¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

lunes, 27 de marzo de 2017

TE SERÍA INFIEL...


Sinceramente si tuviese que decirte algo sería que empezar ahora algo contigo sería serte infiel. No eres tú, soy yo. Suena a excusa banal nacida en los 80 pero lo cierto es que es real. 

No, no eres tú y sí, soy enteramente yo. Desde el primer beso y la primera penetración te estaría siendo infiel, desde la primera mirada y la primera llamada inquieta, desde ese tono de voz coqueto y esas ganas de "sí con sí" tapadas con un tímido "temor con temor", incluso en ese fogonazo de vida, en ese comienzo... en el punto álgido de esa erupción volcánica te estaría siendo infiel. Cargarías con esa condena y de nuevo te digo que me perdones, no eres tú, soy yo y a mucha honra. 

Antes de horrorizarte quiero especificar porqué sería infiel, porqué no te guardaría esa lealtad que mereces y que esperas a cambio, con quién te engañaría (ya que lo tengo tan claro) y es que te engañaría conmigo. Sí, yo sería mi propio amante y esto se convertiría en una relación a tres donde en una de las partes no podrías, al menos ahora, participar activamente... ¡que injusto eso para ti!. 

Perdóname, no eres tú, soy yo que tengo una relación exclusiva conmigo misma. Yo me hago el amor, me escucho cada día, me abrazo, me arropo, me cuido, yo me acaricio, me beso, me siento, me disfruto... Y sí, es una de esas profundas relaciones donde no entra ni siquiera la tentación de probar con alguien más. Aquí hay una solidez construida de fidelidad, comprensión, entendimiento y unión.

Conmigo me siento llena, conmigo siento que puedo ser yo sin tener que esperar absolutamente nada. Conmigo, así y sin esperar nada de nadie más, disfruto de mi naturaleza y de mi verdad, de una realidad donde no me siento forzada a nada más. Mi compañía es la mejor para experimentar todo lo que alcanzo a imaginar, para comer, para cenar, desayunar, para ducharme durante más de 30 minutos con agua muy calentita y escuchando rock alternativo.

Si quiero me toco, si no quiero no me toco. No discuto con nadie, elijo mis tiempos, mis palabras, mis momentos y mis mil antojos sin tener que verme obligada a compartirlos. Quizás es por esta parte tan placentera y dichosa que comprenderás mejor mi decisión, sí esa decisión de estar para conmigo de manera exclusiva.

Yo ya no quiero tener una relación complicada o de esas que dicen que es "difícil de definir o explicar". No, yo quiero tener una relación sana y segura, comprometida y total, de donde obtener un empoderamiento y conocimiento personal que no se puede conseguir de ninguna otra manera. Y eso lo consigo sin presencia de nadie más.

Tampoco quiero tener un rollete que más tarde te haga sentir un despojo, ni una de esas relaciones románticas que se juran amor verdadero y al final el castillo de naipes se vence ante el propio peso de la realidad. No me apetece ni siquiera un beso tontorron una noche que haga construir después no se qué y que lleve a no se dónde... solo con imaginarlo siento que no estoy siendo fiel a mi y eso sí que es desgarrador, además me da mucha pereza cortar conmigo misma. 

De hecho lo que más se acerca a un ménage à trois es cuando fantaseo con alguna cara conocida de esas que tengo lejos, veo poco y he filtreado en algún momento de mi pasado. Y en esa fantasía sigo siendo fiel a mi misma, sin pesos de nadie más y sin necesidad de sentir que experimentar simultáneamente con otro participante más. 

Ojalá existiese una palabra en francés, con ese tono tan erótico, para definir esta situación que experimento y esta relación con todo mi ser. Creo que me estoy enamorando, me dedico canciones cada día y ahora comprendo lo que han visto mis compañeros de cama en cada centímetro de mi imperfecta piel. 

A si que, siento decirte que no puedo tener una relación contigo porque hace ya algún tiempo que estoy saliendo conmigo y... ¡me gusto tanto!.


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