Que todo lo que hagas en tu vida sea sano para ti. Y me dirás "Pero Amalia... si tú a veces tienes actitudes que no son sanas o hábitos que pueden no ser sanos" y te diré que llevas razón, pero creo que no nos estamos refiriendo al mismo tipo de salud.
Hoy quiero compartirte otro de mis pensamientos, una perspectiva que me ha llegado del cielo después de analizar con minuciosa atención el pasado de mi vida, mis conductas y patrones y también las de aquellos con las que estaba en aquellos momentos. Y te das cuenta de que en los temas de relaciones las cosas, en la medida de lo posible, tienen que ser sanas. Cuanto más sanas, mejor. Esto es algo que ocurre tanto con amigos, como con familia y pareja.
En la salud se encuentra la calidad de vida y aquí se trata de que vivas con calidad, mucha y cuanto más mejor. Se trata de que realidad le des valor a tu existencia y esto nace después de mucho trabajo personal, de muchas cosas que reconocer, admitir, cambiar, trabajar y esforzarse.
Nadie ha nacido siendo la mejor versión de uno mismo y tampoco nadie ha nacido comprendiendo que en el merecimiento se encuentra el secreto más potente para una vida a la altura de nuestro amor propio, que es lo más grande que vamos a tener en esta existencia. Y porque es lo más grande y es algo esencial, resulta prioritario darle el lugar que se merece.
A través de amor propio, que no de rabia, orgullo, rigidez o radicalismo... Nace una perspectiva más saludable hacia nuestra persona y es desde aquí como uno puede apoyarse en actitudes para crear una vida más saludable hacia el exterior.
Empiezas a tener consciencia sobre qué es lo que soportas y toleras y qué no. Comienzas a comprender que si las cosas no van al unísono con tu propio valor y amor interno, es que seguramente son cosas que no necesitas ni tienes que estar soportando. Por eso te digo que si es sano, es mejor.
Si es sano se comprende, abriga y cuida el respeto. Si es sano se fluye en comunicación, se admite la oscuridad y se intenta hacer todo de la mejor manera posible. Si es sano no existe manipulación, ni "drama momentos", no existe una soga invisible de apego insano... Porque si es sano, uno elige estar en esas relaciones sintiéndose lo más libre posible, algo que aparece de forma natural.
Si es sano todo fluye en armonía y consonancia con el bienestar. Y se comprende que existen momentos, algunos difíciles y duros, pero no se usan artimañas de dudosa raíz para manejar las cosas al gusto del ego. Por esto, si es sano, siempre es mejor.
Si es sana la relación con tus amigos, sin esconder ni un poco de comparación, de incertidumbre, de envidias o de competencias, estarás forjando una familia elegida que te aportará, para sumar y no restar. Porque la vida tiene una franja de tiempo muy limitada donde, como podamos, lo ideal es que sintamos que estamos invirtiendo los segundos y no perdiéndolos.
Si es sana la relación con tu familia de sangre, algo que no es tan fácil de conseguir, y que en ocasiones no parece posible con todos los miembros, te aportará una confianza natural en ti como persona y una solidez en los registros que te acogen que la existencia de esas raíces y provienen de tus propios antepasados. Y si no es una familia de sangre pero es una familia con la que convives, de igual manera es importante que la relación sea sana. Aunque a veces, en algunos casos, lo más sano es poner distancia, límites y las cosas claras.
Porque nosotros no podemos hacer cambiar a los demás y aunque muchas veces cambiar nosotros ya puede dar pie a una transformada y nueva realidad que nos acoge, lo cierto es que ésto no es una ciencia exacta, por lo tanto no es una realidad ni una verdad absoluta con todos las situaciones y experiencias. Pero lo más importante es que, tomes las decisiones como las tomes, sientas que realmente hay un vinculo sano, exista o no contacto con esas personas.
Y por último: que sea sana tu relación sentimental. Esto es algo fundamental. Las relaciones sentimentales son aquellas que elegimos para cambiar y crecer, para evolucionar y crear un enorme cambio en nosotros y en nuestra vida. Y las elegimos única y exclusivamente nosotros, yo tengo la teoría de que de todas las relaciones que vivimos es el ámbito donde más libertad tenemos para elegir. Porque la familia, muchas veces, nos viene prácticamente impuesta y por otro lado muchos amigos vienen de ser relaciones antiguas que hemos ido conservando con el tiempo y el propio tiempo es el que ha creado una conexión de entendimiento y conocimiento.
