¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

domingo, 10 de julio de 2016

Los que nos quedamos en el puerto...


Podríamos tirarnos la vida así, algunos huyendo en barco y otros esperando en el puerto.
Podríamos tirarnos la eternidad unos queriendo y otros desquitándose con el sexo y poco más...

Podríamos tirarnos el futuro así, sangrando por las heridas que nos llevan a la deriva.

Y algunos esperaremos con un ramo de flores mustias un amanecer que nos hemos prometido, aún con la duda de que sea verdad y otros avanzaran con el paso de los años, sin flores, sin espinas, sin color ni esperanza... a pesar de este anhelo que me acoge por dentro siento una fuerte lastima por los que han huído desde dentro, lo lamento, de verás que lo lamento pues a pesar de los años que me lleve a mi esta espera, sin alusiones alguna a un pasado que ya no puede volver a ser presente, una espera inocente de una realidad desconocida, ellos se quedaron sin nada más que el ritmo de la vida ¡y cuan cuesta arriba se hace el ritmo de la vida! Si les falta la sonrisa, la verdadera sonrisa, de saber que hay algo más entre tanto lamento y tanta avaricia.

Que yo prefiero esperar y envejecer, como lo hacen las rocas del mar, simplemente esperándome a mi misma el volver a pasar sin carga alguna, sin condena, sin la sensación de que todo se quedo a medias...

No quiero regustos, ni desconsuelos... en el momento en que todo se habló quedó bien claro, algunos venimos de las estrellas y otros de aquel lodo que se encuentra en el subsuelo. Me negué a construir con barros inestables a si que espero al mismo brillo del cielo, pues si debe ser me propongo que sea bello.



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