¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

lunes, 10 de abril de 2017

Lo que quiso la vida...


Follamos como adultos y nunca dejamos de ser críos. Me daba igual el riesgo y los daños colaterales... ¡qué ingenua!. Igual que cuando eras pequeño y te peleabas con tu hermano, tu madre observaba la situación  y advertía desde su experiencia que uno de los dos saldría mal parado... Al final aquello terminaba por cumplirse y uno de los dos acababa llorando.

Entre tú y yo, he sido claramente yo. A veces el echar de menos se lleva mal, francamente mal. Y yo creo que te echo de menos... demasiadas veces.

No le imploré a la vida ni un segundo más a tu lado... pero recuerdo las lágrimas que me caían cuando te dije que dejar de verte me haría daño. Una parte de mi sabía que eso iba a pasar y supongo que lo lloré delante de ti y antes de tiempo para ser consciente y estar preparada, aunque creo que no existe una preparación adecuada para un final inevitable (¿o evitable?).

¿Sabes? Quise creer que las leyes del universo harían una excepción conmigo y contigo, pero supongo que no existen excepciones, al menos no en este tipo de ocasiones.

Ahora vivo en medio de dos emociones muy diferentes, por un lado pienso cómo me sentiría verte por la calle, deseando en secreto que eso ocurra. Y por otro lado espero que eso nunca pase. Estoy entre la ilusión de un imaginario reencuentro y el temor de saludarte, sabiendo que un efímero "hola ¿qué hay de nuevo?" seguirá siendo parte de este eterno y presente "adiós".

He preguntado cómo estás, qué tal te va todo... Se lo he preguntado al cosmos (ventajas de ser bruja) y me dice que no te va tan mal y que brota dentro de ti una nueva ilusión. ¿Será amor? Espero que sea amor, porque tal y como eres mereces amar y que te amen con toda la pasión que forma tu persona, que te amen sincero, a tu medida y que te amen fuerte... Y tú poder devolverlo exactamente igual. 

Precisamente todo el amor que brota de tu corazón es el que te ha llevado a querer ayudar a los demás, a encontrar esperanza y a dar lo mejor de ti hacia aquellos que son importantes en tu camino.

Te mando un abrazo muy fuerte, desde lo más profundo de mi corazón.

(Qué difícil es encontrar de nuevo a alguien que cuadre y te quiera tal cual eres, cuando la mitad de tu mundo es cielo y la otra mitad un abismo. Resulta increíble pero lo peor de todo es que es cierto... Durante poco viví en un cielo de ser yo misma y admirada por ello... No entiendo estos regalos que duran poco y te dejan luego, cuando ya no están, como si estuvieses cojo, mudo y ciego.)

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