¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

lunes, 31 de marzo de 2014

Soy buena.

No soy tan mala, no lo soy.

No soy tan mala como a veces me he hecho creer, jamás he causado un dolor tan grande que el tiempo no pueda ayudarte a sanar, no he cometido actos que escondían maldad y he intentado, en la medida de lo posible, andar sin estar mirándome el ombligo.

Tampoco soy la mejor persona del mundo, pero de lo que sí estoy segura es que pertenezco al grupo de "buenas personas", no es difícil ser de ese grupo, no son elitistas y procuran no juzgar... Lo complicado se encuentra en tener la capacidad de admitir o de darse cuenta que uno es bueno y hacerlo o conseguirlo no es perder humildad, ni ser narcisista, es darse valor y eso es esencial, es importante y es primordial... Una de esas asignaturas para septiembre que muchos llevamos arrastrando largas vidas.

No soy excepcional porque pertenezco a un todo, mi conocimiento y mi sabiduría no es exclusiva, la fuente de donde emergen es colectiva, simplemente observo y me dejó sentir.

Escucho a los animales cuando acalló el ego y me sumerjo en el silencio de mis latidos, no es difícil es querer.

A pesar de todo, yo no soy perfecta y estoy en ese tramo del aprendizaje donde te das cuenta que uno no viene para ser perfecto. A veces no soy la mejor amiga y tiendo a hacerme mucho la zancadilla, tengo un máster en trampas a mi misma y una preocupante falta de constancia en relación al amor propio, pero a pesar de eso no soy mala, porque no guardo maldad al margen de mis rebotes, de mis cabreos o de mi rabia.

Me introduje en un camino duro y me considero valiente por ello, pero hasta los héroes de su propia vida necesitan de vez en cuando una palmadita desde fuera.

No soy mala, porque si lo fuese huiría de salvarme a mi misma... Y hasta ahora no me lo he permitido.

Me parieron con tanto amor que solo de imaginarlo me asoma la alegría en forma de llanto sano, es que literalmente yo nací entre carcajadas, escuchando algo que en aquel momento unía a mis padres: el amor. Y eso meha otorgado un particular don, un don mágico  relacionado con marcar algo diferente en la vida de quienes me conocen, por eso tampoco soy mala.

Soy buena porque no puedo olvidar a quienes he querido, porque sé acariciar a la distancia y por mi capacidad para sanar. Soy buena porque cada día me suelto un pico más de la soga para liberarme, porque doy pasos sin machacar flores y porque ya no arranco el césped mientras hablo en un parque.

Soy buena por tener la capacidad  de mirar miserrores, de superar mis miedos y de aprender a pedir ayuda. Soy buena por permitirme enraizarme desde el ccorazón, por amar de una manera plena.

No soy mala aunque los bichos de fuera y de dentro se empeñen en hacérmelo creer, yo soy buena.

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