¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

martes, 11 de abril de 2017

MODO BUCLE



Cuando nos da por repetirnos con un tema, entramos en una sistemática dinámica cíclica de pensamientos y actos. Pensamos que si repetimos, en voz alta y compartiendo con otros la misma situación, unas diez, once o doce veces, todo cambiará repentinamente... Pero es mentira. No cambia nada y pareces un disco rayado que se queda atascado en la misma canción.

Nuestra cabeza pasa a ser una lavadora que no para de dar vueltas y esa repetición constante nos hace parecer el ajo que le echa tu madre al gazpacho, que sí está buenísimo pero no te engañes ¡a veces se repite! (y mucho, aunque no tanto como cuando te pones en modo bucle).

El modo bucle nace, en ocasiones, de la necesidad imperiosa por no querer separarnos de un vínculo. De nuevo debemos ser francos, se nos da fatal eso de decir adiós ¡incluso a lo que nos hace daño! y se nos da requetebien (pero requetebien, requetebien) adaptar patrones de conducta poco constructivos, adictivos y reincidentes. Porque parece que los hemos dejado pero... ¡no! Y vuelven de nuevo a nuestra vida con otra situación distinta.

Podemos estar dándole machaqueo a un tema hasta que nos quedemos sin fuerzas y a veces ni eso consigue pararnos (si fuésemos tan comprometidos e insistentes en otros ámbitos de nuestra vida, seguramente seríamos bastante más felices).

El modo bucle llega sin avisar y cuando te quieres dar cuenta ya estás de lleno metido en su lodazal. Puede ser por cualquier motivo, desde una obra para remodelar tu casa, un asunto con un familiar, algo relacionado con tu propio negocio... El caso es que si llevas más de un par de meses pensando en la misma historia y no sacas nada en claro, si parece que aunque sepas la solución no tomas medidas para ponerte a arreglar eso que tanto comedero de tarro te trae (y que parece que te gusta porque no lo sueltas) ¡ENHORABUENA! Estás en modo bucle. Como casi toda la humanidad. Sí, esto es lo que me suelo decir para consolarme... ya sabéis "mal de muchos, consuelo de tontos" y a tonta no me gana nadie porque soy la fan number one del modo bucle.

El modo bucle es tan absurdo como dar vueltas y vueltas y vueltas sobre ti mismo esperando que eso te lleve a alguno otro lado porque ¡eh! te estás movimiendo. Y sí, es cierto, te estás moviendo, lo que no quieres ver es que ese movimiento no es constructivo, que no avanzas. Literalmente es una pérdida de tiempo porque ni siquiera quieres ser objetivo y aceptar que quizás sea momento de para un instante, quitarte el mareo de tanto giro y ponerte a caminar como una persona normal.

El bucle funciona así, te mantiene entretenido y agarrado con un pensamiento que no terminas de soltar, acompañado por supuesto de sus propias emociones y mientras crees que estás haciendo algo por solucionar el problema, lo cierto es que de nuevo te vuelves a levantar otro día más y con la misma sensación. Aunque te duela es momento de que te des cuenta que estás perdiendo un tiempo que jamás vas a recuperar y que eres un crack encontrando excusas para acostarte todos los días con el mismo peso mental (yo también soy una crack en eso...).

Mientras te repites el mismo cuento, que seguramente hasta te genera ansiedad y sea la brecha principal por donde pierdes tu preciada energía, la vida sigue avanzando viendo como tú sigues enganchado, engañándote con un ausente progreso.

Y ahora que lo sabes ¿te atreves a salir del modo bucle? Él parece que ha hecho buenas migas con tu zona cotidiana de confort. Que si no quieres, puedes tirarte toda la vida metido en esa infinita espiral, ya sabes que eres muy libre para elegir lo que realmente deseas en tu vida.

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