¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

jueves, 6 de julio de 2017

La soga roja:


Por Internet, especialmente en las redes sociales, se comparte a menudo la supuesta leyenda de un hilo rojo que conecta a las personas. Este hilo rojo hace referencia, sobretodo, al amor en pareja introduciendo a los lectores en la teoría de que todos estamos destinados a conocer un único amor para toda nuestra vida y que este amor aparecerá mágicamente porque sí o sí estamos predeterminados por el destino a vernos en esta dimensión, en esta realidad, en este planeta, en este tiempo-espacio. 

Conforme más ha ido pasando el tiempo más me he ido alejando de ese tipo de teorías que siento como una forma de castrar la naturaleza humana. La naturaleza humana es expansiva, creo que necesita de experiencias, aprendizajes y trabajo constante para muchas cosas y entre esas muchas cosas se encuentra el amor real. 

La no idealización, el saber vivir sin mariposas que solo te hacen generar expectativas, tener un concepto más soberano de quién es cada uno, de quién es uno mismo, de qué encaja y qué no encaja, siendo siempre noble y leal, fomentando la comprensión y ante todo fomentando la realidad, alejándonos de un romanticismo destructivo, acercándonos a un romanticismo positivo, adaptado a las necesidades individuales de cada persona, con conciencia, con peso social, con intención de mejorarnos y mejorar el mundo. 

Por eso, cada vez que veo que se vuelve a difundir esa imagen no puedo evitar tener un comentario en mi cabeza "no es el hilo rojo, es la soga roja". Es la soga roja, según yo, porque te ahoga. Te ahoga que alguien te convenza de que sólo existe un amor de tu vida, cuando cada persona que pasa por tu vida es un amor incomparable y un maestro imprescindible para que te descubras a ti mismo. 

Es la soga que te amarra de brazos y pies, que te impide abrirte a otros conceptos y que, seguramente, te introduzca de lleno en el núcleo de un rebaño donde ni siquiera quienes lo forman saben quienes son ellos mismo. Esa soga roja no te habla de que si tú no te sabes amar nadie va a encontrar la manera de amarte de la forma que te mereces. La teoría de la soga roja no te cuenta que a veces derrochamos demasiado apego y que, sinceramente, el apego es la falta de oxígeno para el fuego del que se alimenta un sano y equilibrado amor. 

Esa leyenda, de no sé quién, tampoco te explica que vas a necesitar algunos batacazos de la vida para aprender a amar desde el corazón, sin esclavitud, sin miedo, con confianza y entendiendo que el motivo de tu existencia no es para amar a otros, si no, para amarte a ti mismo. Lo único que explica ese pequeño texto, acompañado normalmente por una emotiva imagen, es que tú, él, ella, yo... Estamos destinados a encontrarnos al amor de nuestra vida, a alguien realmente especial, pero ¿sabes lo que creo yo? Que ese "alguien especial" no puede llegar a tu vida hasta que seas tú quien se sienta así de especial contigo mism@.

Esa "esperanzadora" leyenda, que en cierta medida es hasta contraproducente, no te dice que vas a tener experiencias con personas que al no encontrarse a si mismos a solas, te buscarán para intentar saber quienes son y te tendrán efimeramente hasta darse cuenta de que el vacío sigue ahí, sin ser lo suficientemente valientes como para reconocer que es algo propio, algo que sólo ellos pueden arreglar consigo mismos y que desde fuera no hay una pieza del tamaño adecuado a esa brecha interna.

Tampoco te explica que es posible enamorarse de más de una persona a la vez y no pasa nada. Y es posible que todas esas personas sean amores de tu vida. Por esto, yo lo llamo la teoría de la soga roja, porque en el momento en que las palabras de ese texto entran en tu mente te empiezan a cohibir haciendo que te replantees cosas muy importantes, como la libertad de tu ser para experimentar, vivir, entender y sobretodo comprender el corazón. 

El hilo rojo no te habla tampoco de que hay que superar muchas cosas, como prejuicios personales, para poder amar sintiéndote libre. Ese supuesto hilo rojo no hace mención de que alguien puede enamorarse de ti y que no le correspondas pero que aún siga existiendo amor, no te habla de que existen tantas formas de amar como de seres humanos somos en el mundo. 

No te creas la idea de ese cuento para críos. Créete lo que vas sintiendo, lo que vas viviendo. Como siempre te digo, date tiempo  para valorar lo bueno y menos bueno, para comprender qué es lo que necesitas en tu ecuación personal para seguir creciendo, para alcanzar el lugar que te corresponde. Te lo aseguro, no vas a estar sol@ toda tu vida, por eso ama más y teme menos, porque esclavizarse a teorías que se crean como verdades absolutas muchas veces es cerrar la vida a todo lo que realmente te espera. 

No puedes ponerle cadenas al aire que roza tu piel, respira profundo y comprende que un amor de verdad necesita de sabiduría, comprensión, compromiso... Pero también necesita, y mucho, de libertad, de aire fresco, de agua salvaje que cae monte abajo. Y es que el amor, para uno y para con los demás, necesita tanto de las cosas buenas como de las experiencias que nos generan heridas, para poder enseñarnos. 

Si yo no hubiese vivido desamores no habría entendido mi poder personal, mi valor personal, mi amor propio. Si yo no hubiese cometido errores con los demás, no habría enriquecido mi compasión hacia los demás, mi comprensión hacia el entorno, mi empatía... Por eso, no te dejes atar por la soga roja y comprende, que de verdad, el tema del amor va más con el aire que nadie puede capturar que con algo que parece pre-dispuesto y escrito sin salirse de los márgenes establecidos. 

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