¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

martes, 18 de febrero de 2014

No hay que quitar la ropa de la cama, si acaso, la que hay sobre nosotros.

Escúchalo.


Algún día seré capaz de dibujar tus labios y entonces, sólo entonces, podré decir que te he robado un beso sin que te dieras cuenta.

Ahora, intento hablarte bajito, casi susurrándote… como la voz de las cantantes esas a las que escucho cuando estoy sola y me entra mi vena bohemia, entre eso que intento contarte tengo la necesidad de confesarte un secreto: me encanta cuando no sabes qué decir y eres capaz de poner puntos suspensivos entre tus palabras pronunciadas, cuando te dejas llevar por el momento sin mirar atrás o adelante, simplemente lo sientes con esa piel de porcelana. (Y lo pongo pequeñito porque te lo estoy susurrando)

"Tú te muerdes los labios, mis pupilas se dilatas.
Tú sonríes, mi corazón palpita."

Tú me abrazas, me dejo vencer por un enorme sentimiento que me coge aquí (señalo el pecho) y se extiende por todo dentro de mi… es grandioso, y sí, me dejo vencer por esa emoción porque es la que me lleva a reírme a carcajadas cuando estoy desnuda con mi cabeza en tu pecho.

No hay que quitar la ropa de la cama, si acaso, la que hay sobre nosotros.

Me encantas de pie, frente a mí. No he acariciado tanto unas manos como acaricio las tuyas, es cogerlas y ya me sé de memoria las líneas que hay en tus palmas, las he leído como cien veces por el día y otras ciento cincuenta cada noche. Lo que más me asombra es que contra más miro tus ojos algo nuevo descubro en ellos, que quizás fue eso lo que tanto me intrigaba en ese pasado que en mi cabeza se guarda como un recuerdo algo escueto.

A veces me imagino todo, como si estuviese amarrado a una nube, que asciende y  asciende, se deshace conforme la nube se precipita hacia La Tierra en forma de lluvia… entonces pasa a formar parte del mar, y del mar se enamora de la sal, de nuevo se vuelve a evaporar, se convierte en otra parte de otra nube diferente, ésta vez forma parte de una balsa de agua dulce y finalmente llega a nuestra boca… ¡ahora lo entiendo todo! Debimos beber agua en el momento preciso para habernos encontrado en el momento oportuno, y entonces, sólo entonces, nos pudimos ver por primera vez. Pero reconozcámoslo, aunque divertido, nada era tan bello como lo es ahora.

Soy consciente de que a veces es difícil seguir el hilo de mis historietas, que los textos pueden perder sentido… el sentido de lo que es “lógico” y que repito los mismo patrones de escritura acompañados con los mismos recursos literarios, a pesar de eso, es el mismo sabor de boca que me dejan tus besos y no lo cambiaría por nada, yo lo transmuto en párrafos, verso, prosa, letras que se juntan unas con otras y cómo resultado da algo como esto: te quiero.

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