Sufro ansiedad desde hace años. En mi caso, esta sombra en concreto, no es 24 horas todos los días, es cuando algo dentro de mi, que siento desprotegido o vulnerable, es tocado o rozado. Esa fibra sensible.
Sé que suena extraño que una persona, como yo, la cual se dedica a motivar a las personas y a llevarlas por un camino de armonía, reconozca ésta realidad. Pero a pesar de que a algunos pueda sonarles contradictorio, confuso o hipócrita, el trabajo que realizo como orientadora, como colaboradora del desarrollo personal de otras personas, como coach y motivadora... Es lo que en muchas ocasiones más me ayuda a trabajar mis propios síntomas y a todos ellos quiero darles las gracias. Gracias por creer en mi, gracias por creer en ustedes y gracias por cada oportunidad, es un privilegio ser testigo de la realidad humana que hay en el fuero interno de todos ustedes, es un verdadero honor escuchar la parte más sensible de cada persona que se abre, como una flor, sabiendo que al menos por mi parte no van a ser juzgadas y confiando en que recibirán toda la ayuda que yo les pueda aportar.
Bueno, como siempre digo yo prefiero personas humanas, reales, con sus sombras y sus luces en todos los ámbitos de mi vida. Sí, yo también quiero terapeutas y guías que muestren su realidad, que la reconozcan como algo natural dentro de esa diversidad que existe en lo más profundo de cada ser humano, de cada persona. Y espero que todas las personas que soliciten mi ayuda busquen lo mismo, porque es lo único que yo les puedo ofrecer de manera sincera, real y honesta.
Como decía, sufro ansiedad. Y me ayuda, en mi mundo de ansiedad, ayudar a los demás. Hay diversos temas que me pueden llevar a un ataque o simplemente a sensaciones que terminan siendo pasajeras, pero que se muestran ahí presentes.
Yo defino mi ansiedad como un conjunto de energías y sentires, de pensamientos y emociones, que se agolpan y emergen cuando mis miedos, mi vergüenza, mi culpa, mi exigencia personal... Se presentan. También me puede pasar cuando de repente noto una presión muy fuerte por algo que debo llevar a cabo, tengo un gran sentido del deber y la responsabilidad, o cuando me ataca inesperadamente una profunda sensación de soledad. A veces me ocurre, lo achaco al tipo de vida que llevo... Quizás sean otras cosas, que con el tiempo, lograré ver y transformar.
A pesar de los síntomas emocionales y físicos, que he experimentado y experimento con la ansiedad, puedo decir que también me ha aportado grandes cosas. Cuando uno vive solo y tiene que convivir con su propia ansiedad, poco a poco va desmigando sus propias emociones y sentires para que no se conviertan en un ataque que te sobrecoja y te deje KO. Este desmigamiento te permite aprender mucho sobre ti mismo y eso, te empuja sí o sí, a comprender cómo son los demás.
Es curioso como siendo la ansiedad un estado de lo más común, debido quizás al tipo de vida que llevamos y al sistema en el que nos intentamos apoyar y sustentar, es en muchas ocasiones un estigma para poder hablarlo con naturalidad. Hay personas incapaces de reconocer lo que es claramente un sintoma o un ataque de ansiedad. A veces no lo reconocen por vergüenza o por miedo a ser tomados como locos sin control.
Estas nuevas generaciones de 20 y tantos hasta 30 y tantos somos los más expuestos a sufrir ansiedad, a pesar de la situación ventajosa y de la buena calidad de vida que disfrutamos, si la comparamos con muchos de nuestros antepasados. Pero quizás es por eso, por lo que todos podemos tener de una forma de vida más o menos fácil, que al final habitamos en un ambiente que te lleva a una competencia desmedida para lograr lo que es más único o más mejor, quizás no nos conformamos, quizás... son demasiadas cosas que analizar. Lo importante es que realmente parte de esa calidad de vida que hemos ganado por un lado, claramente, la vamos perdiendo por otro, lo cual es una pena.
Así me veo yo y así lo experimento yo. También me he dado cuenta que la ansiedad es más frecuente en personas que no se rinden ni tiran la toalla, es común en personas ambiciosas o que realmente piensan en su propio bienestar y hacen lo posible para lograrlo, hasta llegar a extremos aunque sus herramientas no den para más. A veces la ansiedad puede ser la respuesta de una espera que parece infinita o la respuesta, incomprensiva, ante diferentes sucesos donde nos sentimos abatidos porque no disfrutamos de las capacidad suficientes para manejarlos. Puede que en ocasiones sea una respuesta fisiológica a "ya no puedes ser más fuerte, pisa el freno y reconócete".
Vivir con ansiedad, y sobretodo reconocer que algunas situaciones te pueden llevar a experimentar estados de ansiedad, supone realmente desnudarse. Un ataque de ansiedad puede sacar las mayores heridas de una persona hacia la luz y casi nadie quiere que eso pueda ser visto por otros, conocido por otros... Porque vivimos con ese pavor a que lo utilicen en nuestra contra.
Hay tantos tipos de ansiedad como de personas puede haber en el mundo, aunque algunos especialistas se empeñen en encasillarla solo como A, B, C... Sin embargo, para mí, existen muchos matices. Y al igual que hay muchos tipos, también existen muchos grados o cómo de afectados podemos llegar a estar; incluso en una misma persona, con su ansiedad concreta, puede experimentar diferentes grados e intensidades según sus propias circunstancias, las de su entorno y las de su interior.
