¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

martes, 17 de julio de 2018

Toma consciencia sobre tus propios monstruos:

La película "It" ha sido una de las que más pesadillas me produjo de pequeña. 

Nos tiramos la vida proyectando. Tanto es así que el cine es una herramienta que nos ha hecho convivir con esas proyecciones, por ejemplo,  a través de películas de miedo pensamos que nuestros mayores terrores están fuera. Tenemos la creencia de que lo peor que nos ocurra será generado por un agente externo y si morimos, sufrimos, nos convertimos en algo horrible... La responsabilidad siempre estará fuera de nosotros. 

Desde algo tan básico como tener miedo a que un monstruo nos atrape el pie al levantarnos de la cama hasta imaginar que en las más profundas alcantarillas vive un endemoniado payaso que sólo puede morir con piezas de plata. Pensamos que los hombres lobos sólo se transforman a la luz de la luna llena, que los vampiros, aunque estilosos, sólo están fuera de nosotros... Y así suprimimos algo tan poderoso y tan grande como admitir que nuestros mayores miedos, monstruos, pesadillas, dolores, terrores, sufrimientos... Viven en nuestro interior, son producidos por nuestro interior y alimentados por nosotros mismos.

Estamos constantemente protegiéndonos de lo que pueda venir de fuera sin abrir los ojos y ver qué es lo que nosotros emitimos hacia afuera ¿qué nace de nosotros? ¿qué habita en nosotros? Te aseguro que tus monstruos, por banales que los quieras pintar, son más destructores que cualquier ser extraño que habita en un pantano dentro de un largometraje vintage. Son incluso más destructivos que cualquier película moderna de miedo. Son ellos, esas puertas de aquel ascensor en "El Resplandor" que lo inundan todo con la sangre de tu propia vida. 

La ansiedad, la inseguridad, el miedo, el control, los celos, la sensación de ser insuficiente, la impulsividad, la conducta reactiva, la ira, la rabia, el enfado, el orgullo, el rencor, la inflexibilidad, la baja autoestima, las mentiras, el ego, la incomprensión... Son conductas que generan emociones y patrones mucho más tóxicos, dañinos, destructivos y peligrosos que un asesino en serie dentro de la gran pantalla. Te aseguro que dentro de tu vida vas a sufrir bastante más por todo eso de lo que te imaginas. Por si esto fuese poco cuando todos estos estados te gobiernen darás mucho más miedo que todo aquello imaginario de lo que huyes y sus consecuencias resonarán durante toda tu vida, aprenderás (algo bueno tenía que tener) pero el proceso hasta integrar todo, ese dolor y sufrimiento, no te lo quitará ni el mejor colocón de tu vida. 

Todos tenemos un poquito de todo esto dentro de nosotros, y quien diga que no ,será porque seguramente en vez de tener 2 cazos tiene 5 o 6. Cuanto más tienes dentro, más difícil resulta admitirlo y amarte así... Con esos seres que forman parte de tu forma humana. Se dice que con el paso de los años muchos de ellos se pueden controlar y que resulta más fácil coexistir con ellos. 

Muchas personas viven rezando y pidiendo a Dios que les proteja del entorno, se levantan y utilizan herramientas espirituales y mágicas para protegerse de densidades externas y no se toman un segundo para ver sus propias densidades. Todos somos densos, de verdad. Todos somos tóxicos en algún momento y no por ello desmerecemos comprensión o amor. Todos somos lo peor en alguna ocasión. Todos hemos sido culpables de algo malo. Todos nos hemos dejado llevar por acciones viscerales sin pensar en las posibles consecuencias. Todos nos hemos protegido con el orgullo, con el ego, con la inflexibilidad... Y así todos hemos destrozado algo bonito, en algún momento de nuestra vida. 

Precisamente todo esto es peor que cualquier película de miedo que te describe una realidad inexistente. Da igual lo feo que parezca ese monstruo que acaba de llegar al planeta tierra para matar cada forma de vida, te aseguro que todo ese flujo de emociones, patrones, conductas, resortes, pensamientos, acciones, reflejos, acciones... Es bastante más horroroso y destructivo, tanto contigo como con todo tu mundo y aquellos que lo forman. 

Quizás sea momento de dejar de pensar que tenemos que protegernos exclusivamente del exterior y comenzar a tomar consciencia sobre nosotros mismos. Considerar que cuanto más lo procrastinemos más difícil será hacernos cargo de ello y más probabilidades tendremos de volver a vivir esas dolorosas situaciones. Cuanto más neguemos la realidad existente dentro de nosotros, más se alimentará de la ignorancia que nos imponemos por miedo a que ver la verdad de nuestro ser sea tan horrible que no podemos mirarnos al espejo admirándonos nunca más. Pero la vaina no funciona así, precisamente cuando le des forma a todo eso tan horrible y destructivo, a todas tus verdaderos enemigos, monstruos, asesinos internos... Será cuando podrás tener un conocimiento real sobre cómo trabajar con ello. Y habrá días que trabajes con ello de maravilla y otros que se te escape de las manos y la vuelvas a cagar... Porque el fluir de la vida también da margen a que, de vez en cuando, volvamos a cometer errores y recordemos viejas situaciones, para asumirlo con la mayor humildad posible. 

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