Soy sensual para mi, no para ti.
Soy sensual porque me encanta serlo, me encanta serlo conmigo y no necesito nadie cerca para verlo, si lo observas que sepas que no es por ti. Me encanta esta parte de mi por y para mi, si lo observas es como el que mira por la ventana y se encuentra a su vecina andando en bragas en su casa, ya te digo que ella no lo está haciendo por ti es que está harta de que el vaquero le apriete el culo y está disfrutando de un paseo por su morada en ropa interior solo para si misma... tú eres un espectador inesperado.
Soy sensual porque me expando cuando lo soy, me conecto con todo, no te voy seduciendo a ti ¡que me estás mal interpretando! Me conquisto y me seduzco a mi misma... y por ahora no hay nada que me guste más.
Me encanta disfrutar de esto, de esta sensualidad que despierta mis inquietudes, mis placeres, mis risas y mis ganas. Esta sensualidad tan mía... la disfruto de manera muy estrecha y gratificante.
Adoro cada curva de mi cuerpo; como mi piel responde a mis pensamientos, como mis labios se humedecen y en esta sensualidad, casi siempre en pantalones viejos y camisetas desgastadas, encuentro una parte de mi que no existe en ningún otro sitio.
Soy sensual cuando disfruto tranquilamente del pedo que me he cogido, del postre que he elegido, de las frutas que he comprado, de esa mirada esquiva en el vagón del metro o de mi reflejo en el capó de un coche, en ese momento me veo y me digo "¡Cómo molas! Qué sensual eres..." Y me voy alegre, muy alegre, no necesito ni un beso en el cuello ni una mano en la entrepierna, es una sensualidad más de dentro... no sé si me captas.
Soy sensual cuando disfruto de mi sexualidad conmigo misma, cuando emergen todas mis rarezas donde hallo calma después de una placentera tempestad, esa cima personal, ese llegar al climax, este paraíso tan mío.
Por eso te repito de nuevo que soy sensual siempre, disculpa que suene pedante pero la verdad es que soy soy sensual 24 horas durante 7 días de la semana ¡y me encanta!. Soy sensual cuando me veo en pelota picada antes de una ducha, cuando vuelvo del gimnasio, soy sensual con mi pijama de pelotillas tirada a la bartola en el sofá de mi casa después de un agotador día de pereza en su máximo esplendor.
¿Qué le voy a hacer? Soy sensual porque siento que muchas mujeres no han podido serlo, que hemos vivido bajo un yugo de presión social inaguantable e injusto que nos ha mermado la conciencia y nos ha cortado la libertad... a si que ¡va por vosotras! Yo soy sensual.
Y de esta sensualidad desbordada, común también en la juventud (sobretodo en la juventud del que comprende eso como un estado de la mente) nace una sexualidad mucho más enriquecida y sobretodo más constructiva. Es como una ecuación, al final una cosa lleva a la otra, en este caso una sensualidad bien aceptada, armónica, enriquecedora y que no se lleve a cabo a través de la manipulación, puede dar como resultado una sexualidad más divertida, constructiva y sobretodo de calidad.
Cuando eres sensual para ti también eres sexual para ti. Esto implica elegir con mejor ojo, ya no te llena cualquier (literal y metafóricamente hablando) y eso es porque obtienes poder, eliges desde ahí y eliges lo mejor.
A si que disculpa si te he confundido, soy sensual para mí porque esto me lleva a cuidar mi sexualidad, también por y para mí.
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