Hemos nacido humanos, con una hermosa capacidad sensitiva, mental y emocional, sin embargo conforme crecemos nos damos cuenta que, al menos actualmente, no existe de forma natural una guía que nos acompañe para aprender a gestionar todo eso de una manera constructiva y a sacarle el mejor provecho. Por ello creo que la ansiedad es en muchas ocasiones una respuesta "ignorante" (sin animo de ofender) que tenemos ante una situación donde no sabemos gestionar todo lo que en una milésima de segundo puede recorrer nuestra cabeza, corazón, alma y cuerpo. Creo que puede ser de gran ayuda una educación emocional sensata, real, donde se explique con naturalidad nuestra parte emocional y diversa de los seres humanos y donde no se idealice solo con la ilusión de una felicidad 24/7 durante toda la vida. Y además dentro de esto, también opino que los frutos serían mucho mayores si esta inyección de educación se chutase desde que somos pequeños, para ir ya con herramientas que crezcan y maduren a la par que nosotros, de esta forma al toparnos con grandes problemas o situaciones adversas, todas esas habilidades ya habrían echado raíces y podríamos apoyarnos en ellas con seguridad.
La ansiedad es como la cara fea de La Luna; todos saben de su existencia pero casi nadie se preocupa realmente en observarla. Y ocurre también que es como esa "cosa" desagradable que nadie o casi nadie está dispuesto a tolerar cerca, porque puede resultar muy impactante ver como alguien de repente se desmorona (aunque no sea llorando y solo sean síntomas internos que los demás pueden percibir como un incómodo silencio). Resulta impactante y ese impacto es desagradable, sobretodo por ese empecinamiento a la perfección, por esa falsa ilusión hacia la felicidad sin frenos... porque nos estrellamos de bruces contra la realidad: la fragilidad humana.
La ansiedad es un síntoma de alarma físico y psicológico que genera nuestro cuerpo para que nos demos cuenta de algo que no estamos llevando bien a nivel emocional. Creo que es mejor romper algo, chillar o incluso golpear una pared (por un estado de ansiedad) porque eso nos hará parar con el veneno que nos ha llevado al extremo, si no, poco a poco nos destruiría de una forma sutil pero efectiva.
La ansiedad no es el apocalipsis de un día a día, ni de una vida, ni de una persona... Es solo una de las muchas facetas que alguien puede mostrar. No es todo lo que alguien es, pero sí es una pieza de su puzzle. Y no tiene porqué ser para siempre, hay personas que solo lo han sufrido durante un periodo de su vida y otras conviven con ella a diario o de manera intermitente y hay que comprenderlo, porque cada humano es un universo, un complejo y profundo universo infinito.
Mi ansiedad viene por diversas inseguridades y miedos, también por cicatrices del pasado y ese pánico a que puedan re-convertirse en un presente o en un futuro. Mi ansiedad viene porque a veces siento que cargo de más y por miedo a molestar a otros decido salir adelante con todo lo que lleve, pueda o no, porque a cabezona no me gana nadie (quien diría que soy piscis ascendente cáncer). Mi ansiedad emerge muy fuerte cuando de repente me abruma el pánico a estar sola toda la vida, a cometer errores o fallos que nadie pueda perdonarme y que eso me lleve a no encajar con nadie o que a nadie se atreva a quedarse a mi lado. Mi ansiedad viene cuando tengo que abrirme entera o cuando intento poner palabras a muchas de las cosas que siento, veo y percibo... Por eso escribir es para mi una de las técnicas más sanadoras y enriquecedoras que he encontrado.
También mi ansiedad tapa inseguridades como diferentes vergüenzas, diferentes auto-prejuicios o incluso puede emerger a modo de castigo por no ser capaz de auto-perdonarme.
Hoy os escribo todo esto porque quiero que sepáis que yo también tengo mis trabajos personales y que gran parte de ellos los he logrado reconocer a través de este blog, a través de las consultas que hago y a través de lo que comparto en mi página web. Llevar a cabo una responsabilidad con los demás, ligada al ámbito del crecimiento humano, del desarrollo y de la espiritualidad, me hizo arremangarme y asegurar al universo que cada día lo haría, lo hago y lo haré lo mejor posible. Y ese "mejor posible" implica también un compromiso conmigo misma, con mi propio camino de crecimiento, auto-reconocimiento, valoración y conexión.
Vivir con ansiedad es... para mi, una aventura. Es pedir que no te idealicen, es aprender a elegir a personas que te vean más allá de eso, es... es muy complejo de explicar. Incluso con toda su oscuridad y su lado de tinieblas, también la ansiedad es, en si, una lección de vida. Como un maestro que te pone a prueba; la ansiedad prueba contigo y después lo que elijas o lo que aprendas depende de cómo te has tomado la lección y de cuanto interés has puesto en ver lo que hay detrás del estallido.
A veces, físicamente, sientes que te asfixia, otras veces parece estar ahí y se muestra solo de forma en la que los demás te ven distraído o ausente, quizás poco risueño o apagado. Por las noches puede ser lo que te impida dormir o si consigues dormir hace que aprietes fuerte los dientes y te levantes con dolor de cabeza. La ansiedad, en ocasiones, te empuja a tener que expresarte, aunque a veces eso no siempre es posible... Aunque sea expresarte pasional e impetuosamente.
En fin... Esto es una pequeña muestra de lo que significa para mi y lo que he visto ahora que es vivirla. Se me quedan muchas cosas en el tintero, porque es un tema amplio y complejo, difícil y muy íntimo, pero espero que este texto te ayude a reconocerte y que te sientas mejor contigo mismo, como el gran humano que eres.
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