poder adaptarse a cualquier situación, porque el amor no tiene forma... Es una materia intangible, un potencial en constante expansión y redefinición, es espíritu y alma, es magia, es ciencia, es milagro y es razón. 

Si no salimos de cómo nos han influido, en referencia al amor, no podremos verlo en todos sus hábitats, en todas sus naturalezas, con todas sus facetas. No nos daremos la oportunidad de sumergirnos en sus grandezas, en sus enseñanzas y en cómo éstas nos aportan y ayudan de una forma indescriptible.

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