¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

viernes, 20 de julio de 2018

Todo es magia y todo es medicina:


- ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?
- Sobrellevarlo.

Todo lo que nos rodea es magia y todo lo que está a nuestro alcance, es medicina. El exceso de magia nos vuelve profundamente desequilibrados y el exceso de medicina nos intoxica, envenena y nos hace salir huyendo. Existe un punto medio, entre aprender a desahogarse con completa libertad y viajar por los mundos psiconautas del universo y del subconsciente. Siempre hay un punto medio. 

Todo es más parecido de lo que nos cuesta admitir y no es tan difícil encontrar personas que vibren con tu misma libertad, que abran el corazón para descubrir mundos nuevos, situaciones nuevas, filosofías nuevas... Y las encuentras, precisamente, cuando tú realmente estás comprometido en ver así el mundo. Y eso, eso también es magia y medicina. Porque juntarnos con buenas y correctas personas, con una vibración parecida o igual a la nuestra, con similitud y con la misma intención, es una forma de sanarnos a nosotros mismos y de encontrarnos en hogar, en conexión, completamente conectados con una verdad mayor, con sentimiento mayor, un motivo mayor, una razón mayor.... 

Ni tú, ni yo, ni él, ni ella.. somos la imagen que alguien ha imaginado. Seguramente, incluso en nuestro día a día más corriente, nos parecemos más al vecino del cuarto, a nuestros padres, al amigo de la infancia o incluso a nuestro archienemigo de lo que nos gusta admitir y observar. Todos tenemos un poco de todo (y de todos) a todos los niveles: cordura, locura, tristeza y alegría, equilibrio y desequilibrio, amor y odio... Y todos parecemos también iluminados por las mismas fuentes de luces y sombras que acompañan a la humanidad en su inmenso y finito camino de descubrimiento, goce, sufrimiento y sabiduría. 

Cuando entendemos esto podemos disfrutar de esa realidad  de que todo es magia y todo es medicina y parece que esto nos ayuda a llevarlo mejor, sobrevivir al menos con un pelín menos de peso. Incluso aquello que te duele como si te hubiesen arrancado la cabeza de cuajo, un brazo o un ojo, es también un proceso mágico de medicina vital, es también un camino de sanación y reencuentro. Al final todos vamos al reencuentro, sobretodo un reencuentro implica volver a vernos a nosotros mismos, cara a cara. 

La imperfecta humanidad con la que nos vestimos todos es también una muestra más de medicina y magia. Sin éstas brechas que hacen posible lo imposible, que se desarrollan en inhóspitos ambientes, no seríamos capaces de transmutar de raíz lo que tanto nos corrompe. Abrirse a la belleza de lo imperfecto admirando el potencial que ello implica, un arduo trabajo de honestidad con uno mismo y con el entorno, una impecable intención para mostrarnos sin tabúes ni tapaderas que nos hagan mantener falsas fachadas y relaciones tóxicas y dañinas. 

Ser francos con nosotros, decir a nuestro ser lo que de verdad necesitamos saber y con lo que de verdad tenemos que abrirnos a trabajar y una vez que hemos reconocido incluso lo que creíamos irreconocible, ahí podremos entablar verdaderas y autenticas relaciones sociales que se apoyen en sólidos pilares de fundamentos impecables. La impecabilidad no es un sinónimo de perfección, vibra más con la autenticidad y con la sinceridad. 

Por esto mismo, porque yo soy magia haciendo mi magia y soy medicina sanando mis propias heridas, a todos aquellos que últimamente me observan con tanta alevosía y entusiasmo les pongo los pies en el suelo: no soy tanto, ni tan poco, pero seguro no entro ni de broma por el molde que te has creado con un concepto pre-concebido de mi persona. Estoy más hecha para entrar y encajar por el hueco natural de mi propio corazón. 

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