Precisamente por esto, por la libertad de elección que tienes, te pido que para ti elijas una relación sentimental sana. Que comprendo y sé que tenemos todos nuestros momentos, pero... valora objetivamente. Si algo te resta, si todo es drama, si no hay respeto, si todo son broncas, si hay mucha rigidez, si no miráis hacia el mismo lado, si existe manipulación (tuya o suya), si hay control, si no hay claridad, si todo de repente está mal, si hay momentos radicales, si todo es una bomba de relojería... No es una relación sana.
Comprendo los apegos, emocionales y sexuales, que emergen de cualquier relación sentimental, yo también los he vivido. Yo también he suplicado para que me amasen, he suplicado para que no me dejasen, literalmente me he puesto de rodillas, yo también he intentado soportar una gran cantidad de faltas de respeto, yo también he faltado al respeto, yo también he sido explosiva, también me he portado mal, también he intentado manipular y controlar, también he arrastrado una actitud de víctima para intentar poner todo a mi favor. Yo también he soportado engaños y mentiras creyendo que así es el amor, yo también he estado con chicos que no me han querido ni me han amado pero me he mantenido a su lado como un perrito faldero, yo también he llorado y acto seguido me he sentido culpable cuando no era la culpable, yo también he sido buena con alguien que ha sido malo y he sido malo con alguien que ha sido bueno, yo también me he comportado cabezota y sin querer dar mi brazo a torcer, también he ondeando como una bandera mi orgullo por cada rincón de mis decisiones y de mi vida, también he amenazado como acto de "o cambias o cambias" cuando ¿quién soy yo para hacer cambiar a nadie?, también me he impuesto ante la libertad de otro/s y he creído de manera ciega en mi verdad como algo absoluto e inamovible.
También he sido drástica, también he creado falsas suposiciones que me han llevado a actitudes tóxicas y a la vez también he intentado convencerme de algunas cosas, teniendo señales y pruebas suficientes como para ver que yo no debía perder más el tiempo ahí.
Sí, yo también he tenido y he convivido en relaciones insanas y precisamente por eso te digo hoy que elijas las relaciones sanas y que sano, siempre, es mejor.
Que algo sea sano no evita que en un futuro puedan existir roces o mal entendidos, somos humanos y nacemos con una hermosa habilidad para errar porque necesitamos y merecemos aprender. Que sea sano supone que si existen esas diferencias, las decisiones que se tomen en cuenta serán consensuadas y maduradas, algo fundamental para tener en cuenta tus propios sentimientos y lo de la persona, o personas, que estén contigo.
Sano es mejor, porque sano supone que no te sientes obligado a nada. Sano es una realidad donde todo fluye. Sano es natural y no hay nada más bonito que tu propia naturalidad. Si es sano es mejor porque te aporta, porque lo puedes llamar inversión y no pérdida. Porque nadie es "drama queen" o "drama king", porque no hay una fuerza mayor intentando manipularte o manipular algo, porque no hay una presión por un cambio hacia el que no te sientes preparado... Si es sano es mejor porque se basa en entendimiento y comprensión, en respeto y admiración, en comunicación, en espacio personal y compartido, en descubrimiento sin pesos ni presiones, sin expectativas. Si es sano es mejor porque es transparente, porque nada sienta como un dardo envenenado, porque cada cual ve las heridas del otro y ese otro admite sus propias cicatrices y aquellas que posiblemente siguen sangrando.
Por eso, si es sano es mejor. Porque se te ve, tal cual eres, porque tú ves, tal cual es. Porque no hay una incertidumbre, ni una falta de confianza de "voy y vengo y por el camino juego con lo que tú sientes", porque no hay un juego de poder de "yo soy mejor que tú" o "yo soy más bueno que tú y debes sentirte mal y culpable por eso", porque no se usa la intimidad y la vulnerabilidad como una información para hacer daño, para tergiversar, para manipular, para llamar la atención de una forma envenenada.
Precisamente te digo, si es sano es mejor. Ocurre con todas las relaciones de tu vida, elige sanamente.
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