¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

jueves, 21 de septiembre de 2017

HABITADOS POR SUEÑOS:


Eres el conducto por el que caminan tus sueños. Eres el canal, el habitat natural de un montón de cosas importantes que necesitan ver la luz. Esa es tu mayor responsabilidad contigo mismo y con el planeta que te arropa. 

Tú, yo, todos... Somos seres habitados por sueños. Desde bien pequeños hasta casi los últimos días de nuestra vida, siempre estamos rellenitos de sueños, como una napolitana lo está rellena de crema. Los sueños, tanto los que creamos como los que vivimos cuando dormimos, tienen un poder increíble. 

Cuando empecé a escribir mi novela, la cual aún no está publicada, uno de los capitulos habla sobre la importancia de los sueños y el valor que esconden. Hablaba de que compartir lo que has soñado con alguien, puede dar a ese "alguien" un poder sobre el mensaje encriptado y poderoso que se esconde en el mundo onírico. Pero esto también se puede llevar al campo de la creación y conexión con los sueños personales. Cuando uno idea algo que realmente despierta pasión y entusiasmo dentro de si, debe cuidarlo con protección, arropo y sobretodo con confianza.

Resulta curioso; somos como un campo sembrado por sueños. Si eres capaz de observar el interior de las personas, podrás toparte con un montón de semillas llamadas "sueños" esperando a ser nutridas para germinar y ver la luz del sol. Esperando que crezcan sus raíces, sus hojas y que poco a poco, todo esto les lleve a dar sus frutos y de esos frutos nazcan otras semillas, también potentes, con las que repoblar otros cuerpos, otros lugares, otros corazones, otras mentes.... Y en general, hacer florecer al mundo entero y convertirlo en el bosque que realmente debemos ser. 

Quizás, y digo quizás, nuestro interior sea precisamente un lugar natural, un paraje virgen, esperando a ser abrazado y a darle la importancia que se merece. Y quizás, si logramos llegar hasta ahí, consigamos reconducirlo también a nuestro exterior y generar el mundo material-tangible donde merecemos vivir; un mundo en conexión, donde se observe el germinar, el crecer, el madurar... Donde se de importancia a la fuerza del sol, a la potencia de la tierra y a la energía del agua. 

Estamos habitados por sueños que nos crean y evocan nuestra parte más entusiasta. Ese entusiasmo nos conecta con la realidad de que tenemos una inmensa capacidad creadora. Los sueños son una energía que puede cambiar nuestra realidad, que marcan la diferencia en nuestra rutina y que en muchas ocasiones, por no decir en todas, nos abren camino hacia la pasión que está destinada a hacernos ser, mostrarnos y colaborar con quienes somos realmente y con el importante papel que tenemos en esta existencia. Y esto, no es moco de pavo. 

Suena cursi decir que estamos habitados por sueños, suena extraño explicar que esa es una de los importantes e imprescendibles papeles que realizan los seres humanos. Pero yo creo que esto es una realidad. 

Mantener un sueño latente y hacer lo posible por crearlo, por encima de los obstáculos y de las dificultades naturales que existen en la vida, es demostrar nuestro interés y nuestra pasión más primitiva. Si bien es cierto que a veces nos enfrentamos contra nuestras partes primarias y primitivas, yo creo que es necesario reactivar algunas de ellas y más en los tiempos que corren. Sobretodo reactivar aquellas que nos hagan vivir con responsabilidad y vivir con una verdadera conciencia sobre nosotros, sobre el mundo y sobre todo lo que rodea a "nosotros y el mundo". 

Reconocer que eres el habitat natural de los sueños, que además son los mismo que te han marcado, marcan y marcarán quién eres, es abrirte a la voluntad que has dispuesto y te han dispuesto para superarte a ti mismo, para llevar a cabo cada paso necesario que convertirá una idea en algo más. 

Normalmente, conforme vamos creciendo, nos cortan esa conexión con los sueños. Tanto cuando dormimos como cuando soñamos estando despiertos. Muchos adultos olvidan lo que han vivido en las largas noches, se despiertan como si no hubiesen ido a ningún sitio como si en su cabeza no se hubiese generado ninguna imagen. Y por desgracia, esto ocurre en ocasiones con los mismos adultos que son incapaces ahora de reconectar y encender las pasiones internas, esos sueños de estar despiertos, esos sueños del "día", de cuando el sol ha salido y no estamos con los ojos cerrados. 

Todo está relacionado; vivimos en una red que conecta, con amor y armonía, diferentes extremos y momentos. Por encima de nuestra incomprensión y de nuestras dudas, la red sigue funcionando de manera efectiva. Esa red también conecta ambas realidades de nuestra persona, nuestros sueños materiales y pasiones personales, junto con el mundo onírico. Y nos hace comprender que nosotros somos un canal de muchos mundos diferentes, de realidades que nos habitan o nos observan. 

El ser humano está habitado por sueños, pero lo olvidamos. Lo hemos olvidado porque a veces, con el entorno en el que nos podemos relacionar, suena a loco o demente apostar toda una vida por una pasión que vibra con fuerza, por una palpitación, por una idea que siempre ha estado dentro de ti... Suena a persona sin raíces, suena a persona idealizadora. Suena, pero no lo es. Suena porque soñar genera prejuicios, sobretodo prejuicios que nacen de aquellos que a mitad del camino se rindieron. 

Nadie te va a decir que la vida es fácil y que lograr cosas sea un bálsamo calmado. Y es muy posible que encuentres, en diferentes caminos de distintos ámbitos dentro de tu propia vida, muchos obstáculos para llegar a puertos que te has propuesto. También es posible que te veas solo o sola frente a todos esos obstáculos, sin más ayuda que la de tu propia persona y actitud. Pero a pesar de todo esto y por muy cansado que pueda sonar a veces, quien emprende con compromiso el camino de conectar con sus sueños, con la realidad de quien es, con todas esas perlas que tiene en su interior... Logra llegar, logra crear, logra hacer verdad, logra comprenderlo y con ello comprenderse y logra marcar la diferencia y entender que todo lo que había vivido era fundamental y que en este juego poco importan las tentaciones cuando el objetivo está claro, cuando es algo que te recuerdas y algo que vas regando poco a poco, cada día, por encima de ambivalencias e incertidumbres. 

Recuerda; estás habitado/a por sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario