"El vacío es mío" |
El universo, recogido o expandido, como cuando las flores se abren al alba y buscan sinuosas el brillo inagotable del sol.
Perdona, no soy yo, eres tú... que no has podido alcanzar el universo de mi vida con una sola caricia y a mi eso... eso ya no se queda a mi altura.
Es el universo entre las palmas de mis manos, con las mejillas sonrojadas, los ojos brillantes, la sonrisa entrecortada y los dedos de los pies encogidos. Es mi mirada, que cambia... ¡Y cómo cambia! Ahora te observo el alma y ya no tienes escapatoria.
Te quedas tan paradito, tan quieto y observas mi presencia, curioseas porque tu mente quiere saber lo que hacen mis dedos entre los entresijos de mi piel, los "qué haceres" de la vida, la plenitud del propio placer. Ha sido bonito mientras ha durado, por eso suelo preferir mi compañía que no espera, siempre está presente y siempre llega... siempre alcanza la estrella más grande, el sorbo más profundo, la bocanada de aire, el gemido de la noche.
Y es que no hay nada comparable a coger toda la energía del universo dentro de tu propio cuerpo y sentir como te expande, es como una nebulosa que se introduce dentro, que penetra y crece. Crece. Crece... hasta explotar dejándome sin aliento.
No es nada personal, comprende que hay lugares que no están al alcance de todos y este lugar al que yo llego, al que entro y que me entra... no es para todos los que intentan besarme con cuatro besos secos y mal dados.
No era tu momento, me consuela saber que siempre queda mi momento conmigo misma.
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