¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

viernes, 6 de enero de 2017

Gracias a todos los hombres que no me han amado:



Gracias a los hombres que durante este 2016 no han sabido ni han podido amarme, no al menos como yo merezco y quiero. Este es mi regalo de reyes para todos vosotros:

Gracias por vuestras ausencias, vuestros ataques sin intenciones, vuestra percepción de que yo era demasiado grande o demasiado pequeña, gracias por no haber estado y por haber estado mal o a medias, gracias por haberme hecho llorar, gracias por haber tirado abajo cosas que no eran reales, gracias por las mentiras, gracias también por la falta de tacto, por la falta de sinceridad, por la única intención que era sobre el sexo (porque debo reconocer que soy muy sexual), gracias por no haber querido mirar más allá. Gracias también por haber aceptado todos los regalos que os he hecho, todo mi cariño sin cadenas, ni vallas, ni trampas... gracias por haberme escuchado triste, alegre o enfadada, gracias por haberos ido cuando ya no había ni siquiera más mentira que acrecentar, pero también gracias por haber venido.

Por otro lado gracias también por haber sido reflejo de lo que yo no quiero nunca más, por haber despertado miedos, monstruos y realidad, por esos "me cachis..." que se me escapaban entre suspiros al ver que lo que había entre vosotros y yo no era algo sano ni real, gracias por vuestra falta de consideración al no haber sido realmente buenos, gracias también por mentir entre risas y por haberme hecho reír solo para mantenerme ahí, gracias porque aún no habéis crecido ni la mitad que yo y de eso me doy cuenta cada vez que os doy puerta y adiós.

Gracias por la rabia que he despertado, por la soledad, por las heridas en el alma que cicatrizan pronto, gracias por haber sido personajes secundarios en escenas de crecimiento y enriquecimiento personal, gracias por no dejaros amar, gracias porque aunque yo soy pasión pura y quiero con todo mi corazón lo cierto es que realmente solo me enamoré de uno. Gracias por haber aceptado mis caricias, gracias por haberme ensuciado y haberme dejado sola limpiándome esa suciedad, gracias por vuestra actual ausencia, por ser recuerdo y aire pasado, por haber sido sin ser y por haber esperado que fueséis y eso nunca pasó. Gracias por haber reforzado mi amor propio.

Gracias por no pertenecer a un futuro, uno que está llegando y poco a poco se hace presente, lleno de seguridad, serenidad, poder personal, abundancia emocional y económica, autonomía personal e individualidad, lleno de sueños hechos realidad y de confianza plena, una confianza que me transmite una dicha con un valor incalculable. Gracias por haberme hecho imaginar que tendríais un hueco que ahora, y menos mal, no ocupáis.

Gracias por dejar el hueco para quien realmente lo merezca, gracias por haberme enseñado a estar sola cuando me habéis hecho mucho daño, gracias por haber sido maestros de las sombras, por haberme hecho crecer, madurar, analizar, aceptar y evolucionar. Gracias porque mis mejores sentimientos, experiencias, sensaciones, exploraciones... emergen, casualmente, justo en el momento en el que salís y cerráis la puerta. Gracias por no haberos quedado entre medias, gracias por las medias tintas de las que no quiero nunca más ni una gota ni siquiera, gracias por no haber sabido verme ni haber sabido valorarme y sobretodo por no haberos quedado embelesados con una belleza que pocas veces se encuentra en personas tan inocentes y tan puras, como soy yo.

Gracias a vosotros reforcé mi amor personal, mi autoestima, mi optimismo, mi positivismo y mi capacidad para acompañar, sanar y ayudar a los demás. Gracias a vosotros me volví más valiente, me arropé con mis sombras y me escondí entre estados de tristeza que en mi propia soledad me hicieron emerger aún más guapa y más bella. Gracias a vosotros me di cuenta de que solo dependo de mi para lo que realmente quiero, deseo y merezco.

Y gracias a vosotros le di importancia a la espera, a la paciencia, al no ir detrás, a la ligereza de los momentos, a las lecturas a solas bajo una manta de lana, a los viajes dentro de mi corazón, a las proyecciones personales, a la capacidad para reconstruir aunque parezca que todo se ha convertido en escombros imposibles de arreglar.

Aunque todo fue mentiras y yo solo ocupé un lugar de entretenimiento para vosotros, haberlo dado todo por cada uno de vosotros, apostando como el que juega con plena confianza a una partida basada en azar y que en esa partida muchas cosas que escapan a mi control, me hizo darme cuenta de que cuanto más daba más tenía para dar, que no me vaciaba y que aunque parecía que el patrón volviese a repetirse, con matices bastante parecidos, mi generosidad crecía con cada experiencia... ¡crecía y crecía aún más! y así he aprendido también a decir que no, a poner límites, a darme a mi misma sin esperar de los demás, a vencerme a antojos porque ¡yo me lo merezco y me lo curro!, así he aprendido a mover los sucesos de mi vida con cierta facilidad y en márgenes de tiempo muy cortos y escuetos... así he aprendido a iluminar a otros y a inspirar; porque lo que yo hago lo puede hacer cualquiera y eso precisamente lo que me gusta transmitir a la gente, ese mismo cambio que he experimentado y que me ha llevado, sin lugar a dudas, a hacer resurgir la mejor versión de mi misma.

Gracias por no haberme amado, porque así me he podido amar yo y saber, que dentro de mi sabia alma y mi joven edad terrenal, hay un tiempo donde me espera mucho, más y mejor. Que todo lo tengo al alcance de mi mano y que no salgo perdiendo jamás por decir adiós... que en esta vida siempre se sale ganando si uno sabe mirar al lado acertado.

Gracias por no haberme valorado, por no haberme querido mirar volando, gracias por no estar ahí en un futuro cuando todo ocupe el lugar que le corresponde y que tanta felicidad me va a aportar. Gracias por no ser las personas adecuadas para compartirlo con vosotros, gracias a vosotros me he dado cuenta de dónde estaba y dónde no quiero volver jamás... y si alguna vez nos encontramos de nuevo cara a cara, os lo diré: gracias por haber sido nada para que yo lo fuese todo conmigo misma.

Esto es sin acritud, es un sincero y profundo ¡GRACIAS! desde el amor que hoy rebosa de mi cuerpo sin explicación.

Os deseo, de verdad, esta preciosa capacidad que he aprendido para darle la vuelta al asunto, para enriquecerme por dentro, para crecer por fuera, para volverme fuerte y sobretodo para evolucionar rápido, aunque sin prisas y disfrutando.

Un sincero abrazo, habéis sido fundamentales para llegar a esto.

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