¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

miércoles, 12 de abril de 2017

El stalkeo mató al gato...


Stalkear está "bien" y lo hacemos todos. Es posible que forme parte de la naturaleza humana. El problema es cuando el stalkeo se convierte en una obsesión insana en la cual incluso te pillan con las zarpas en la masa.

¿Cuál debería ser tu primera reacción? ¡Exacto! Tu primera reacción no debe ser atacar. En esos casos te recomiendo hacer alco constructivo, como por ejemplo lo que creo que hago yo; haz algo creativo. Yo gestiono mis blogs, consigo seguidores, canalizo mi energía en temas relacionados con trabajar para mi misma.. Hago cualquier otra cosa menos atacar y más cuando ya me han pillado (aunque reconozco que a mi no me han pillado, pero también reconozco que stalkeando he perdido mucha energía personal, me he llevado muchos disgustos y sobretodo he perdido horas irrecuperables). Sí, la idea es que hagas cualquier cosa excepto intentar defenderte de manera hiriente hacia aquel veloz cazador que te ha atrapado, sobretodo si quien te caza está relacionado con tu stalkeo. Porque si atacas huele a resquemor rancio, a frustración y a infantilísmo podrido. 

Estoy segura de que la curiosidad no mató al gato, al menos que "el Gato" fuese el apodo de un tío con lengua de lija que murió haciendo el gilipollas metiendo la nariz donde sabía que no debía, por simple fisgoneo. En ese caso sí, "el Gato" murió por un stalkeo que se le fue de las manos. 

"Stalkear" es la verbalización cutre y española de "stalker". Para que lo entiendas te lo explico rápido y mal; stalker es aquel que se deja llevar por su curiosidad y se pone a "espiar" de manera "impecable", y normalmente borrando las huellas, a personas utilizando herramientas de internet y de las redes sociales. Esto ocurre mucho cuando hemos roto con alguien y estamos dolidos, vamos a lo único que nos queda de esa persona para ver cómo está. Y si por desgracia seguimos enamorados, buscaremos el más pequeño atisbo de posibilidad para volver a estar con esa persona. 

A veces visitamos perfiles de redes sociales, blogs o páginas webs que gestiona o cualquier sitio donde quede el más mínimo rastro de su presencia. Puede que lo hagamos por cotillear, por necesidad de apoyarnos en algo o por un profundo anhelo que somos incapaces de comunicar. Si es por esto último... la verdad es que es una pena, os lo digo por propia experiencia. Cuando amas o quieres a alguien y solo puedes ir viendo la misma foto que tiene en su perfil, algo dentro de ti se rompe porque realmente echas de menos ser parte del presente de esta persona. 

Pero bueno, al margen de esa parte sensiblera que también me caracteriza, hoy quería centrarme en otros motivos de stalkear y precisamente en una experiencia personal que he vivido de primera mano, precisamente hoy mismo. Un chico con el que tuve un rollo, de una noche, ha decidido stalkearme por mi belleza, según él. El problema es que la página a través de donde lo ha hecho me avisa de las veces que visita mi perfil. A si que ni corta ni perezosa le he parado los pies y le he comentado que me sentía vigilada. 

Ya lo sé chicos, causo furor y después olvidarme es difícil (qué va, es para añadirle humor). Pero en serio, cuando alguien te pilla lo que menos va a hacer que quedes mejor es que ataques. Lo más humilde y lo que te coloca en mejor posición es admitir la derrota. Game Over colega, la primera regla del stalkeo es que no te pillen y borrar todas las huellas de tu imperiosa necesidad de conocimiento sobre la otra persona. 

A si que bueno, todos seguiremos con estos malos hábitos incluso hacia aquellos que ni siquiera han sido pareja o no nos han dejado, por ejemplo, algún amigo o amiga que te hace tilín, esa persona especial, tu prima la del pueblo que ha dado un cambio radical, tu ex cuñada, la vecina del primero porque hay un chisme muy importante que se conoce toda la escalera... Pero es importante que dentro de estas rutinarias formas de intromisión venenosas seamos capaces de reconocernos y sobretodo saber cuando recular. Recular sin intentar ofender, juzgar, insultar, despreciar o agredir a nadie, a poder ser. 

Un saludo a quien me stalkea, si has sido importante para mí que sepas que "te veo" yo también. 

¡Ay! Que mala es la inmadurez y cómo carga el diablo nuestras redes sociales y navegadores (que nadie se ofenda, lo digo exclusivamente por mi). 

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