¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

viernes, 8 de junio de 2018

Hola oscuridad, vieja amiga.


Hay momentos donde todo ese subidón y esa conexión cósmica se vienen abajo y entro de lleno en una crisis existencial, que me hace enfrentarme contra el mundo que me rodea y plantearme cuestiones tan introspectivas como la importancia de mi propia vida. 

Yo comparto y escribo éste blog para dar a luz lo más humano de mi y crear un vínculo de conexión y unión con otras personas que necesitan encontrar esos mismos puntos de inflexión, pensamiento, sentir... En otros, para realmente ver que la cordura no existe como el concepto que nos han inculcado, que la perfección siempre es ficticia y que la humanidad tiene mucho de complejo. Sin embargo, en esa complejidad se halla una gran parte de la belleza que nos rodea. 

Últimamente me resulta muy difícil imaginar un futuro en sintonía con lo que realmente me apasiona, es como si todo aquello que tanto me llenase cada vez lo hiciese un poco menos y aunque echo de menos aquella sensación, no encuentro manera de recuperarla. 

Entre risas suelo decir a la gente, y preguntarles también, si ellos se encuentran hasta el cuello sumergidos en su propia crisis existencial donde se plantean prácticamente todo y donde se ven baten a duelo contra una sensación de ambivalencia corrosiva y toxica, que finalmente sale ganando. La gente me sonríe pensando que es una broma y todo se queda como un extraño comentario pasajero mientras emergen banales temas de conversación, mucho más fáciles de mantener entre cervezas y tapas. 

Admiro, que no envidio, a la gente que tiene una vida en consonancia con su corazón. Personas que, a pesar de la adversidad, encuentran un momento para sonreír, tomarse las cosas con calma, disfrutar de un buen té, ver una puesta de sol, crear vibrando en todo tipo de abundancia, sostener vínculos con la familia, encontrar razones... Y es que veo que esas personas brillan de otra manera y las admiro profundamente por ello. A mi me encantaría ser así y tener una vida un poco más relajada y en armonía, donde poder tirarme horas creando lo que más me gusta y encontrándome a mi misma una y otra vez, sin embargo desde hace unos meses siento que la que se ha perdido soy yo y va a ser difícil recuperar el rastro para hallar donde estoy. 

Me echo de menos, muchas veces. Y echo de menos mi magia peculiar y esa humildad de conformarme con una tarde tranquila en la terraza de mi casa o una visita esporádica inesperada. Pequeños detalles. 

Últimamente, me siento consumida y profundamente dolida, sobretodo conmigo misma. Tengo cierta sensación de desgarro y desconocimiento, porque no termino de encontrar la verdadera raíz de donde sale todo esto. Me pongo a imaginar un mañana y se me hace muy difícil incluso darle forma a lo más "natural" y "sencillo". A veces temo haberme ilusionado demasiado con esas ensoñaciones que llevo manteniendo toda la vida y que no dejen de ser, al final, cuentos chinos sin fundamento. 

Creo que lo único que le aporta algo de sentido a todo esto, incluso cuando estoy muy sumida en lo más oscuro de mi, es la espiritualidad. Al final esa esperanza, por pequeña que sea, es la que me mantiene con los pies en La Tierra aunque las mañanas sean llantos de ansiedad y las noches horas de insomnio, comiendo techo por mil preguntas sin respuesta. 

Y entre tanto echo de menos la sensación de hogar que desde hace algún tiempo, y a pesar de la preciosa familia peluda que tengo, siento que se ha esfumado. 

¿Quién soy?
¿Hacia donde debo ir?
¿Qué hago aquí?
¿Lo estoy haciendo todo bien?
¿Y que será de mi?
Las 5 preguntas del apocalipsis.

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