Cuidado, mis demonios muerden.
La belleza de su libertad...
Sin necesidad de buscar aceptación fuera...
Una diferencia fatal...
Un empoderamiento interiorizado...
Y desgraciadamente, una muerte por fuego.
Su vida, su muerte...
Morir calcinadas por mil llamas...
Antes que vivir hasta el último aliento...
Encadenadas a represiones y martirios...
Castigos que hacen de este camino un infierno.
Mi cuerpo, de piel y hueso...
Y sin embargo sigo sin saber quién soy...
Dónde me escondo...
A pesar de ello...
Cada vez que conecto con un recuerdo...
Mi mundo físico se llena de gozo...
Todo encaja... poco a poco.
La grandeza del alma...
Donde se halla la belleza de quienes somos...
Aquello que nos compone...
Y en mi, estoy segura...
De que se encuentran dos partes...
La primera: tenebrosa y oscura...
La segunda: cándida y enorme...
Y ambas las amo...
Las amo profundamente...
Porque son la magia que me hacen ser...
La humana que os escribe y responde.
Al cazador que ya ha sido cazado...
Al aventurero sin bellas intenciones...
Al desliz y al regocijo del pasado...
Solo debo decirles que hay sombras...
Profundas sombras...
Que atemorizan a quien siempre se esconde...
Porque esa parte lúgubre...
Oscura, inquietante, secreta...
Es la que despierta todo aquello que no amas en ti mismo...
Mis demonios avivan los del entorno...
Y les animan a hacerse cargo...
A despertar de su letargo.
¿Cómo despertar algo por dentro?
Si la mayoría vive en un coma perpetuo...
Y ahí te encuentras...
En la ceguera más profunda del mundo...
La que inunda desde dentro...
Tu ceguera hacia tus propias sombras...
Las mías, dueñas y señoras...
Les regalan candiles para aprender a verse...
Que doloroso debe ser..
Comprender que la belleza se encuentra...
En amar incluso lo que no quieres creerte.
Hoy no te hablo de mis arco iris...
No te hablo de mi calidez..
Hoy te hablo de mi frío...
De mis golpes, de mis llanos...
Te hablo de mis mordiscos al mundo....
De mis voces, de mi ira...
De mi furia y de mi cólera...
De las espinas de mis rosas...
De la incompatibilidad con la expandida moda...
De que la perfección existe.
¡Bulos y mil historias!
Prefiero mis alas de ángel entre mis mil demonios...
Que esas pantomimas donde perdéis el tiempo...
Un bien tan preciado...
Tan valioso...
Que hasta los cielos os lo comprarían por disfrutarlo...
Más allá del fin de sus días...
Más allá de lo imaginado.
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