Y que más da quién esté y quién no, si lo que importa va más allá de eso, de hecho, eso mismo es humo.
Levantemos polvo. Digamos las cosas sin dejarnos ni un poco, ni un poquito. Claras, como agüita del río.
Si todo está en paz y tranquilo dentro de ti, dentro de uno mismo, en el centro de tu hermoso corazón... Entonces todo se puede. Si todo es desde el amor, el verdadero amor y la impecable paz... solo si es desde ahí, desde ese bien mayor.
Qué más da los "ya no sueño contigo" y los "ya no nos vemos tanto/pronto/nunca"... Al final, el alma y el cuerpo, la mente y el corazón, la esencia y la vida, comen y se nutren de quien uno se siente consigo mismo, sin nadie más dentro.
Es lindo el amor compartido, decidido, recosido y trabajado. Con sus experiencias, su crecimiento, su madurez, su mucho que aprender y enseñar... Pero hasta que esos vientos lleguen a estos puertos, reales y humanos, solo nos queda/me queda la verdad de nosotros/de mi. Donde también hay, en muchas ocasiones, que decidirse, recoserse, trabajarse duro, aprenderse con dulzura y enseñarse con firmeza.
Hasta ese momento... Levantemos polvo construyéndonos. Como quien inicia una obra o quien talla mármol plasmando algo realmente bello.
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