No es excusa que estés borracho y que eso sea motivo por el cual te comportas como un capullo.
No es excusa que en tu entorno no te hayan transmitido educación hacia las mujeres y que por ello me acoses y agobies en el último metro de vuelta a casa.
No es excusa que te fumes un par de porros y te vuelvas entonces un degenerado.
No es excusa que, de fiesta, vayas puesto hasta el culo y por ello te creas con derechos sobre mi que no tienes.
No es excusa que estés piripi y dándolo todo con una piva y por ello te hagas el machirulo de la calle, para pavonearte faltándole el respeto a personas que ni siquiera te conocen.
No es excusa que adores poner como excusa el desfase para mostrarte como un racista hacia personas que lo único que intentan es ganarse unas pelas para sobrevivir vendiendo unas latas.
No es excusa que tus ejemplos a seguir sean unos misóginos cuñados que esta televisión de mierda promociona y protege.
No es excusa que no tengas inquietud por saber que viajando es como se abren horizontes.
No es excusa que te hayas criado entre porno y que eso te haga creer que todas las mujeres deseamos que se corran en nuestra cara, cuando la verdad es todo lo contrario.
No es excusa que te creas más poderoso que yo y por eso me persigas hasta la puerta de mi portal.
No es excusa que me veas sola y me creas desprotegida e intentes acorralarme. Ahí te encontraste con una inesperada mala hostia que seguramente no habías imaginado.
No es excusa ese éxtasis para joder a los demás. Tampoco lo es tu coca. Las drogas no son excusas, sinceramente es que eres un payaso.
No es excusa tu falta de amor propio, ni siquiera eso es excusa para denigrar a los demás.
No es excusa tu propia ausencia de voluntad para canalizar tu energía creativa en algo más que en molestar a los demás.
No es excusa tu testosterona para intentar acojonarme.
No es excusa tu rabia para intentar manipularme.
No es excusa nada de lo que intentas interponer como excusa. Quizás sea hora de que te responsabilices, sin excusas, de aquello que produces y de aquello donde interfieres. O quizás sea hora de reconocer lo gilipollas que eres.
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