¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

viernes, 20 de julio de 2018

De orugas a mariposas:



Los errores sólo son útiles cuando te hacen mejorar, pero no podrás convertirlos en aciertos, son errores para que trabajes duro con tus sombras y tu maestro de la mierda, ese que vive dentro de ti y se encarga de ponerte a ver, cara a cara, lo peor que te conforma. Y todos tenemos lo peor, de lo peor, viviendo dentro de nosotros.

Aquí encontrarás la única y más grande riqueza de tu vida. Te verás envidiando, compitiendo, manipulando, odiando, explotando, chillando, agrediendo... Te verás sin aceptarte, no te querrás, no te amarás, te atacarás, serás hermético, buscarás excusas y serás capaz de recorrer incluso los caminos que más te consuman, aunque no te convengan andarás por esa autodestrucción. Y entre tantas cosas, verás que aprendes más de aquello que no sale como tú esperas, como tu querías, como tenías planeado... Que de aquello que sale de 10 nada más hacerlo.

 ¿Te explico qué es lo que creo? Considero que éste es el único sendero para lo profundo, porque aquello que es superficial y artificial desaparece ante la presencia de los inevitables tambaleos que forman la vida.

Todos huimos despavoridos ante la intensidad y sin embargo la vida no es como nos la pintan en el cine, tampoco es eso que papá y mamá no nos explicaron con detalle. Es sólo el camino en el que estamos todos implicados, y precisamente estar vivo es comprender que "la vida" es, en si misma, esa intensidad de la que tanto huimos. Nosotros somos esa misma vibración, de ahí nuestra habilidad emocional.

Constantemente podrás observarte en medio de una batalla contigo, comprendiendo que esa animadversión hacia el equilibrio es natural. Por un lado, amarás la versión más equilibrada de tu persona y por otro la anhelarás profundamente cuando no estés en esas y te tocará, una vez más, admitir y aceptar que estamos más veces desequilibrados que equilibrados. Y aunque el desequilibrio puede suponer un efecto secundario desagradable, un acontecimiento duro, una cuesta hacia arriba... Es también en este ambiente de adversidad donde podemos explorarnos mejor, crecer mejor, desarrollarnos y evolucionar mejor, mucho mejor. No nos gusta la facilidad, si no fuese así, no nos enamoraríamos como lo hacemos, de quienes lo hacemos y cuando lo hacemos. No nos gusta la facilidad, si no fuese así, habríamos construido un sistema fácil. No nos gusta la facilidad, si no fuese así, nosotros mismos seríamos fáciles.

La naturaleza humana es, en muchas ocasiones, la dificultad. Porque solo en la dificultad podemos comprender nuestra verdadera habilidad: como maestros, aprendices, como creadores, como adultos y como niños. Precisamente porque la dificultad es una vibración que nos atrae, la vida en si misma necesita ser intensa para poder soportar y sostener ese chorro de energía.

En el presente todo te sabrá muy amargo, conforme pase el tiempo y el momento del ahora se convierta en un momento del pasado, resultará más fácil degustarlo y saborearlo. Y comprenderás que no está tan malo, no es tan desagradable. Y de nuevo otro caramelo en la boca. Así es como nos vamos nutriendo de cada instante que nos sume en la verdadera vida y sabiduría. Deglutir para dejarse fluir.

Y así es también como, con el tiempo, nos familiarizamos con la adversidad (la que construimos nosotros, la que buscamos nosotros, la que aparece inesperadamente) comprendiendo que todo lo que nos ocurre es porque estamos potencialmente preparados para soportarlo y de no ser así, en menos tiempo del que creemos, hallaremos motivos, razones, aprendizajes y herramientas para llevarlo de la mejor manera posible. Porque somos evolución y es sólo la presión que nos rodea la que nos ayuda a saltar de orugas a mariposas, constantemente.


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