¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

sábado, 13 de mayo de 2017

Nos hace falta amar.

Película: HER.
- ¿Hablas con alguien más mientras tú y yo hablamos?
- Sí.

- ¿Estás hablando con alguien más... en este momento? Personas, SO, lo que sea...
- Sí.
- ¿Con cuántos más?
- 8,316.
- ¿Estás enamorada de alguien más?
- ¿Por qué preguntas eso?
- No lo sé. ¿Lo estás?
- He estado pensando cómo hablarte de esto...
- ¡¿De cuantos otros?!
- 641.
Entre el amor líquido y el amor sin amor, entre las heridas, los shocks, las fragilidades y las sobreprotecciones, se abren limbos y realidades que no están bien o mal, solo están. Solo existen.

Dos cabezas se encuentran pero a veces dos corazones no llegan al mismo nivel, a la misma frecuencia. Puentes que solo una mitad recorre y la otra no llega ni siquiera a imaginar. Cruce de miradas, sensaciones efímeramente compartidas, lo más vulnerable y lo más desnudo repartido sin hacer de más y es que resulta que al final estamos haciendo a lo más grande de menos, y no, no me refiero al sexo. 

Es esto un juego de acabar sin haber empezado y de nuevo retomar, una fiesta de máscaras sin mañanas, con ayeres que aunque no te dejaron con las ganas es posible que si te dejaran con malos sabores de boca. Esos sabores de boca son las decisiones a medias, las medias tintas solo han servido para entretener mientras perdemos el tiempo, nuestra única medida de vida. 

Parece ser que se ha convertido en una rutina habitual... ¿quién puede decirme lo contrario? Incluso personas bastante más mayores que yo se ven enredadas en realidades similares. Y por mucho que te armes de paciencia, eso a veces ni siquiera es suficiente. Nos vamos desgastando volcando los sentires sin recibir ni siquiera lo que realmente deseamos pero que ni a voces nos atrevemos a comentar, son como lejanos pensamientos que habitan en nuestra cabeza y en nuestro cuerpo. 

¿Quién puede decirme de qué trata esto? Gente que está junta sin sentirse amada. La misma conversación entre el humo del tacabo. La misma rayada mental y como único consuelo el compararse con otros y pensar para tus adentros "Aunque sea malo, lo mío, no es lo tanto..." Y ahí nos quedamos, a medio hacer y con hilos que nos atrapan una y otra vez. Luego tenemos aquellos que saltan de oca en oca y tiran porque les toca... Y así entre que se tocan, les tocan y se tiran y se lo tiran todo, pasan sus días de vida... Sí, mucha gente saliendo por sus puertas de emergencia, evacuación y huida... ¿pero cuantos de esos cuerpos se quedarán a su lado cuando les embista la vida?.

Hay palabras que a día de hoy generan grima. Apenas salen de nuestra boca. Hay momentos que ya dudamos, nos pasa incluso con verdades absolutas y luego existe esa parte donde dudamos incluso de la propia existencia, de este camino real, físico y tangible. Dentro de esas incertidumbres, cada cual con la suya, muchas veces nos preguntamos si hemos amado, si nos hemos enamorado o si sabemos amar. Esto ocurre a veces porque pensamos que el amor es rápido, aparece en seguida, no requiere cuidado y ante todo debe ser la sensación más enorme de tu vida... Mucho más que un tiro de cualquier droga, mucho más que una calada de hierba, mucho más que un potingue convertido en llamativos chupitos de alcohol. 

Ahora yo me pregunto ¿y si es de otra forma? Sí... ¿Y si no implica esa subida gigantesca que tanto hemos idealizado? ¿Y si la historia está en que realmente lo gigantesco es mantener aquello que es humilde, frágil... cuidarlo y protegerlo?. Para los jóvenes, como yo y como muchos (algunos incluso me doblan la edad) la excusa perfecta cuando se habla de una armonía en una relación que normalmente hace referencia a dos personas mayores, bien entradas en edad y que saben de que va la vaina del vivir, es decir "aquellos eran otros tiempos y ahora las cosas son distintas". 

Aceptaré una parte de esa excusa, porque es cierto que las cosas son distintas... Constantemente hay diferencias en nuestra vida, a cada segundo que transforman nuestro camino y cambia quienes somos, modificando pequeños, pero esenciales, matices de lo que vivimos. Estos cambios suponen una transformación, en mayor o menor escala y algo que se transforma ya no es lo mismo ni lo será nunca... Su forma cambia. Por lo tanto sí, aquellos tiempos eran otros pero también lo es cada segundo que vives... Cada segundo de tu camino es otro diferente en comparación con el anterior o el posterior que estás destinado a habitar.

Sin embargo hay otra parte de esa excusa que es contra la que yo choco, precisamente esa parte es que es una excusa. Nos encanta excusarnos, incluso regocijarnos sabiendo que hay mil realidades disponibles, latentes, que pueden ser diferentes a lo que estamos tan convencidos. Esa diferencia marcaría un antes y un después en nuestra vida y puede significar una obligación para con nosotros... Algo que ni de coña queremos oír, ver, vivir ni responsabilizarnos. 

¿Y si la única mentira es que el verdadero amor no es un subidón? ¿Y si implica una apertura tan grande, pero a la vez tan humilde y compasiva, que eso es lo que realmente nos genera vértigo? ¿Y si tenemos miedo de que alguien nos vea incluso aquello que nosotros no nos atrevemos a reconocer? ¿Y si antes, nuestros antepasados, eran valientes y nosotros nos hemos rendido por las heridas del ayer? ¿Y si todo es algo para que, en nuestro autoconvencimiento de no-conexión, nos convirtamos en personas mucho más expuestas, débiles y enfadadas con la realidad que experimentamos? ¿Y si lo que estamos haciendo es lo peor que podemos hacer?...

No se trata de la noche a la mañana encontrar al amor de tu vida. Se trata de ser humilde, noble y leal con cada persona se cruce en tu camino, se trata de amar de verdad y en ese amar, sabrás con certeza quién está ahí para quedarse a tu lado hasta el fin de tus días... Si la palabra "amor" y "amar", si la palabra "enamoramiento sano" te da repelús, te genera miedos, te echa para atrás... Seguramente estés viviendo un vaivén con diferentes personas sin llegar a ningún punto constructivo. Un entretenimiento sin fundamento enriquecedor, una forma recreativa de pasar el tiempo y tapar la ausencia de lo que realmente te cuesta reconocer: en realidad lo que quieres en tu vida es amor. 

El amor empieza por el respeto y el respeto, muchas veces, nace de la empatía de no mirar solo nuestro ombligo y abrir los ojos hacia el entorno, comprendiendo que aquellos que nos rodean son también fundamentales en el mundo y forman parte de quienes somos. Las reglas de cada juego deben ser claras, las intenciones deben ser honestas, el corazón siempre encima de la mesa... Para que si algo no funcione, jamás te quedes con mal sabor de boca o cargues con la culpa de haber generado un dolor, en ocasiones imborrable, por no haber querido ser realmente noble. 



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