Es tan fácil escribirle al amor…
Al amor baldío, al amor despojado
Al amor vacío, al amor sin haber amado…
Es tan fácil escribirle al amor…
Al amor del señorío, al amor ajeno…
Al amor escueto y al amor en versos…
Pero que difícil es escribirle a la razón
A la razón para cantar con la cabeza y sin corazón.
A la razón para luchar por otra realidad…
Para alzar el vuelo, para levantar las trampas…
Para cortar banderas, para borrar fronteras…
Para despejar las dudas de que todos somos lo mismo
Aún sin haberlo querido.
Es tan difícil escribirle a la revolución pasada
A la palabra en la espalda, al coraje mal gastado…
A aquellos que fueron y a aquellos que jamás llegamos
Ni a una migaja de lo que hicieron siendo tan rebeldes…
Tan reales, tan únicos y tan fieles.
Es tan difícil explicar los motivos, de esta quietud que
aflora
Entre flojos chillidos, entre pocos quejidos de gente hueca,
De gente tonta, de gente cómoda que ya no se arriesga,
No juega, no pierde, no gana… pero no hacen absolutamente
nada.
Hace tiempo dejé de creer en nacionalidades…
Aunque para visitar los parajes más salvajes deba llevar
sellos
Que no van conmigo en el bolsillo…
Y deba entrar, a duras penas y sin ganas, por las trabas
De las falsas democracias dominadas por burocracias.
Hace tiempo que me dije a mi misma…
Que si he de amar el mundo lo amo entero…
Con cada persona, con cada acento, con cada tono…
Con cada sabor, cada especie y cada momento.
Qué fácil es hacer una oda al amor, al folleteo…
Al sexo, vacío o lleno.
Qué difícil es escribir sobre la verdad…
Sin que suene a burla ni a engaño…
Sin mal interpretaciones y haciendo llegar al corazón…
Qué fácil es escribir sobre el mundo que inventamos…
Y qué duro, pero qué duro, sobre el mundo que experimentamos…
Que vivimos, que sentimos y que estamos creando.
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