Algunas batallas se ganan y otras se pierden, aunque la lucha sigue siempre sigue.
Aquella noche sentía que el corazón me iba a salir por la boca, en pocos segundos me dominó el pánico, la ansiedad y el terror más oscuro de mi propio ser, de nuevo me vi de frente con una realidad de esas que soy incapaz de observar, pero esta vez estaba atada de pies y manos y prácticamente obligada a observar. Te vas dando cuenta que los corazones parece como si se fuesen evaporando, que las intenciones que había a priori se han quedado como una nebulosa rondando en el pasado.
Aquella noche sentía que el corazón me iba a salir por la boca, en pocos segundos me dominó el pánico, la ansiedad y el terror más oscuro de mi propio ser, de nuevo me vi de frente con una realidad de esas que soy incapaz de observar, pero esta vez estaba atada de pies y manos y prácticamente obligada a observar. Te vas dando cuenta que los corazones parece como si se fuesen evaporando, que las intenciones que había a priori se han quedado como una nebulosa rondando en el pasado.
- Lo siento.- Me dije a mi misma y lo chillé al cielo, con la esperanza de que llegase a todos aquellos a los que alguna vez he hecho daño. - Lo siento.- Me repetí, con la esperanza de que repitiéndolo el dolor en el pecho fuese menos... cuando pude me senté, medio temblando, ya que solo dudaba la mitad de mi cuerpo y el otro parecía permanecer quieto.
Tragué saliva, como el que traga una bola de miel densa, un caramelo grande, una sopa espesa o un puré con grumos... con esa dificultad se fue deslizando por mi garganta y supongo que aterrizó en lo más hondo de mi estómago, ahí también deposité esperanza, la esperanza de poder digerirlo todo.
Comenzaron a sudarme las manos y respiré hondo; si no podía controlar nada más al menos aún conservaba el control sobre mi propia respiración y pensé... pensé en todos y cada uno sin excepción, pensé en el pasado y en el presente y dejé de creer en el futuro, me mantuve a la espera un rato a ver si volvía en mí con un poco más de coherencia o con una llama encendida que iluminase cada paso, decisión, pensamiento... pero nada.
Entonces decidí que si debía perderme prefería hacerlo en el centro de mi propia creencia, atada a mi propia pasión, guiada por mi propia locura y rodeada de una manada existente en otros mundos, esos mundos etéreos alejados e imposibles para la mayoría, aunque me perdiese para siempre, aunque desapareciese, aunque me transformase... aunque todo lo malo...
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